Fukushima: El desafío titánico de limpiar el desastre nuclear
Catorce años después del accidente nuclear en Fukushima, la planta sigue siendo un reto monumental para Japón y el mundo.
Fukushima: ¿Qué ha cambiado en 14 años?
Hace 14 años, el mundo miró con horror cómo el terremoto y tsunami de 2011 causaron el peor desastre nuclear desde Chernóbil: la fusión de tres reactores en la planta de Fukushima Daiichi. A lo largo de los años, las labores de descontaminación y desmantelamiento del sitio han avanzado, pero la meta final sigue pareciendo lejana.
Actualmente, muchas áreas de la planta pueden ser recorridas por trabajadores con solo máscaras quirúrgicas y ropa normal, algo impensable en los días posteriores al desastre. Sin embargo, dentro de los reactores dañados, la situación sigue siendo peligrosa y requiere un nivel de protección extremo.
La titánica tarea de retirar el combustible fundido
Uno de los desafíos más grandes es la eliminación de aproximadamente 880 toneladas de combustible nuclear fundido, una mezcla letal de material radiactivo y escombros estructurales. En 2023, un brazo robótico logró extraer una pequeña muestra de este material del reactor No. 2, un paso crucial para la futura retirada en gran escala prevista para la década de 2030.
Este proceso no está exento de complicaciones. Los robots enviados han experimentado fallos y fuertes niveles de radiación han dificultado la operación. Según Akira Ono, director de desmantelamiento de TEPCO, todavía se requieren más muestras para entender mejor la composición del combustible fundido y hacer que las extracciones masivas sean más seguras.
Las condiciones extremas dentro del reactor
El trabajo dentro de los reactores sigue siendo una prueba de resistencia tanto física como mental. Los trabajadores deben usar máscaras de protección completa, guantes y calcetines en capas múltiples, cubiertas para zapatos, trajes especiales y cascos. Además, cada uno lleva un dosímetro personal para monitorear la radiación absorbida.
El equipo debe cumplir sus tareas en turnos cortos de 15 a 30 minutos para minimizar la exposición. En agosto de 2024, un grupo de técnicos tuvo que trabajar bajo una presión abrumadora cuando una serie de errores y fallos de equipo retrasaron su misión.
El impacto psicológico y la seguridad de los trabajadores
El estrés psicológico que sufren los trabajadores en Fukushima es significativo. En encuestas recientes, una creciente cantidad de empleados ha manifestado preocupaciones sobre su seguridad y la radiación.
El caso más grave en los últimos años ocurrió en 2023, cuando dos empleados sufrieron quemaduras tras exponerse a lodo radiactivo. Aunque lograron recuperarse sin problemas adicionales, este incidente subrayó los riesgos actuales dentro de la planta.
Los próximos pasos: Un proceso de más de un siglo
A pesar de los avances, los expertos coinciden en que la limpieza de Fukushima apenas está comenzando. Japón mantiene su objetivo de terminar la desmantelación en 2051, pero hasta ahora ya hay un retraso de tres años en la retirada del material fundido. Algunos cálculos más pesimistas indican que el proceso completo podría tomar más de 100 años.
Actualmente, los operadores están trabajando en paralelo en varias áreas clave:
- Montaje de una enorme cubierta protectora para evitar la dispersión de polvo radiactivo en la unidad No. 1.
- La remoción de barras de combustible almacenadas en los reactores No. 2 y No. 3.
- El desmantelamiento gradual de los tanques de agua tratada, que hasta hace poco contenían residuos radiactivos filtrados.
¿Puede Fukushima ser habitable otra vez?
Aunque la descontaminación ha avanzado en algunas áreas, muchas zonas cercanas a la planta todavía siguen siendo inhabitables. Residentes como Hiroshi Ide, quien aún debe usar trajes de protección para volver a su hogar en la cercana ciudad de Namie, esperan que en algún momento puedan regresar sin temor.
“Como ciudadano de Fukushima, quiero asegurarme de que las labores de desmantelamiento se hagan bien para que la gente pueda volver sin preocupaciones”, afirma Ide.
Sin embargo, a medida que Japón avanza en este prolongado proceso, el país también enfrenta otra cuestión crucial: ¿qué hacer con la energía nuclear en el futuro? Mientras unos apoyan su eliminación, otros afirman que sigue siendo una fuente crucial de energía para el país.
Fukushima no solo es un desafío técnico y científico; también es un símbolo del debate global sobre los riesgos y beneficios de la energía nuclear.