El cierre de escuelas en Texas: un reflejo de la crisis educativa en EE.UU.

Entre la competencia de escuelas privadas, el auge de la educación en casa y la reducción del financiamiento público, los distritos escolares luchan por mantenerse a flote.

El cierre de dos escuelas en Lufkin, Texas, no es un caso aislado. Se trata de una tendencia que está cobrando fuerza en diversas regiones de Estados Unidos, particularmente en distritos rurales y pequeños. La disminución en la matrícula, la competencia con escuelas charter y privadas, y el creciente número de familias que optan por la educación en casa han dejado a muchas instituciones en una situación insostenible.

Un problema estructural en el sistema educativo

En los últimos años, la cantidad de estudiantes matriculados en las escuelas públicas ha disminuido significativamente en muchas áreas del país. Lufkin, en particular, ha experimentado una caída pronunciada en su población estudiantil. De casi 8,500 alumnos hace 13 años, el registro actual se encuentra en apenas 6,846. Mientras tanto, la matrícula de las escuelas charter y otras modalidades de educación alternativa ha aumentado.

El caso de Pineywoods Community Academy es un ejemplo claro de esta migración. Esta escuela charter pasó de 635 a 1,022 estudiantes en una década, lo que ha reducido aún más la viabilidad de las escuelas públicas del distrito. Además, el homeschooling ha ganado popularidad, pero la falta de datos concretos hace difícil cuantificar su impacto exacto en la pérdida de alumnos en Lufkin.

El impacto de la privatización y los fondos públicos

Una medida que está en el centro del debate es la implementación de vales educativos, que permitirían a los padres utilizar fondos públicos para enviar a sus hijos a escuelas privadas. Si bien esta iniciativa lleva años en discusión en Texas, la actual composición legislativa sugiere que podría convertirse en una realidad en el corto plazo.

Para los distritos escolares tradicionales, como Lufkin, esta política podría agudizar aún más la crisis. Una menor cantidad de estudiantes matriculados significa menos financiamiento por parte del estado, lo que hace difícil mantener operativos programas educativos, infraestructuras y otros recursos esenciales.

El reto de competir por alumnos

Escuelas privadas, como St. Patrick Catholic Classical School, han reconocido la oportunidad que representa la implementación de los vales educativos. Según Candice Halls, ejecutiva de finanzas y operaciones de la institución, los vales permitirían que muchas familias que antes no podían inscribir a sus hijos en educación privada finalmente lo hicieran.

Por otro lado, las escuelas públicas deberán adoptar estrategias de marketing y promoción para atraer nuevos estudiantes y evitar que más familias opten por alternativas privadas o en casa. Sin embargo, esto supone una carga adicional para los presupuestos escolares ya debilitados. En Milwaukee, por ejemplo, los distritos escolares han llegado a gastar decenas de miles de dólares en estrategias de mercadeo—dinero que, de otro modo, podría destinarse a la educación directa de los alumnos.

El futuro de la educación en Lufkin

El cierre de las escuelas Kurth Primary y Coston Elementary es solo la punta del iceberg. Según James Hockenberry, superintendente del distrito escolar Lufkin ISD, el reto ahora es ganar de vuelta la confianza de los padres y fortalecer la oferta educativa para evitar la pérdida de más escuelas.

Si bien las estrategias de diversificación educativa pueden ayudar a algunas familias a encontrar la mejor opción para sus hijos, la desfinanciación sistemática de las escuelas públicas podría llevar a una brecha de acceso aún más amplia para las familias con menos recursos. Por ello, el balance entre competencia e igualdad de oportunidades se perfila como uno de los mayores dilemas del sistema educativo en Texas y en todo el país.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press