Níger y el dilema de la transición: ¿Un regreso real a la democracia o un gobierno militar prolongado?
El plan propuesto por la Conferencia Nacional de Níger busca una transición de cinco años, pero con condiciones que podrían consolidar el poder del actual régimen militar.
La transición propuesta: ¿una solución o una estrategia?
El 2023 marcó un punto de inflexión en Níger cuando el ejército tomó el poder tras un golpe de Estado, sumándose a la ola de golpes militares en la región del Sahel. Ahora, la Conferencia Nacional ha propuesto una transición de cinco años para devolver el poder a un gobierno civil, pero las condiciones del plan han generado dudas sobre si realmente llevarán a una reconstrucción democrática o a la consolidación del actual gobierno militar.
Entre los puntos más controversiales de la propuesta destaca la eliminación de los partidos políticos actuales y la instauración de un nuevo sistema en el que solo se permitirían cinco partidos. Además, el líder militar, el Brigadier General Abdourahamane Tchiani, tendría la opción de postularse en las futuras elecciones, lo que plantea interrogantes sobre la transparencia y legitimidad del proceso.
El impacto de los golpes de Estado y la militarización del Sahel
Níger no está solo en esta situación. Sus vecinos Mali y Burkina Faso también han sido escenario de golpes militares recientes. Lo que comenzó como una respuesta a la creciente amenaza yihadista ha resultado en la salida de fuerzas occidentales, en particular las francesas, y un acercamiento a Rusia a través del Grupo Wagner, la fuerza mercenaria que ha ganado protagonismo en la seguridad de estos países.
Sin embargo, lejos de pacificar la región, el número de ataques y asesinatos en Níger y sus países vecinos ha alcanzado cifras récord. Según datos de la Organización de Naciones Unidas, en los últimos seis meses más de 3,470 personas han perdido la vida debido a la violencia.
La salida de ECOWAS y la creación de una nueva alianza
Otro hecho clave ha sido la decisión de Níger, Mali y Burkina Faso de abandonar la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS), el bloque regional que sancionó a estos gobiernos tras los golpes de Estado. En respuesta, los tres países establecieron su propia coalición de seguridad, la Alianza de Estados del Sahel, lo que algunos analistas consideran un intento de legitimar sus regímenes militares en medio de crecientes tensiones con organizaciones internacionales.
La pregunta que surge es si esta nueva alianza será suficiente para reemplazar el apoyo y la mediación de ECOWAS, o si acabará por aislar aún más a la región.
Los desafíos y el futuro de Níger
La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de Níger y la ruta que tomará para su anunciada transición. Aunque el general Tchiani ha asegurado su compromiso con las recomendaciones de la Conferencia Nacional, las restricciones políticas y la posibilidad de su permanencia en el poder generan escepticismo.
Si la historia reciente de la región nos ha enseñado algo, es que las transiciones militares rara vez conducen de inmediato a democracias plenas. En un entorno donde la inseguridad sigue en aumento y el poder militar se ha consolidado, Níger enfrenta un camino incierto hacia su futuro político.