Trump y los aranceles: ¿Estrategia económica o bomba de tiempo?
El expresidente Donald Trump impulsa una nueva ola de aranceles sobre el acero y el aluminio, dividiendo opiniones sobre sus efectos en la economía estadounidense.
El expresidente Donald Trump ha vuelto a sacudir la economía con un movimiento que recuerda a su primer mandato: el aumento de aranceles sobre el acero y el aluminio. Con una tarifa del 25% para el acero y una ampliación de los aranceles en aluminio, la medida busca fomentar la producción nacional. Pero, ¿es realmente efectiva?
El argumento de Trump: más empleos, menos importaciones
Trump ha reiterado en múltiples ocasiones que su política comercial se orienta a revitalizar la industria manufacturera estadounidense. Durante una reunión con la Business Roundtable, afirmó: “Cuanto más altos sean los aranceles, más probable será que las empresas construyan fábricas en EE.UU.”. Argumenta que los costos en importaciones obligarán a los inversores a trasladar sus operaciones al país, generando empleo.
Impacto en la economía: entre deseos y realidad
Si bien la industria del acero y el aluminio podrían beneficiarse de la medida, otros sectores podrían sentir el peso de estos aranceles. Según un informe de la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. en 2023, las empresas manufactureras tuvieron una caída de producción de 3.5 mil millones de dólares debido a costos más altos en materias primas, un impacto que superó ampliamente los beneficios directos en la industria metalúrgica.
Además, los aranceles podrían traducirse en mayores precios al consumidor. Ya en 2018, cuando Trump aplicó tarifas similares, el sector automovilístico y de la construcción reportó aumentos en costos de materiales, una tendencia que podría repetirse.
¿Un arma de doble filo?
El mercado bursátil ha reaccionado con nerviosismo. En las semanas siguientes al anuncio, el S&P 500 experimentó una caída del 8%, avivando temores de un crecimiento económico estancado. A esto se suma la incertidumbre de otros aliados comerciales como Canadá y la Unión Europea, quienes han empezado a diseñar posibles represalias económicas.
Las dudas de los economistas
Para analistas como John Murphy, vicepresidente de la Cámara de Comercio de EE.UU., el riesgo es claro: “Si eres un ejecutivo, ¿de verdad vas a decirle a tu junta directiva que es el momento de expandirse cuando los costos de importación están por las nubes?”. Las dudas se extienden a Wall Street, donde muchos inversionistas ven las políticas arancelarias como un freno para la inversión corporativa.
Un déjà vu económico
Este tipo de políticas proteccionistas no son nuevas. Durante la administración de George W. Bush en 2002, se impusieron aranceles al acero, lo que llevó a represalias de la Unión Europea y Japón, con pérdidas estimadas en 200,000 empleos en EE.UU. antes de que se retiraran los aranceles en 2003. ¿Seguirá Trump el mismo camino?
Trump y los mercados: una relación volátil
El expresidente Trump ha utilizado en varias ocasiones el mercado de valores como un barómetro de su éxito. Paradójicamente, mientras en el pasado presumía del alza del Dow Jones como un reflejo de su presidencia, recientemente declaró: “No puedes realmente fijarte en el mercado de valores.”
Sin embargo, en sus redes sociales sigue vinculando las alzas bursátiles a su posible reelección. En enero de 2024, escribió: “Los inversores están apostando a que yo ganará la presidencia, por eso sube la bolsa”. Pero, ¿qué sucede cuando los mercados no responden favorablemente?
¿Estrategia política o apuesta económica?
Trump ha convertido el proteccionismo comercial en una pieza clave de su plataforma política. Su promesa de revitalizar la manufactura en EE.UU. y reducir la dependencia de importaciones chinas es potente entre su base electoral. Sin embargo, la historia económica sugiere que imponer aranceles puede generar más problemas que soluciones a largo plazo.
Si bien algunos sectores industriales pueden verse beneficiados a corto plazo, la pregunta clave es: ¿el proteccionismo comercial realmente mejorará la economía estadounidense en el largo plazo o será un lastre para el crecimiento y el comercio global?