El Salvador propone encarcelar criminales de EE.UU.: ¿Una oferta viable o una jugada política?
El presidente Nayib Bukele sugiere recibir reclusos estadounidenses a cambio de financiamiento, pero la propuesta genera dudas legales y éticas.
Una propuesta sin precedentes
El Salvador ha puesto sobre la mesa una oferta que ha sorprendido a muchos: recibir a personas deportadas de Estados Unidos, incluyendo criminales violentos, para ser encarcelados en su mega-prisión. Según el presidente Nayib Bukele, esta iniciativa permitiría aliviar el sistema penitenciario estadounidense mientras su país obtiene ingresos adicionales.
“Estamos ofreciendo una válvula de escape para el saturado sistema carcelario de EE.UU.”, declaró Bukele en redes sociales. Pero, ¿qué tan factible es realmente esta propuesta? ¿Es legal? ¿Podría tener consecuencias sociales y políticas para El Salvador y Estados Unidos? Vamos a analizarlo.
¿Qué ofrece exactamente Bukele?
La propuesta implica que El Salvador permitiría a EE.UU. “subcontratar” parte de su población carcelaria. Según Bukele, solo aceptarían prisioneros que ya han sido formalmente condenados, lo que excluye a detenidos en espera de juicio.
El costo de mantenimiento de los presos correría a cargo de EE.UU., aunque Bukele no ha revelado una cifra precisa. Señaló que sería una tarifa “relativamente baja” para el gobierno estadounidense, pero suficiente para hacer “sostenible” el sistema penitenciario salvadoreño.
La mega-prisión de El Salvador: ¿lugar de destino para criminales estadounidenses?
Desde su inauguración en 2023, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) se ha posicionado como una de las prisiones más restrictivas del mundo. Con capacidad para 40,000 internos, alberga actualmente a miles de pandilleros capturados bajo el régimen de excepción de Bukele.
Los reclusos en CECOT enfrentan condiciones extremas: no tienen acceso a visitas familiares, reciben una sola comida al día y carecen de programas de rehabilitación. Como ha señalado la organización Human Rights Watch, es un modelo carcelario que prioriza el castigo sobre la reinserción.
Si EE.UU. acepta la oferta salvadoreña, habría que preguntarse si la administración Biden o una futura presidencia de Trump estarían dispuestas a trasladar prisioneros a un sistema penitenciario que ha sido fuertemente criticado por organismos de derechos humanos.
¿Es legal la propuesta?
Uno de los principales obstáculos para que esta idea prospere es su viabilidad legal. Según la legislación estadounidense, un país puede aceptar a un deportado que no sea ciudadano de su territorio si su nación de origen se niega a recibirlo. Sin embargo, deportar ciudadanos estadounidenses sería casi imposible desde un punto de vista legal.
El constitucionalista Stephen Yale-Loehr señala que la 14ª Enmienda de la Constitución garantiza protección a todos los ciudadanos estadounidenses, lo que impediría que el gobierno los deporte, sin importar los crímenes cometidos.
Esto significa que, en el mejor de los casos, El Salvador solo podría recibir prisioneros que no sean ciudadanos estadounidenses pero que han sido expulsados de EE.UU. Sin embargo, esto reduce dramáticamente su potencial alcance.
Motivaciones detrás de la propuesta
El Salvador, bajo el mandato de Bukele, ha tratado de cambiar su imagen internacional, pasando de ser uno de los países más violentos del mundo a un referente de seguridad en América Latina. La guerra contra las pandillas ha derivado en miles de arrestos y una popularidad sin precedentes para Bukele.
Este tipo de iniciativa también tiene un fuerte componente económico. Si EE.UU. paga por cada prisionero albergado en su sistema carcelario, El Salvador podría convertir su modelo de prisiones en un negocio lucrativo. A corto plazo, esto fortalecería la inversión en inteligencia penitenciaria y mejoraría las finanzas del gobierno de Bukele.
¿Podría EE.UU. aceptar la oferta?
Trump elogió la propuesta, calificándola como una “gran disuasión”, aunque admitió que podría no ser legalmente factible. Algo similar opinó el Secretario de Estado Marco Rubio, quien resaltó que “es una oferta generosa”, pero que debe analizarse desde un punto de vista constitucional antes de tomar una decisión definitiva.
Mientras tanto, Bukele ha aprovechado la atención mediática con un característico tono provocador, sugiriendo incluso que estarían dispuestos a recibir en su sistema penitenciario a figuras polémicas como el exsenador estadounidense Bob Menendez, condenado recientemente por corrupción.
¿Un precedente a nivel mundial?
Otros países han firmado acuerdos en los que se transfieren responsabilidades migratorias. Un caso destacado es el acuerdo entre Reino Unido y Ruanda, según el cual el país africano recibiría a solicitantes de asilo británicos. Sin embargo, esta iniciativa ha sido fuertemente contestada en los tribunales del Reino Unido.
Bajo la presidencia de Trump, EE.UU. también firmó acuerdos con países centroamericanos como Guatemala, Honduras y El Salvador para recibir migrantes solicitantes de asilo en EE.UU. Sin embargo, solo Guatemala implementó el acuerdo brevemente antes de que fuera cancelado por Biden en 2021.
¿Podría El Salvador convertirse en el primer país latinoamericano en gestionar un acuerdo de este tipo con EE.UU.? Todo dependerá del análisis jurídico que se haga en Washington y del nivel de presión política que Bukele logre imponer.