La creciente amenaza de las ‘ghost guns’ en Hawái y el reto de su regulación
A pesar de la prohibición estatal, el número de armas sin número de serie incautadas en Honolulu sigue aumentando, mientras la falta de procesamientos genera un intenso debate sobre la eficacia de la ley.
Hawái ha sido un estado pionero en la lucha contra las llamadas ghost guns, armas de fuego no registradas cuya venta y fabricación han proliferado en todo el país debido a la facilidad con la que pueden ser ensambladas a partir de piezas compradas en internet. Sin embargo, a cuatro años de su ilegalización, la aplicación de esta ley ha sido dispareja en todo el estado, y Honolulu se ha convertido en el epicentro de un problema sin resolver.
El alarmante incremento de armas no registradas
En los primeros diez meses de 2024, la policía de Honolulu registró 68 incidentes relacionados con ghost guns, un incremento del 120 % en comparación con el mismo período del año anterior. No obstante, a pesar del alto número de incautaciones, ningún individuo ha sido procesado bajo la ley vigente.
Esta contradicción ha generado preocupación entre legisladores y expertos en seguridad pública, ya que las ghost guns representan una amenaza directa a las estrictas leyes de control de armas de Hawái. A diferencia de las armas convencionales, estas no cuentan con un número de serie, lo que las hace prácticamente imposibles de rastrear.
La falta de procesamientos en Honolulu
Aunque la ley fue creada para disuadir la fabricación y posesión de este tipo de armas, los fiscales de Honolulu argumentan que su aplicación es prácticamente imposible en su forma actual. Según su interpretación, la norma solo permite procesar a quienes tienen la intención explícita de ensamblar armas a partir de piezas no serializadas, pero no a aquellos que ya poseen una ghost gun completamente ensamblada.
Este razonamiento contrasta con la postura adoptada por los fiscales en otros condados, como Hawái y Maui. En esas jurisdicciones, las autoridades han presentado más de 50 cargos desde que se promulgó la ley en 2020. Maui, por ejemplo, ha utilizado la ley para procesar con éxito a individuos sorprendidos con armas ya ensambladas, como en el caso de Chaz Yamashita, quien enfrentó múltiples cargos por posesión de componentes ilegales.
El problema de la interpretación legal
Parte del problema radica en cómo fue redactada la ley. El senador Karl Rhoads, quien ayudó a impulsarla en 2020, explicó que la legislación estaba diseñada para cerrar los vacíos legales que permitían la proliferación de armamento no registrado. Sin embargo, según algunos fiscales, el lenguaje utilizado en la normativa solo criminaliza los pasos previos a la fabricación de un arma, lo que deja un vacío legal cuando se trata de armas ya ensambladas.
En Honolulu, este enfoque ha llevado a que todos los procesamientos bajo la ley de ghost guns sean desestimados, lo que ha generado frustración entre las fuerzas policiales, que continúan realizando arrestos en base a la norma. “Esta proliferación de armas es completamente incontrolable”, advirtió el teniente de la policía de Honolulu, Ernest Robello.
Soluciones propuestas: reformas legislativas en marcha
Para abordar esta brecha en la aplicación de la ley, varios funcionarios de seguridad y legisladores han propuesto cambios importantes que eliminan la necesidad de demostrar intención al poseer un arma ensamblada.
- Proyecto de ley 363: Respaldado por el Departamento de Cumplimiento de la Ley de Hawái y la Policía de Honolulu, busca actualizar la regulación sobre almacenamiento y transferencia de armas, extendiéndola a piezas de armas.
- Proyecto de ley 392: Impulsado por la Fiscalía de Honolulu, este proyecto prohíbe explícitamente la posesión, transferencia o venta de armas de fuego ensambladas sin licencia.
Ambas iniciativas pretenden cerrar el vacío legal que ha permitido la falta de procesamientos en Honolulu y armonizar la aplicación de la ley con estados como California, que ya penaliza la mera posesión de una ghost gun.
El peligro de las armas no rastreables
Las ghost guns se han vuelto cada vez más accesibles gracias a su venta a través de plataformas en línea y la facilidad para ensamblarlas con herramientas caseras. Este tipo de armamento ha sido protagonista en numerosos crímenes violentos en todo Estados Unidos, forzando a varios estados a implementar regulaciones más estrictas.
En Hawái, donde los niveles de violencia armada son considerablemente bajos en comparación con el resto del país, la creciente presencia de estas armas representa una nueva y peligrosa amenaza para las fuerzas del orden y la seguridad pública.
“La paradoja es que no se pueden comprar cigarros en línea, pero sí partes de armas prácticamente completas. Hay algo en el sistema que claramente no está funcionando”, afirmó el capitán de la policía de Maui, Nelson Hamilton.
¿Qué sigue para Hawái?
Los esfuerzos por endurecer las leyes han encontrado un fuerte respaldo en la comunidad legislativa y en las agencias policiales. No obstante, el camino hacia una legislación efectiva depende en gran medida de la rapidez en la implementación de nuevas normativas y de cómo se gestionará la resistencia de ciertos sectores que ven estos cambios como una limitación a los derechos sobre la posesión de armas.
En un estado que históricamente ha tenido uno de los enfoques más estrictos en materia de control de armas, la batalla contra las ghost guns podría convertirse en una referencia nacional sobre cómo enfrentar esta nueva amenaza a la seguridad pública.