Los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026: ¿Preparándose para un desastre logístico?
La reconstrucción del centro de deslizamiento y la dispersión de sedes podrían convertir los Juegos de Invierno de Milán-Cortina en un desafío sin precedentes.
Un retraso que preocupa al COI
Con solo un año de margen para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026 en Milán-Cortina, uno de los proyectos clave sigue en jaque: la reconstrucción del centro de deslizamiento en Cortina d’Ampezzo. La incertidumbre ha llevado al Comité Olímpico Internacional (COI) a exigir un plan alternativo que contempla trasladar las competencias de bobsled, luge y skeleton hasta Lake Placid, en Nueva York.
Las alarmas se encendieron cuando se evidenció que las obras aún no estaban completas. Fabio Saldini, el comisionado del gobierno italiano a cargo del megaproyecto valorado en 118 millones de euros, aseguró que el 70% de la pista está terminada, pero el cronograma de finalización sigue siendo ajustado.
¿Un plan B demasiado extremo?
El COI habría preferido usar una pista ya operativa en Austria o Suiza en lugar de reconstruir el centro en Cortina, cerrado desde 2008. Sin embargo, el comité organizador optó por Lake Placid porque no requería ninguna inversión.
Andrea Varnier, CEO de Milán-Cortina 2026, trató de minimizar la preocupación al afirmar que “contamos con realizar las competencias en Cortina”. Pero el fantasma de trasladar las pruebas a Nueva York sigue presente y podría afectar la logística y la experiencia de los atletas y espectadores.
Impacto ambiental y controversias
El centro de deslizamiento de Cortina no solo representa un reto logístico, sino también medioambiental. Activistas han alzado la voz contra la tala de 800 árboles en la zona para dar paso a la pista.
Saldini trató de justificar la destrucción ambiental asegurando que los árboles no eran milenarios y que al finalizar la construcción se plantarían 10,000 nuevos. Sin embargo, los grupos ecologistas continúan expresando su indignación, denunciando los efectos climáticos de la reconstrucción.
La dispersión geográfica de los Juegos Olímpicos
Estos Juegos se presentan con un modelo innovador que busca reducir costos reutilizando infraestructura existente. El resultado, sin embargo, es una serie de sedes dispersas por todo el norte de Italia:
- Esquí alpino: Cortina para mujeres y Bormio para hombres (a 5.5 horas de distancia en auto)
- Freestyle y snowboard: Livigno
- Biatlón: Anterselva
- Eventos nórdicos: Val di Fiemme
- Deportes de hielo: Milán
Esta fragmentación genera desafíos logísticos y podría afectar tanto a los deportistas como a los espectadores, quienes tendrían dificultades para desplazarse entre las distintas sedes.
Venta de boletos y expectativas
El proceso de preventa de boletos reveló un gran interés internacional: un 70% de las solicitudes provinieron del extranjero. Sin embargo, si el centro de deslizamiento en Cortina no se completa y los eventos se trasladan a Lake Placid, la situación cambiaría radicalmente.
Paul Caine, presidente de la empresa de hospitalidad On Location, advirtió que “sería una experiencia completamente diferente”. Mientras tanto, la incertidumbre de los Juegos sigue pesando.