El desmantelamiento de USAID: Impacto económico y social del congelamiento de fondos
Empresas, trabajadores y comunidades afectadas por la paralización de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
El colapso de USAID bajo la administración Trump
El gobierno de Donald Trump llevó a cabo una de las reestructuraciones más radicales en la historia de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). A través de una orden ejecutiva del 20 de enero, el entonces presidente congeló la ayuda exterior y forzó el cierre de numerosos programas, lo que trajo repercusiones devastadoras no solo para las comunidades beneficiarias, sino también para las empresas y trabajadores estadounidenses que dependían de estos contratos internacionales.
Millones en deudas y despidos masivos
Algunas de las mayores empresas proveedoras de USAID, como la firma Chemonics International, denunciaron una deuda de más de $100 millones en facturas impagas y cerca de $500 millones en medicamentos y productos esenciales atascados en la cadena de suministro. Como resultado, la compañía se vio obligada a despedir a 750 empleados. Estos despidos no solo afectaron a trabajadores, sino que incumplieron contratos previamente firmados, provocando demandas en cortes federales.
Un impacto humanitario catastrófico
El cese de operaciones de USAID también trajo consecuencias letales en comunidades vulnerables a nivel mundial, donde los fondos de la agencia eran esenciales para garantizar la provisión de alimentos, medicamentos y otros bienes básicos. Según cifras presentadas en la demanda, la interrupción de estos programas podría haber causado hasta 566,000 muertes, incluidas 215,000 de niños debido a la falta de acceso a tratamientos para el VIH/SIDA, la malaria y problemas de salud reproductiva.
Demandas contra la administración
La abrupta decisión de cortar la ayuda internacional fue impugnada en los tribunales por diversas organizaciones y empresas afectadas. En la demanda presentada en Washington, se incluyeron grupos de derechos humanos, la Asociación de Abogados de los EE.UU. y un conjunto de 170 pequeñas empresas que dependían de contratos con USAID.
Uno de los principales argumentos es que el gobierno de Trump no tenía la autoridad unilateral para bloquear programas y fondos ya aprobados por el Congreso sin su consentimiento. “No se puede subestimar el impacto de esta conducta ilegal: desde empresas forzadas a cerrar operaciones hasta comunidades enteras privadas de medicinas y alimentos esenciales”, señala la demanda.
El futuro de USAID y la ayuda internacional
Aunque la administración Biden prometió restaurar los programas afectados, muchos contratos fueron cancelados permanentemente, y la reputación de EE.UU. como líder en asistencia internacional quedó gravemente dañada. Además, la incertidumbre sobre el futuro de la agencia persiste, con sectores políticos presionando por reducir su alcance y financiamiento.
La paralización de USAID demuestra cómo las decisiones políticas pueden tener un impacto global inmediato, afectando tanto la economía local como la situación humanitaria en algunos de los países más vulnerables del mundo.