Estados Unidos busca prohibir estudiantes chinos: ¿seguridad nacional o discriminación?

Una nueva propuesta de ley pretende restringir el acceso de ciudadanos chinos a visas estudiantiles en EE.UU., desatando un debate sobre seguridad, educación y xenofobia.

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Un proyecto de ley que aviva la tensión entre EE.UU. y China

Un grupo de congresistas republicanos ha presentado una legislación que busca prohibir que ciudadanos chinos estudien en universidades estadounidenses. Esta medida, promovida por el representante Riley Moore y respaldada por otros cinco legisladores republicanos, pretende impedir que los estudiantes chinos obtengan visas de estudio o participación en programas de intercambio en Estados Unidos.

El argumento de los proponentes es que dichas visas representan una amenaza para la seguridad del país, pues, según Moore, permiten que el Partido Comunista Chino (PCCh) se infiltre en el sistema académico estadounidense, robe propiedad intelectual y espíe objetivos militares.

El impacto en la educación superior estadounidense

La reacción de la comunidad académica no se ha hecho esperar. Según el Instituto de Educación Internacional, en el año académico 2023-24 había más de 277,000 estudiantes chinos inscritos en universidades estadounidenses, representando aproximadamente el 25% de todos los estudiantes internacionales en el país.

Para las universidades, la restricción de visas podría afectar tanto la diversidad cultural como la financiación de sus programas. Desde hace décadas, las instituciones educativas de EE.UU. han dependido en gran medida de los estudiantes chinos, quienes pagan matrículas elevadas y contribuyen significativamente a la economía educativa. Además, los académicos advierten que alejar a talentosos investigadores y estudiantes chinos debilitaría la capacidad del país para liderar avances en ciencia e innovación.

La disminución del número de estudiantes chinos

En los últimos años, la cantidad de estudiantes chinos en EE.UU. ha disminuido. En 2023, India superó a China como principal país de origen de estudiantes internacionales en EE.UU., un cambio impulsado por tensiones geopolíticas y restricciones de visas impuestas en administraciones anteriores.

La pandemia de COVID-19 también tuvo un impacto en la movilidad estudiantil, obligando a muchos estudiantes chinos a optar por universidades en otras partes del mundo, como el Reino Unido, Canadá y Australia.

Críticas y acusaciones de xenofobia

Esta legislación ha sido calificada por muchos como una medida discriminatoria. Fanta Aw, CEO de la Asociación de Educadores Internacionales (NAFSA), declaró que “hacer de los estudiantes internacionales un chivo expiatorio de sentimientos antichinos es un error y va en contra de los intereses del país”.

Además, organizaciones como el Asian American Scholars Forum han señalado que este tipo de restricciones podrían afectar negativamente la cadena de talento asiático en EE.UU., lo que podría socavar el liderazgo del país en ciencia y tecnología.

Una estrategia política con trasfondo electoral

Muchos analistas ven esta iniciativa como una estrategia política en medio de un ambiente electoral cargado. En la política estadounidense, ser “duro con China” se ha convertido en una narrativa frecuente entre los legisladores conservadores, quienes buscan posicionarse como defensores de la seguridad nacional frente a la creciente influencia de Beijing en el escenario global.

Sin embargo, la aprobación de la ley parece poco probable. La administración Biden y numerosos legisladores demócratas han expresado su desacuerdo con medidas que puedan interpretarse como xenofóbicas o que perjudiquen directamente a la comunidad académica estadounidense.

Paralelismos históricos: ¿Otro Acta de Exclusión China?

En redes sociales, muchos comparan este proyecto de ley con el Acta de Exclusión China de 1882, una de las leyes más restrictivas y racistas de EE.UU., que prohibió la inmigración china durante décadas. En aquel entonces, el sentimiento antichino estaba alimentado por preocupaciones económicas y racismo institucionalizado, similares a las tensiones actuales.

Si bien una prohibición total para estudiantes chinos aún parece un escenario lejano, esta propuesta legislativa refuerza una tendencia creciente de restricciones para individuos de nacionalidades consideradas adversarias a Estados Unidos.

¿Qué pasará ahora?

Aunque el proyecto de ley tenga pocas probabilidades de convertirse en realidad, su sola presentación refleja una postura cada vez más rígida en las relaciones entre EE.UU. y China. La creciente politización del intercambio académico podría afectar décadas de trabajo colaborativo en investigación, lo que a futuro podría reducir la competitividad de las universidades estadounidenses.

El debate sigue abierto: ¿se trata de una medida legítima para proteger la seguridad nacional o de un nuevo episodio de discriminación y paranoia política?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press