La batalla de Boston contra las políticas migratorias de Trump
La alcaldesa Michelle Wu defiende la postura de su ciudad en medio de las amenazas del gobierno federal
Boston y su lucha por ser una ciudad santuario
La ciudad de Boston se encuentra en el epicentro de una creciente disputa con la administración del presidente Donald Trump debido a su postura en defensa de los inmigrantes. La alcaldesa Michelle Wu, junto con líderes de otras ciudades como Chicago, Nueva York y Denver, ha reafirmado su compromiso con la protección de las comunidades inmigrantes en un momento en que el gobierno federal amenaza con retirar fondos a las llamadas ‘ciudades santuario’.
Las políticas migratorias de la actual administración han chocado frontalmente con los principios que Boston ha defendido durante años. La ciudad ha decidido limitar su cooperación con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en casos que no impliquen delitos violentos. Esta decisión ha sido centro de ataques del gobierno de Trump y algunos congresistas republicanos.
El enfrentamiento con la administración de Trump
Desde que asumió el cargo, Trump ha buscado restringir las políticas de protección a inmigrantes por parte de varios estados y ciudades. Recientemente, el exdirector de ICE y actual asesor de la Casa Blanca, Tom Homan, criticó duramente a la policía de Boston, acusándolos de no entregar a presuntos criminales a las autoridades migratorias federales.
“Hay al menos nueve acusados de crímenes como violación infantil que no han sido entregados a ICE”, aseguró Homan en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Además, advirtió que viajaría a Boston para “llevar el infierno” con él. Sin embargo, hasta ahora, ICE no ha proporcionado información concreta sobre estos casos específicos, una omisión que ha sido señalada por los líderes de la ciudad.
La postura de Boston y sus consecuencias
Bajo la administración de Michelle Wu, Boston ha reafirmado su compromiso con los inmigrantes al no colaborar con ICE en la detención de personas cuyo único crimen es estar en el país sin documentación. La ciudad argumenta que cooperar con ICE sin una orden judicial explícita erosiona la confianza entre la policía y las comunidades de inmigrantes, dificultando así investigaciones criminales y poniendo en riesgo la seguridad pública.
“No queremos que el miedo a la deportación impida que las víctimas y testigos de crímenes se acerquen a la policía”, afirmó el fiscal de distrito de Suffolk, Kevin Hayden. Además, líderes religiosos han expresado su preocupación de que la retórica agresiva del gobierno federal aumente el temor entre las comunidades vulnerables.
Trump vs. las ciudades santuario: una batalla legal
El gobierno de Trump ha intensificado su ofensiva contra las ciudades santuario, amenazando con recortar fondos a aquellas que no cooperen con las autoridades migratorias. El Congreso, bajo control republicano, ya ha expresado su intención de cortar financiamiento a Boston y otras ciudades que rechacen la intervención de ICE.
En respuesta, comunidades como Chelsea y Somerville, en los suburbios de Boston, han interpuesto demandas para impedir que la administración de Trump tome represalias financieras contra ellas.
El futuro de Boston como ciudad santuario
A medida que se intensifica la lucha con el gobierno federal, la alcaldesa Michelle Wu ha asegurado que mantendrá su postura pro-inmigrante, a pesar de la presión. “Queremos que Boston siga siendo un lugar de acogida para quienes buscan un futuro mejor”, dijo Wu recientemente.
Mientras tanto, inmigrantes y defensores de derechos civiles siguen atentos a los próximos pasos del gobierno federal y a posibles acciones legales que puedan surgir en un intento por frenar las políticas oficiales de la Casa Blanca.