La traición del intérprete: el escándalo financiero en torno a Shohei Ohtani
Ippei Mizuhara, el hombre de confianza del astro japonés, enfrenta una sentencia por fraude bancario y tributario tras robarle casi 17 millones de dólares.
Un vínculo de confianza convertido en fraude
Lo que parecía ser una relación cercana y profesional entre el reconocido beisbolista japonés Shohei Ohtani y su intérprete personal, Ippei Mizuhara, terminó en una de las mayores traiciones financieras en el mundo del deporte. Mizuhara, quien tenía la tarea de ayudar a Ohtani a navegar el idioma y adaptarse a la vida en Estados Unidos, usó su acceso privilegiado para defraudarlo por casi 17 millones de dólares.
¿Cómo ocurrió el fraude?
Desde 2021, Mizuhara comenzó a acceder a la cuenta bancaria de Ohtani, aprovechando que él mismo lo ayudó a abrirla cuando el jugador llegó a Estados Unidos en 2018. Usando su cercanía y confianza, cambió los protocolos de seguridad de la cuenta y realizó múltiples transferencias fraudulentas para alimentar su adicción a las apuestas deportivas.
Los registros muestran que Mizuhara apostó decenas de millones de dólares en ligas como la NBA, la NFL, el fútbol internacional y el fútbol americano universitario. Irónicamente, nunca apostó en béisbol, evitando así una violación directa de las reglas de la MLB.
Ohtani: ¿víctima o cómplice?
Desde que el caso se hizo público, han surgido dudas sobre si Ohtani tenía conocimiento de los movimientos de su intérprete. Sin embargo, los fiscales han dejado claro que el jugador fue una víctima y que no hay evidencia que sugiera su involucramiento o consentimiento en el esquema fraudulento.
El beisbolista, además de sufrir una pérdida financiera significativa, enfrentó un escrutinio mediático internacional que afectó su imagen y reputación. Este caso ha traído consigo preguntas sobre la vulnerabilidad de los atletas internacionales que dependen de personas de confianza para administrar sus asuntos fuera del campo.
Las consecuencias legales
Ippei Mizuhara se declaró culpable de fraude bancario y tributario, y la fiscalía ha solicitado una sentencia de cuatro años y nueve meses de prisión. También se le exige una restitución de 17 millones de dólares a Ohtani y un millón de dólares al Servicio de Impuestos Internos (IRS).
En una carta dirigida a la corte, Mizuhara expresó arrepentimiento y pidió misericordia, afirmando que la adicción al juego lo llevó a cometer estos crímenes. Sin embargo, los fiscales consideran que su comportamiento fue una “calculada traición” y esperan que la sentencia sirva como mensaje para futuras violaciones de confianza en el mundo deportivo.
El impacto en la MLB y los atletas internacionales
Este incidente ha generado inquietudes dentro de la MLB sobre la seguridad financiera de los jugadores extranjeros que dependen fuertemente de traductores y otros representantes. También ha resaltado la creciente influencia de las apuestas deportivas y los riesgos asociados con el acceso irrestricto a las finanzas de los atletas.
A pesar del revuelo, Ohtani sigue siendo una de las grandes estrellas del béisbol. Con un contrato récord con los Dodgers por 10 años y 700 millones de dólares, su talento sigue brillando. Sin embargo, este caso ha dejado una marca imborrable en su carrera, recordando a todos los deportistas la importancia de resguardar su patrimonio con mayor cautela.