La batalla legislativa por mantener las represas abandonadas en Maine

Residentes y legisladores se movilizan para evitar consecuencias catastróficas tras la posible desecación de lagos cruciales

El origen del conflicto: abandono de represas por parte de AIM

En Maine, un conflicto que combina preocupaciones ambientales, económicas y comunitarias se ha intensificado con el anuncio de AIM Development USA. La empresa, propietaria de tres represas clave en Bucksport, ha iniciado el proceso para desvincularse de estas infraestructuras, poniendo en riesgo lagos vitales como Toddy Pond, Silver Lake y Alamoosook Lake. Este movimiento podría convertir los lagos en extensas llanuras de barro, amenazar el suministro de agua potable de Bucksport y afectar una planta de energía a gas de la región.

La relevancia de estas represas

Las represas abandonadas no son simples infraestructuras olvidadas; desempeñan un rol crucial en varias áreas. Según el Programa de Seguridad de Represas de Maine, las tres represas son clasificadas como de "alto riesgo" debido al peligro que representan para vidas humanas si fallan. Además, han sido evaluadas en condiciones "insatisfactorias", lo que aumenta la urgencia de su mantenimiento o reemplazo.

El vacío legal y la incertidumbre

Actualmente no existe un precedente en Maine que aborde la desvinculación completa de represas como propone AIM, y la falta de claridad en el estatuto que regula estas situaciones ha generado incertidumbre entre residentes y legisladores. Susan Lessard, gerente de la ciudad de Bucksport, señaló que AIM ha proporcionado información ambigua sobre las condiciones de las represas, complicando aún más cualquier planificación para asumir su gestión.

Esfuerzos comunitarios e institucionales

Ante esta situación, comunidades de Hancock County incluyen a Bucksport, Orland, Surry y Blue Hill. Estas localidades han iniciado reuniones públicas para debatir opciones legislativas y de adquisición de las represas. Por ejemplo, Bucksport podría asumir el control de la represa de Silver Lake, mientras que las otras tres comunidades han impulsado la creación de un comité conjunto para evaluar la gestión compartida de las demás.

Se han organizado varias audiencias públicas este mes, con el objetivo de obtener la retroalimentación de los ciudadanos. Representantes locales como Nina Milliken (D-Blue Hill) han propuesto proyectos de ley que buscan extender el tiempo necesario para evaluar la transferencia de propiedad de represas y obligar a los propietarios a proporcionar más información antes de su abandono.

¿Qué implican estos proyectos de ley?

  • Permitir que entidades cuasi-municipales asuman el control de las represas.
  • Establecer un fondo de préstamos rotativos para financiar el mantenimiento de represas en mal estado.
  • Fortalecer el Programa de Seguridad de Represas del estado.

Estas iniciativas están diseñadas para evitar que el caso de AIM sirva como precedente en el futuro, donde empresas con represas deterioradas puedan eludir responsabilidades, dejando a las comunidades locales con graves problemas económicos y ambientales.

El desafío de la financiación y la política

A pesar de los esfuerzos, persisten importantes desafíos financieros y políticos. Las comunidades pequeñas de Maine a menudo carecen de los recursos necesarios para la gestión y mantenimiento de represas, una tarea costosa y técnicamente compleja. Además, existe el temor de que el actual modelo de abandono pueda ser replicado por otras empresas en condiciones similares.

Declaraciones clave de los líderes locales

"Es vital para mi comunidad y todo Hancock County que esas represas se mantengan en su lugar", declaró la representante Nina Milliken. Aunque reconoció que en algunas situaciones eliminar represas puede ser beneficioso desde una perspectiva ambiental, destacó que esta ocasión es la excepción, debido al papel fundamental de los lagos en el tejido económico y ambiental de la región.

Por su parte, David Madore, Comisionado Adjunto del Departamento de Protección Ambiental, confirmó que AIM sigue dentro del período de consulta de 180 días requerido por estatuto, pero el tiempo se agota rápidamente para las comunidades afectadas.

Un punto de inflexión para Maine

Esta situación no solo afecta a Bucksport y las comunidades colindantes; también representa un llamado de atención para el resto de Maine y estados con represas deterioradas. El desenlace de este conflicto establecerá un precedente clave sobre cómo deben gestionarse casos de abandono en el futuro, tanto a nivel estatal como federal.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press