Rodrigo Duterte arrestado: El expresidente filipino enfrenta la justicia internacional

El controvertido exmandatario fue detenido tras una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad en su brutal guerra contra las drogas.

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El ascenso y caída de Rodrigo Duterte

Rodrigo Duterte, exalcalde de Davao y presidente de Filipinas entre 2016 y 2022, se destacó tanto por su retórica agresiva como por sus implacables políticas de mano dura. Su guerra contra las drogas, que prometía erradicar el narcotráfico en meses, terminó convirtiéndose en una de las más brutales cruzadas de su administración, con miles de muertos.

Aunque a nivel local su abordaje populista le garantizó una enorme popularidad, en el escenario internacional fue ampliamente criticado. Organismos como Naciones Unidas y Amnistía Internacional lo acusaron de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, apuntando a ejecuciones extrajudiciales y una policía con poder casi absoluto.

La orden de arresto de la CPI

Desde su salida del poder en 2022, Duterte había evitado responder ante la justicia de Filipinas por los crímenes de su guerra contra las drogas. Sin embargo, la Corte Penal Internacional (CPI) no olvidó los miles de asesinatos perpetrados bajo su mandato y, en una histórica decisión, emitió una orden de arresto en su contra por crímenes de lesa humanidad.

El proceso contra el exmandatario se centra en los hechos ocurridos entre 2011 y 2019, un período durante el cual no solo gobernó el país, sino también su ciudad natal de Davao, donde aplicó tácticas represivas similares. Uno de los testigos clave del caso, un ex policía, afirmó que el número total de víctimas de ejecuciones rondaría las 10,000 personas.

La detención de Duterte y su impacto

Duterte fue arrestado en el Aeropuerto Internacional de Manila a su regreso de un evento en Hong Kong, donde se había presentado ante miles de filipinos expatriados. En su intervención, lejos de expresar arrepentimiento, defendió su campaña antidrogas y se victimizó, argumentando que había actuado por el bien de su país.

El actual presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., declaró que su administración cooperaría con instancias internacionales si así se le solicitara, lo que refleja un distanciamiento entre ambos líderes. La detención de Duterte aviva aún más la fragmentación política de Filipinas, con sectores que lo siguen viendo como un héroe y otros que celebran su arresto como una victoria para la justicia global.

¿Qué sigue para Duterte?

Con la captura del expresidente, se abren varios escenarios. Si Filipinas decide cooperar con la CPI, Duterte podría ser extraditado y juzgado en La Haya por crímenes de lesa humanidad. Su defensa intentará apelar su arresto y posiblemente alegar razones de salud para evitar ser encarcelado.

Más allá del desenlace, su arresto marca un precedente importante para líderes que ejercieron el poder con políticas represivas al margen de los derechos humanos. La pregunta que queda en el aire es si otros mandatarios con antecedentes similares enfrentarán la misma suerte.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press