¿Podría Trump Realmente Tomar el Control de Washington, D.C.?
El expresidente ha insinuado un posible control federal del Distrito de Columbia, pero ¿qué tan viable es realmente?
Un antiguo anhelo de Trump
Desde su primer mandato, Donald Trump ha expresado abiertamente su desdén por el gobierno local de Washington, D.C. En varias ocasiones, ha insinuado la posibilidad de que el gobierno federal tome el control directo de la ciudad. Ahora, en su segunda presidencia, vuelve a poner el tema sobre la mesa. Pero ¿qué tan posible es realmente que esto suceda?
¿Cómo podría ocurrir un control federal de D.C.?
La ciudad de Washington, D.C., opera bajo la Ley de Autogobierno del Distrito de Columbia de 1973, que otorga a la ciudad un cierto grado de autonomía. Sin embargo, debido a la naturaleza única del Distrito, el Congreso de EE.UU. aún tiene el poder de revocar cualquier legislación local. Para que un control federal total ocurriera, el Congreso tendría que votar a favor de derogar esta ley—una acción altamente controversial.
Con los republicanos controlando el Congreso por un pequeño margen, la posibilidad existe, pero eso no significa que sea un movimiento políticamente viable. No solo sería impopular entre los residentes de D.C., sino que también enfrentaría desafíos legales significativos.
Los problemas de criminalidad y gobernanza
Trump ha utilizado los aumentos en la criminalidad como una justificación para sugerir una toma de control. En 2023, los índices de homicidios y robos de autos en la capital aumentaron considerablemente, lo que provocó la preocupación de muchos ciudadanos. No obstante, en 2024 las tasas disminuyeron, reflejando los esfuerzos concertados de la policía y nuevas políticas de seguridad implementadas por la alcaldesa Muriel Bowser.
Aunque Trump critica repetidamente las políticas locales, los datos indican que la criminalidad en D.C. todavía está lejos de los niveles que alcanzó en la década de 1990, cuando la ciudad era considerada una de las más violentas del país.
La relación de Trump con D.C.: de la confrontación al enfrentamiento
Durante su primer mandato, Trump tuvo varios conflictos con las autoridades locales de Washington. En particular, la alcaldesa Muriel Bowser enfrentó sus decisiones en varias ocasiones, como cuando Trump desplegó tropas federales durante las protestas por el asesinato de George Floyd en 2020. En respuesta, Bowser mandó pintar un gigantesco mural con la frase Black Lives Matter a pocos metros de la Casa Blanca.
Las tensiones llegaron a tal punto que, cuando Trump visitó la ciudad en 2023 por su juicio en relación con los intentos de revertir los resultados de las elecciones de 2020, la describió como una "vergüenza sucia y llena de crímenes".
¿Qué papel jugaría el Congreso?
El Congreso, que tiene la última palabra en muchas decisiones de D.C., ha sido utilizado en varias ocasiones para modificar leyes locales a través de órdenes presupuestarias. Desde la reducción de fondos para ciertos programas hasta la reversión de una reforma al código penal en 2023, los legisladores han dejado en claro que pueden intervenir si lo desean.
Sin embargo, tomar el control total de la ciudad sería un paso mucho más radical que simplemente ajustar aspectos administrativos. Implicaría asumir la responsabilidad total de gobernar un área metropolitana con más de 700,000 residentes, lo cual probablemente sería una carga indeseada para muchos miembros del Congreso.
¿Trump lo dice en serio o es solo retórica?
Las declaraciones de Trump sobre tomar el control de D.C. podrían ser simplemente una táctica política para encender su base de seguidores republicanos, quienes ya ven con desconfianza las grandes ciudades lideradas por demócratas. Sin embargo, también es posible que su administración explorará medidas más drásticas, como la intervención en el departamento de policía local o la imposición de regulaciones más estrictas sobre criminalidad.
¿Qué pasa con la opinión de los ciudadanos de D.C.?
Los residentes de D.C. históricamente han apoyado firmemente la autonomía de la ciudad. En 2016, 86% de los votantes locales respaldaron un referéndum a favor de convertir a D.C. en el estado número 51 de Estados Unidos, aunque la medida no avanzó en el Congreso. Es decir, cualquier intento de quitarles el autogobierno sería recibido con protestas y resistencia.
¿Se materializará la amenaza?
Por ahora, todo parece indicar que la idea de un control federal de D.C. es más una herramienta política que una propuesta realista. Aunque Trump tiene influencia dentro del partido republicano, convencer a suficientes congresistas para aprobar una medida tan radical sería complicado.
Aún así, la administración Trump podría continuar con acciones que limiten la autonomía de D.C., como la implementación de restricciones de seguridad más severas, recortes presupuestarios o medidas de control sobre la policía local.
Lo que es seguro es que la batalla entre Trump y las autoridades de D.C. seguirá siendo un foco de atención política durante los próximos años.