Trump busca reducir el gasto militar: ¿Un sueño imposible o una estrategia viable?
El expresidente propone reducir en un 50% los presupuestos de defensa de EE.UU., Rusia y China en un intento por frenar la carrera armamentista.
Una propuesta ambiciosa pero ¿realista?
Donald Trump, expresidente de EE.UU., ha planteado una idea que, de concretarse, podría redefinir el equilibrio geopolítico mundial: reducir en un 50% los presupuestos de defensa de Estados Unidos, Rusia y China. En declaraciones desde el Despacho Oval, Trump afirmó que la carrera armamentista actual es innecesaria y costosa, e instó a estos países a repensar sus estrategias nucleares.
“No hay razón para seguir construyendo nuevas armas nucleares. Ya tenemos suficientes como para destruir el mundo varias veces”, comentó Trump, argumentando que recortar estos gastos permitiría redirigir recursos a otras áreas más productivas.
El contexto geopolítico: ¿es posible una reducción conjunta?
Estados Unidos y Rusia han dominado históricamente el panorama nuclear desde la Guerra Fría, y aunque han firmado tratados como el New START, estos acuerdos han sido constantemente desafiados por tensiones políticas. Rusia, por ejemplo, suspendió su participación en el tratado durante la administración Biden, argumentando que EE.UU. incumplía una postura de igualdad en materia de armas estratégicas.
Por otro lado, China ha mantenido una estrategia más cautelosa, con un arsenal nuclear significativamente menor, pero cuyo crecimiento preocupa a las potencias occidentales. Según expertos, en los próximos 5 o 6 años Pekín podría alcanzar un nivel de disuasión similar al de Moscú y Washington.
Los costos del rearme: una carga para las economías
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) reportó que el presupuesto militar de EE.UU. para 2023 alcanzó los 877 mil millones de dólares, el más alto del mundo. Rusia y China, aunque con cifras menores, también destinan una parte significativa de su PIB a defensa.
- EE.UU.: 877 mil millones de dólares.
- China: 292 mil millones de dólares.
- Rusia: 86 mil millones de dólares.
Trump considera que estos fondos podrían utilizarse mejor en infraestructura, salud y desarrollo económico. Sin embargo, la realidad es que el complejo industrial-militar estadounidense y la competencia estratégica con potencias como China dificultan un cambio radical en esta política.
Un precedente fallido: el intento de incluir a China en New START
Durante su primera administración, Trump intentó sin éxito incluir a China en las conversaciones del tratado New START, originalmente firmado entre EE.UU. y Rusia para limitar sus armas nucleares estratégicas. Pekín rechazó la propuesta argumentando que su arsenal es considerablemente menor y que primero Washington y Moscú debían hacer reducciones significativas antes de considerar una participación china.
Con estos antecedentes, la pregunta es inevitable: ¿qué haría diferente esta vez para convencer a Xi Jinping y a Vladimir Putin de reducir sus presupuestos?
Escenarios posibles: ¿diálogo o ruptura?
Si Trump logra regresar al poder en 2025, sus intenciones de diálogo dependerán no solo de las elecciones en EE.UU., sino también de la disposición de Rusia y China en un panorama marcado por la guerra en Ucrania y las tensiones en el Indo-Pacífico.
Aunque la idea de reducir gastos militares suena atractiva para el ciudadano promedio, los analistas advierten que lograr un pacto de este calibre requerirá concesiones significativas en materia de seguridad y confianza mutua, algo que en el actual entorno internacional parece poco probable.
El expresidente ha prometido que buscará reunirse con Xi y Putin para plantear su idea, pero el escepticismo rodea el plan, especialmente porque cualquier tratado de reducción de armas debe pasar por procesos legislativos y revisiones estratégicas dentro de cada país.
¿Un sueño político o una estrategia viable?
La propuesta de Trump es sin duda llamativa, pero los obstáculos diplomáticos y estratégicos que enfrenta son enormes. La legitimidad de la disuasión nuclear sigue siendo un tema central en las relaciones internacionales, y persuadir a las otras grandes potencias de reducir drásticamente su capacidad militar podría ser una tarea hercúlea.
¿Podrá Trump convencer a Rusia y China de frenar la carrera armamentista, o su idea quedará como una promesa difícil de cumplir? El tiempo dirá si este audaz planteamiento se traduce en acciones concretas.