El incierto futuro del conflicto entre Israel y Hamas: ¿qué viene después del cese al fuego?

Las negociaciones sobre la segunda fase del acuerdo de tregua se encuentran estancadas, mientras ambas partes refuerzan sus posturas y la desconfianza crece.

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El cese al fuego que puso en pausa la guerra entre Israel y Hamas durante 15 meses está llegando a su fin y el panorama futuro es más incierto que nunca. Mientras las negociaciones sobre la segunda fase del acuerdo no han avanzado, ambos bandos refuerzan sus exigencias y la desconfianza sigue en aumento.

Una tregua frágil y llena de obstáculos

El conflicto actual, desatado tras el ataque de Hamas el 7 de octubre de 2023, ha sumido a la región en una crisis sin precedentes. La primera fase del cese al fuego, que permitió la liberación de 25 rehenes israelíes a cambio de cientos de prisioneros palestinos, ha finalizado en medio de nuevas tensiones.

Se esperaba que esta primera fase condujera a una segunda etapa de negociaciones, donde Hamas liberaría a los rehenes restantes a cambio de una retirada total de Israel de la Franja de Gaza y un acuerdo de paz duradero. Sin embargo, estas conversaciones apenas han iniciado de manera preparatoria y ya han surgido varios desencuentros.

Retrasos y disputas en la primera fase

Hamas cumplió con la entrega de cuerpos de rehenes fallecidos y está a la espera de entregar más restos, aunque se desconoce si esto ocurrirá en los tiempos previstos. A día de hoy, mantiene en su poder más de 60 rehenes, aproximadamente la mitad de los cuales se cree que han muerto.

Por otro lado, Israel ha postergado la liberación de alrededor de 600 prisioneros palestinos debido al maltrato que recibieron los rehenes liberados, quienes fueron obligados a desfilar ante multitudes. Las imágenes de los cautivos en condiciones deplorables generaron indignación en Israel y aumentaron la presión pública sobre el gobierno.

Un callejón sin salida para la segunda fase

El verdadero desafío está en la segunda fase de las negociaciones, pues Hamas exige el final definitivo de la ofensiva israelí y la retirada del ejército de Gaza. Esto pone a Israel en una disyuntiva entre sus dos principales objetivos: garantizar la liberación de los rehenes restantes o continuar con su misión de erradicar por completo a Hamas.

Para Hamas, el mantener a los rehenes como carta de negociación representa una de sus últimas herramientas de presión. En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dejado claro que no permitirá que Hamas conserve el control de Gaza tras el conflicto, complicando aún más el proceso de paz.

El papel de Egipto y Estados Unidos como mediadores

Uno de los puntos más críticos en torno a las negociaciones ha sido el papel de Egipto, mediador clave en las conversaciones. El gobierno egipcio ha afirmado que no discutirá la prolongación de la primera fase hasta que la segunda sea abordada formalmente.

Asimismo, Estados Unidos sigue involucrado en la crisis a través de su enviado especial, Steve Witkoff, quien ha viajado a la región con la esperanza de extender la tregua. Sin embargo, la administración de Joe Biden enfrenta un escenario complicado debido a las posturas inflexibles de ambas partes y las crecientes presiones políticas tanto en Medio Oriente como en el propio territorio estadounidense.

¿Un nuevo estallido de violencia?

Con la tregua en peligro y la falta de acuerdos concretos, existe un alto riesgo de que el conflicto se reanude en los próximos días. Netanyahu es presionado por su ala más radical para intensificar los ataques contra Hamas, mientras que la organización palestina insiste en que no negociará hasta que los prisioneros palestinos pendientes sean liberados.

Además, Israel ha continuado su ofensiva en Cisjordania, desplazando a miles de palestinos y aumentando la tensión en la región. Este panorama genera preocupaciones sobre un posible recrudecimiento del conflicto y mayores pérdidas humanas.

Implicaciones para la reconstrucción de Gaza

Si bien se ha hablado de una tercera fase tras un eventual acuerdo de paz, donde se abordarían temas como la reconstrucción de Gaza y el retorno de los desplazados, este escenario parece lejano. La devastación en la Franja es inmensa y los cálculos preliminares indican que la reconstrucción tomará años y costará miles de millones de dólares.

El sentimiento de desconfianza entre ambas partes, sumado a la falta de claridad sobre el futuro político del territorio, ensombrece cualquier esperanza de una solución rápida y sostenible.

Un conflicto sin final a la vista

A medida que se acerca la fecha límite de la tregua, el destino de la región sigue siendo incierto. Las divisiones internas en ambos bandos, la presión de la comunidad internacional y la desesperación de las familias de los rehenes afectan las decisiones políticas.

El camino hacia la paz sigue siendo extremadamente difícil, y mientras no haya compromisos concretos, el temor a un nuevo episodio de violencia sigue siendo latente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press