Ucrania en vilo: miedo, diplomacia y el futuro incierto del conflicto con Rusia
Mientras EE.UU. y Rusia se preparan para negociar sin Kiev, los ucranianos temen un acuerdo que no les favorezca
El temor de ser relegados en las negociaciones
Después de casi tres años de guerra, los ucranianos han aprendido a vivir bajo el constante peligro de los bombardeos rusos. Sin embargo, una nueva preocupación se asoma en el horizonte: la posibilidad de que el fin del conflicto llegue a espaldas de Kiev y en términos desfavorables para Ucrania. Los planes de altos funcionarios de EE.UU. y Rusia para reunirse en Arabia Saudita con el objetivo de discutir el fin del conflicto han despertado una gran inquietud en el país. Uno de los principales factores de molestia es la exclusión del gobierno ucraniano en este diálogo. "Nos están destruyendo, estamos sufriendo, estamos luchando. ¿Y nuestro presidente no participa?", exclamó Lidiia Odyntsova, una ucraniana de 71 años, con lágrimas en los ojos frente a un monumento a los soldados caídos en Kiev. Aunque el Departamento de Estado de EE.UU. ha asegurado que ninguna negociación de paz puede ocurrir sin la participación de Ucrania, muchos ciudadanos y analistas ven con escepticismo estas declaraciones.Trump, Putin y el futuro incierto de la guerra
Las alarmas se encendieron cuando el expresidente y actual candidato presidencial de EE.UU., Donald Trump, sostuvo una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, en la que expresó su disposición a iniciar negociaciones. La sorpresa fue aún mayor cuando el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, declaró que la membresía de Ucrania en la OTAN no era realista y sugirió que Kiev debería resignarse a no recuperar todos sus territorios ocupados. Estas declaraciones han sido un balde de agua fría para Ucrania, que no solo enfrenta dificultades estratégicas en el campo de batalla, sino que ahora también debe lidiar con la posibilidad de una negociación que atenúe su posición de fuerza. Un acuerdo prematuro sin garantías de seguridad podría permitir a Rusia rearmarse y lanzar futuros ataques.Desconfianza en las negociaciones y miedo al futuro
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha rechazado la reunión en Arabia Saudita, asegurando que no dará frutos sin la participación de Kiev. Sin embargo, la presión internacional hacia una resolución del conflicto sigue aumentando, y algunos ven con preocupación las señales de desgaste en el apoyo a Ucrania por parte de Occidente. Valerii Semenii, un soldado ucraniano de 59 años, expresó su temor de que un mal acuerdo traiga consecuencias catastróficas. "Trump está marchando hacia una guerra mundial, porque no se puede apaciguar al agresor", afirmó, haciendo referencia a los peligros de ceder territorio y legitimidad a Rusia.El papel de Europa y la preocupación de la OTAN
Más allá de la preocupación interna en Ucrania, varios países europeos han manifestado su inquietud. Como bien lo expresa Oleksandr Shyrshyn, comandante de una unidad ucraniana en el frente de batalla: "Tenemos que entender que Rusia no es solo un peligro para Ucrania. Toda Europa teme que se repita nuestro escenario". La OTAN también se enfrenta a un dilema. Por un lado, quiere evitar una escalada directa del conflicto que lleve a una confrontación global; por otro, sabe que ceder posiciones sin garantías de seguridad podría debilitar la alianza y dar ventaja a Rusia. Ucrania sigue viendo en la OTAN su mejor esperanza de estabilidad, pero las declaraciones desde Washington han sido desalentadoras.Ucrania, ¿sólo una pieza en el ajedrez geopolítico?
El conflicto ha puesto de relieve un dilema central: ¿hasta qué punto los intereses de las grandes potencias prevalecerán sobre el derecho de Ucrania a definir su propio destino? La historia demuestra que acuerdos de paz apresurados, sin asegurar una estabilidad duradera, tienden a sembrar las semillas de futuros conflictos. A pesar del cansancio de la guerra, la mayoría de los ucranianos coinciden en un punto: el fin de la guerra no puede implicar una rendición encubierta. "Si EE.UU. no nos apoya con todo su poder, tendremos más muertos, más pérdidas, pero seguiremos luchando porque es una cuestión de nuestra existencia", sentenció Shyrshyn. La incertidumbre domina el panorama. Mientras las grandes potencias juegan su partida diplomática, Ucrania sigue en el campo de batalla, resistiendo, esperando —y temiendo— lo que vendrá. Este artículo fue redactado con información de Associated Press