El impacto del congelamiento de ayuda de EE.UU. en organizaciones de derechos humanos en Rusia y Bielorrusia
La decisión de Trump pone en jaque a medios independientes y grupos de derechos humanos en medio de regímenes autoritarios
El recorte de fondos y su impacto en activistas
La reciente decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de congelar por 90 días la ayuda destinada a organizaciones de derechos humanos y medios independientes en Rusia y Bielorrusia ha caído como un balde de agua fría para muchos de estos grupos. La medida, que afecta financiamientos provenientes de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y otras entidades financiadas por el gobierno estadounidense, ha puesto a varias organizaciones en una situación delicada.
Organizaciones bajo amenaza
Para algunos grupos, la reducción de fondos implica simplemente la necesidad de ajustar presupuestos. Para otros, es una amenaza existencial. Según un portavoz del grupo ruso OVD-Info, la congelación de fondos no impactará directamente su financiación, pues dependen en gran medida de donaciones privadas. No obstante, advirtió que la desaparición de otros grupos con los que colaboran sí podría afectar su trabajo en la documentación de detenciones y asistencia legal a víctimas de represiones políticas.
Por otro lado, Kovcheg, una organización que ayuda a disidentes rusos exiliados, ha perdido un 30% de su presupuesto tras la decisión de Trump. “Los fondos estaban destinados a proyectos futuros y mejoras, lo cual es lamentable, pero podremos seguir operando gracias al crowdfunding y la publicidad”, explicó su fundadora, Anastasia Burakova.
El impacto sobre los medios independientes
Los medios de comunicación independientes han sido de los más golpeados. Según el informe divulgado por opositores bielorrusos, 30 medios importantes operan en el extranjero tras la represión desatada por el presidente Alexander Lukashenko en 2020. De estos, seis han expresado que han perdido totalmente su fuente de financiación y ahora están al borde del cierre.
El informe estima que aproximadamente 1,7 millones de dólares en ayudas estadounidenses están congelados, lo que representa más de la mitad de los fondos extranjeros dirigidos a los medios independientes exiliados. Esto ha obligado a algunas redacciones a despedir empleados y reducir coberturas.
La crisis de los derechos humanos
Uno de los mayores problemas derivados del recorte de ayuda es la afectación a los programas de asistencia a presos políticos. De acuerdo con el grupo bielorruso Viasna, que se dedica a la defensa de los derechos humanos, hay más de 1.200 presos políticos en el país y muchos activistas han huido del régimen para evitar la persecución. Los fondos congelados servían para proporcionar apoyo legal y asistencia a sus familias.
Las alternativas ante la crisis
Ante la incertidumbre, algunos empresarios rusos en el exilio, como Mijaíl Jodorkovski y Boris Zimin, han ofrecido fondos alternativos para cubrir el vacío dejado por la retirada temporal de ayuda estadounidense. Han destinado 600.000 dólares para apoyar proyectos rusos y ucranianos, aunque reconocen que esta cifra es insuficiente para compensar completamente las pérdidas.
Sin embargo, según Franak Viačorka, asesor de la líder opositora bielorrusa Sviatlana Tsikhanouskaya, se están explorando nuevos canales de financiamiento para evitar que el cierre de medios independientes y organizaciones de derechos humanos en Bielorrusia y Rusia brinde más terreno a la propaganda estatal.