Keir Starmer en Bruselas: ¿Un nuevo capítulo en las relaciones Reino Unido-Unión Europea?

El primer ministro británico busca reconstruir lazos tras el Brexit mientras enfrenta desafíos económicos y políticos.

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El regreso británico a la mesa de negociaciones europeas

Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, marcó un nuevo precedente al convertirse en el primer líder británico en asistir a una reunión de líderes de la Unión Europea desde que el país dejó el bloque hace cinco años. Este gesto diplomático ocurre en un momento crucial, cuando los lazos entre el Reino Unido y la UE todavía resienten los efectos del Brexit. Starmer eligió Bruselas, el epicentro de la política comunitaria, para plantear temas clave que afectan tanto a su país como al bloque europeo.

Buscando un equilibrio entre Bruselas y Washington

El desafío de Starmer no se limita solo a Europa. Con el presidente estadounidense Donald Trump llevando a cabo una política comercial proteccionista, el Reino Unido también busca evitar quedar atrapado en una guerra comercial con su principal aliado transatlántico. Trump ya ha impuesto aranceles a socios comerciales clave como Canadá, México y China y ha amenazado con hacer lo mismo con la UE. Aunque mantiene una postura ambigua respecto al Reino Unido, Trump señaló recientemente que, aunque Londres está "fuera de línea", hay posibilidad de "resolverlo".

"Queremos una relación comercial sólida con los EE.UU.", afirmó Starmer. Sin embargo, las tensiones comerciales entre Washington y Bruselas sin duda complican su objetivo de un "reinicio" con la UE.

Una agenda ambiciosa, pero limitada

El Gobierno de Starmer tiene claras sus intenciones de reducir ciertas barreras comerciales y administrativas con la UE. Sin embargo, ha descartado medidas como unirse nuevamente a la unión aduanera o al mercado único, dos pasos que podrían facilitar significativamente el comercio entre ambas partes.

Entre los objetivos más modestos de Starmer destacan facilitar las giras de artistas, simplificar el reconocimiento de cualificaciones profesionales y promover una cooperación más estrecha en materia de seguridad y aplicación de la ley. También ha mostrado interés en mediar para mantener las sanciones contra Rusia, asegurando que se ejerza suficiente presión sobre Moscú por su invasión a Ucrania.

La sombra del populismo

A nivel interno, Starmer enfrenta la presión de políticos populistas como Nigel Farage, líder del partido Reform U.K., quien no tarda en criticar cualquier paso percibido como una traición al Brexit. Este clima político obliga al líder laborista a actuar con cautela, buscando cambios que no sean percibidos como concesiones excesivas a Bruselas.

Por otro lado, dentro de la UE, las expectativas son altas. Aunque los líderes del bloque han acogido con agrado el cambio de tono del Reino Unido bajo Starmer, exigen propuestas concretas y, como es natural en la política europea, compromisos.

El papel de la OTAN y las tensiones transatlánticas

En Bruselas, Starmer también se reunió con el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, para discutir el apoyo continuado a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa. Los aliados europeos observan atentamente cualquier cambio potencial en la postura de los Estados Unidos tras un posible regreso de Trump a la Casa Blanca, especialmente dada su actitud ambivalente hacia la alianza militar.

Trump ha presionado previamente para que los países miembros de la OTAN aumenten su gasto en defensa al 5% del PIB —por encima del objetivo actual del 2%—, una exigencia que pone presión adicional sobre los presupuestos europeos. Dentro de este contexto, el Reino Unido se encuentra relativamente bien posicionado, con un gasto del 2.3% de su PIB en defensa y planes para incrementarlo al 2.5%.

Retos y oportunidades en el horizonte

Este primer paso, aunque simbólico, es indicativo de un cambio en las perspectivas británicas hacia Europa. A pesar de los desafíos políticos internos y externos, Starmer parece decidido a reconstruir puentes con Bruselas y redefinir el lugar del Reino Unido en el escenario global post-Brexit.

El resultado de su estrategia será observado de cerca tanto por políticos europeos como por ciudadanos británicos, quienes buscan respuestas claras a los desafíos económicos y políticos que todavía persisten cinco años después de la ruptura con la UE.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press