Airbnb vs. Nueva Orleans: La batalla por la regulación de alquileres a corto plazo

La ciudad busca imponer normas estrictas para combatir el alquiler ilegal, pero Airbnb se resiste

El enfrentamiento entre la ciudad de Nueva Orleans y la plataforma de alquileres a corto plazo Airbnb ha alcanzado un nuevo nivel con la demanda presentada por la empresa contra las regulaciones impuestas por la ciudad. En el centro del conflicto está la lucha por controlar el crecimiento descontrolado de alquileres ilegales y la necesidad de preservar viviendas asequibles para los residentes.

Un problema en auge

Durante años, Nueva Orleans ha sido un destino turístico de primer nivel, atrayendo a millones de visitantes anualmente. Este auge del turismo ha dado pie a un crecimiento exponencial de los alquileres a corto plazo mediante plataformas como Airbnb. Sin embargo, este fenómeno ha generado un efecto negativo en la oferta de vivienda, agravando la crisis de asequibilidad que afecta a la ciudad.

Según datos del Ayuntamiento de Nueva Orleans, en la actualidad hay aproximadamente 1,350 propiedades de alquiler a corto plazo con licencias legales. No obstante, se estima que más de 7,000 anuncios activos en Airbnb revelan la presencia de miles de alquileres ilegales. Angela Owczarek, activista de vivienda asequible en Jane Place Neighborhood Sustainability Initiative, ha señalado que este problema afecta directamente a las familias que buscan viviendas a precios razonables.

Las regulaciones de la ciudad y la reacción de Airbnb

En respuesta a estos problemas, la ciudad ha intentado implementar una serie de normativas estrictas desde 2019. Sin embargo, varias de estas regulaciones han sido revocadas en tribunales, lo que ha obligado a las autoridades locales a reformular sus estrategias.

En 2023, el Ayuntamiento de Nueva Orleans aprobó una nueva regulación que exige a los propietarios de Airbnb residir en la propiedad y limita el número de alquileres a corto plazo a uno por cuadra. Pese a ello, la aplicación de estas normas ha sido un desafío, permitiendo que los alquileres ilegales vuelvan a aparecer con facilidad.

Más recientemente, la ciudad implementó una medida que obliga a Airbnb y otras empresas a verificar que todas las propiedades anunciadas cuenten con los permisos correspondientes. Según el presidente del Ayuntamiento, J.P. Morrell, esta política sería un “cambio de juego” que pondría fin a la falsificación de permisos y la proliferación de alquileres no regulados.

El argumento de Airbnb

El gigante de los alquileres respondió con una demanda en la que argumenta que no debería estar obligado a hacer cumplir las normativas de la ciudad. Airbnb se amparó en la misma legislación que protege a las redes sociales de ser responsables por los contenidos generados por sus usuarios. “Es responsabilidad del gobierno hacer cumplir sus leyes, no de Airbnb”, subraya la demanda.

Además, la compañía califica el marco regulatorio de Nueva Orleans como “punitivo” y argumenta que viola los derechos fundamentales de los propietarios de viviendas. Otro de los principales reclamos de la empresa es que la ciudad le exige compartir información confidencial que incluye impuestos recaudados, tarifas y el número de reservas de cada propiedad en reportes mensuales.

Impacto en los propietarios de Airbnb

Mientras la batalla legal avanza, muchos propietarios de alquileres a corto plazo en Nueva Orleans se encuentran en una situación difícil. Bret Bodin y Brad Newell, quienes adquirieron una casa en el histórico barrio de Treme en 2013, han visto cómo las regulaciones afectan su capacidad de generar ingresos.

Para ellos, alquilar un anexo y una buhardilla en Airbnb representaba una forma de obtener ingresos sin perder espacio para recibir visitas. Sin embargo, con el aumento del costo del seguro, las utilidades y la inflación, su dependencia de Airbnb ha crecido. Con las nuevas reglas, solo pueden alquilar uno de sus espacios, reduciendo significativamente sus ingresos.

Lo que comenzó como un ingreso complementario se convirtió en algo esencial”, explicó Newell.

¿Podría Nueva Orleans prohibir Airbnb?

Ante la postura desafiante de Airbnb, el presidente del Ayuntamiento ha sugerido que, si la ciudad no puede regular los alquileres a corto plazo de manera efectiva, podría considerar una prohibición total.

Aunque otros miembros del consejo, como Oliver Thomas, creen que la ciudad debería esperar a los resultados del litigio antes de tomar decisiones drásticas, la posibilidad de un veto total podría significar un golpe devastador para Airbnb en este mercado.

Un problema recurrente en otras ciudades

El conflicto en Nueva Orleans no es un caso aislado. Airbnb ha enfrentado desafíos similares en otras ciudades de Estados Unidos y el mundo. En Nueva York, por ejemplo, la ciudad implementó regulaciones estrictas que redujeron drásticamente el número de alquileres a corto plazo disponibles. En San Francisco, la empresa también se vio obligada a adoptar restricciones significativas tras enfrentarse a demandas y regulaciones locales.

Este tipo de medidas no solo afectan a Airbnb, sino que también están transformando la manera en que las ciudades abordan el impacto de los alquileres a corto plazo en sus mercados de vivienda.

Por ahora, la pelea en Nueva Orleans continúa. Mientras las autoridades locales buscan reforzar su capacidad regulatoria, Airbnb sigue resistiendo. ¿Será este un momento decisivo en la relación entre las ciudades y la economía colaborativa? Solo el tiempo lo dirá.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press