Denali vs. Mount McKinley: Una batalla de identidad y política en Alaska

El debate sobre el nombre de la montaña más alta de Norteamérica sigue siendo un tema candente en la política estadounidense.

El icónico pico de 6,190 metros de altura ubicado en Alaska ha sido el centro de una disputa de décadas sobre su nombre: ¿Denali o Mount McKinley? La cuestión persiste en la política estadounidense, con legisladores de Alaska impulsando nuevamente su reconocimiento como Denali, mientras que el expresidente Donald Trump intentó revertir esta decisión.

El origen del nombre y su significado

Denali, que en el idioma de los Koyukon Athabascans significa “El Grande” o “El Alto”, ha sido el nombre tradicional de la montaña durante siglos. La tribu indígena que habitaba la región mucho antes de la llegada de los colonos blancos ya utilizaba este término para referirse a la imponente montaña.

Sin embargo, en 1896, un prospector de oro decidió nombrarla Mount McKinley en honor a William McKinley, quien eventualmente sería el 25° presidente de Estados Unidos. Irónicamente, McKinley nunca visitó Alaska ni tuvo vínculo directo con la región.

Un cambio de nombre con tintes políticos

Durante más de un siglo, el nombre de Mount McKinley fue reconocido oficialmente. Sin embargo, en 2015 el gobierno de Barack Obama, a través de su secretario del Interior Sally Jewell, devolvió el nombre ancestral, “Denali”, a la montaña. Este movimiento respondió a años de esfuerzos por parte de los legisladores y ciudadanos de Alaska que pedían restaurar la designación original y reconocer el derecho de los pueblos indígenas.

La medida encontró una fuerte oposición, especialmente en el estado de Ohio, tierra natal del presidente McKinley. Varios congresistas de Ohio intentaron frenar el cambio, pero finalmente el reconocimiento de Denali prevaleció.

La reacción de Trump y la nueva ofensiva legislativa

Cuando Donald Trump asumió la presidencia en 2017, se mostró en desacuerdo con la decisión de Obama y emitió una orden ejecutiva para revertirla y restablecer el nombre de Mount McKinley. Su argumento se basaba en lo que consideraba un “afrenta a la memoria y al sacrificio” del expresidente McKinley.

Sin embargo, la respuesta en Alaska ha sido contundente. Tanto la senadora Lisa Murkowski como el senador Dan Sullivan han trabajado en nuevas leyes para garantizar que la montaña sea oficialmente reconocida como Denali. Murkowski declaró: "En Alaska, este pico siempre será Denali. No es un tema político, es un tema de identidad y cultura para los alaskenses y los pueblos nativos".

Un debate que refleja la lucha por el reconocimiento indígena

Más allá de la política, el debate sobre el nombre de la montaña ilustra una cuestión más profunda: el reconocimiento de los derechos y la historia de los pueblos indígenas en Estados Unidos. Por siglos, las comunidades nativas han sido marginadas en la toma de decisiones sobre sus territorios y patrimonio cultural.

El caso de Denali ejemplifica un intento por rectificar esta injusticia histórica, brindando el reconocimiento merecido a quienes han habitado y nombrado estas tierras mucho antes de la llegada de los colonos europeos.

¿Qué depara el futuro?

El debate sobre si la montaña más alta de Norteamérica debe llamarse Denali o Mount McKinley podría continuar en el Congreso y en la opinión pública. Mientras en Ohio persisten los esfuerzos por restaurar el nombre en honor a McKinley, en Alaska parece haber un consenso casi unánime de que la designación adecuada es Denali.

Para muchos estadounidenses, este tema puede parecer solo un asunto de nomenclatura. Sin embargo, para los pueblos indígenas de Alaska y sus defensores, representa un símbolo de respeto, reconocimiento y autonomía cultural.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press