Colisión fatal en el Potomac: ¿qué llevó al accidente aéreo más mortal en EE.UU. en décadas?
Detalles, investigaciones y antecedentes sobre el choque entre un avión comercial y un helicóptero militar que dejó 67 víctimas fatales cerca de la capital.
El choque que enlutó los cielos de la capital
El pasado miércoles por la noche, un trágico accidente aéreo conmocionó a Estados Unidos cuando un avión comercial de American Airlines colisionó con un helicóptero militar Black Hawk cerca de Washington, D.C. El accidente cobró la vida de 64 pasajeros y 3 tripulantes del helicóptero, totalizando 67 muertes. Uno de los impactos más dolorosos en la memoria de la aviación moderna del país.
Operativo de recuperación: un proceso arduo
Desde la noche del accidente, los equipos de rescate han trabajado incansablemente para recuperar los cuerpos de las víctimas y los restos de ambas aeronaves. Según declaraciones del jefe de bomberos de Washington, D.C., John Donnelly Sr., hasta el momento se han recuperado los restos de 41 personas, de las cuales 28 han sido identificadas positivamente. El fuselaje del avión aún permanece parcialmente sumergido, lo que dificulta la recuperación completa de las víctimas.
Más de 300 operarios y personal de emergencia han participado en esta «labor desgarradora», como la describió Donnelly. «Es un trabajo que rompe el corazón y que ha afectado profundamente a todos los involucrados en la respuesta», añadió.
¿Qué sucedió en los últimos minutos antes del choque?
El vuelo de American Airlines había despegado en Wichita, Kansas, y se preparaba para aterrizar en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan cuando impactó con un helicóptero militar que, según informes preliminares, habría invadido la trayectoria del avión. En circunstancias normales, los helicópteros militares suelen realizar vuelos en las proximidades de la capital para practicar rutas de evacuación en caso de emergencias. Los tres tripulantes del Black Hawk se encontraban realizando una de estas misiones de entrenamiento.
Sin embargo, el helicóptero volaba sobre una zona con espacio aéreo extremadamente congestionado, conocido por los desafíos que plantea incluso para pilotos altamente capacitados. No está claro aún si la tripulación del helicóptero estaba usando visores de visión nocturna o si su altitud no cumplía con los límites permitidos en ese momento, algo que será central en la investigación.
¿Quién es responsable? Las investigaciones en curso
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha abierto una investigación exhaustiva para determinar los factores que llevaron al siniestro. Según Todd Inman, miembro de la NTSB, ya se han entrevistado a varios controladores de tráfico aéreo que estaban en servicio esa noche. Las áreas de interés incluyen el nivel de entrenamiento de los controladores, las condiciones de personal en la torre y la coordinación entre las operaciones militares y comerciales en el espacio aéreo.
También se recuperaron las cajas negras del avión y el helicóptero, que proporcionarán datos cruciales para esclarecer los eventos que precedieron el choque.
Antiguos déficits y posibles causas
El accidente ha puesto en el centro de atención problemas estructurales a largo plazo, como la escasez de controladores de tráfico aéreo en los Estados Unidos. Por años, la Administración Federal de Aviación (FAA) ha luchado para cubrir vacantes críticas debido a jubilaciones anticipadas y falta de fondos. Una gestión adecuada del tráfico aéreo es especialmente crítica en regiones como Washington, D.C., donde el espacio aéreo es notoriamente complejo.
El ángulo político
El expresidente Donald Trump se pronunció sobre el accidente, culpando inicialmente a supuestas fallas en las iniciativas de “diversidad” dentro de los organismos reguladores. Más tarde, afirmó en redes sociales que el helicóptero Black Hawk estaba volando por encima del límite de altitud permitido de 200 pies (60 metros), aunque las autoridades aún no corroboran esta afirmación.
Por otro lado, expertos enfatizan que los accidentes como este resaltan los riesgos inherentes a la convivencia de vuelos comerciales y militares en espacios aéreos compartidos, donde una simple desviación puede tener consecuencias catastróficas.
Una tragedia sin precedentes desde 2001
El accidente en el Potomac es el más mortal registrado en Estados Unidos desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un avión de American Airlines se estrelló en un barrio residencial de Queens, Nueva York, matando a 260 personas en el avión y a 5 en tierra.
A pesar de estos desastres puntuales, los expertos recuerdan que viajar en avión sigue siendo una de las formas de transporte más seguras, incluso en lo que se refiere a áreas tan congestionadas como los alrededores del Aeropuerto Nacional Reagan.
Un llamado a cambios significativos
A medida que la investigación continúa, se espera que arroje recomendaciones concretas para evitar incidentes similares en el futuro. Desde mejorar la infraestructura aérea hasta incrementar la capacitación tanto para controladores como para pilotos, esta tragedia podría catalizar reformas muy necesarias en la aviación estadounidense.