Escándalo en Illinois: Cientos de denuncias por abuso sexual en centros de detención juvenil

Más de 800 personas han presentado denuncias por abusos sistémicos en centros de detención juvenil en Illinois y otros estados, exigiendo justicia tras décadas de impunidad.

Denuncias de abuso sexual sacuden el sistema de detención juvenil

En un impactante giro de los acontecimientos, más de 800 personas han presentado denuncias alegando haber sido víctimas de abuso sexual en centros de detención juvenil de Illinois. Las quejas abarcan supuestos abusos ocurridos entre 1997 y 2023, con acusaciones de violaciones, agresiones físicas y abuso sostenido por parte de empleados de estas instituciones.

Marcus Walker, una de las víctimas y ya adulto, relató en una conferencia de prensa lo que ha sufrido desde su adolescencia tras ser víctima de agresión sexual en un centro de detención juvenil. Su testimonio refleja el impacto devastador de estos abusos, indicando que sufrió trastorno de estrés postraumático e incluso pensamientos suicidas.

Sistema fallido y décadas de impunidad

Los documentos legales indican que el estado de Illinois tenía conocimiento de estos abusos desde hace décadas, pero no tomó medidas adecuadas para proteger a los jóvenes confinados. Muchas de las víctimas han señalado que, al intentar denunciar los abusos, recibieron amenazas de represalias como traslados a instalaciones más duras o prolongación de sus sentencias.

La firma de abogados que representa a las víctimas ha señalado que los fiscales locales tienen suficientes detalles para abrir investigaciones penales contra los presuntos agresores, algunos de los cuales fueron identificados en las denuncias.

“¿Cuántas más personas deben contar lo que vivieron para que las autoridades tomen medidas?”, cuestionó el abogado Jerome Block.

El impacto de estas denuncias y la respuesta de las autoridades

El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ha reconocido la gravedad de las acusaciones, aunque en sus primeras declaraciones intentó distanciarse de los hechos asegurando que ocurrieron antes de su administración. Sin embargo, la creciente ola de demandas ha causado presión sobre el gobierno estatal.

El Departamento de Justicia de Illinois ha mantenido un silencio preocupante, mientras que la oficina del fiscal general Kwame Raoul, que ha trabajado en investigaciones de abuso clerical, no ha emitido declaraciones. Este silencio inquieta a las víctimas y a los activistas que exigen rendición de cuentas.

El problema se extiende más allá de Illinois

Este escándalo no es exclusivo de Illinois. En Nueva Jersey, Pensilvania, Maryland y Nuevo Hampshire también se han presentado denuncias similares, lo que sugiere un problema sistémico en los centros de detención juvenil de Estados Unidos. Expertos en derechos humanos han señalado que la falta de supervisión dentro de estas instituciones facilita el abuso de menores sin temor a consecuencias.

Los abusadores identificados dentro de las denuncias incluyen personal de cocina, consejeros, oficiales de corrección y otros empleados. En muchos casos, las víctimas han recordado a los agresores por rasgos físicos, nombres o apodos, lo que proporciona información clave para las investigaciones.

Las demandas y la búsqueda de justicia

Las demandas presentadas contra el estado de Illinois buscan aproximadamente $2 millones de dólares por víctima, la cantidad máxima permitida por la ley. Se espera que las audiencias comiencen en las próximas semanas, y los abogados han advertido que la cifra de demandantes seguirá creciendo.

Mientras las víctimas continúan compartiendo sus testimonios, se mantiene la incertidumbre sobre si se hará justicia en estos casos. Charles Graves, otra de las víctimas, denunció que a los 13 años fue abusado en instalaciones en Harrisburg y Joliet. “Intenté hablar con otros empleados, pero me castigaron en lugar de ayudarme”, afirmó.

Un llamado a la acción

Pese a la magnitud de las denuncias, hasta ahora ha habido muy pocas detenciones relacionadas con estos abusos. Los activistas exigen que se tomen medidas inmediatas para investigar a fondo cada caso y para reformar el sistema juvenil de detención en Estados Unidos.

En medio del escándalo, Marcus Walker ha encontrado una razón para seguir adelante: ser padre. “Ahora que tengo un hijo, quiero que el mundo sepa mi historia y que esto ya no le pase a nadie más”, confesó entre lágrimas.

La situación en Illinois y otros estados resalta la necesidad urgente de un cambio en las políticas de protección a menores en centros de detención. La pregunta que queda en el aire es si las autoridades finalmente actuarán para detener estos horrores o permitirán que la impunidad prevalezca.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press