Rubio y la Recuperación del Canal de Panamá: ¿Estrategia o Provocación?

El Secretario de Estado busca frenar la influencia china y abordar crisis migratorias en su primera gira diplomática por América Latina.

Un Inicio Inusual para un Secretario de Estado

Marco Rubio, el primer hispano en ocupar el cargo de Secretario de Estado de EE.UU., eligió visitar América Latina en su primera gira oficial, un movimiento que rompe con la tradición de sus predecesores, quienes generalmente optaban por Europa o Asia. Esta decisión no solo refleja su identidad cultural e interés personal en la región, sino también los objetivos de la administración Trump: limitar la inmigración ilegal, combatir el tráfico de drogas y hacer frente a la creciente influencia de China en el hemisferio occidental. Rubio declaró en un artículo de *The Wall Street Journal*: “No es casualidad que mi primer viaje en el cargo me mantenga en el hemisferio”. Entre los temas en discusión destaca la sorprendente intención de retomar el control del Canal de Panamá, un cambio de política que ha suscitado tensiones con el gobierno panameño.

El Canal de Panamá: En el Centro de las Tensiones

Construido y administrado por Estados Unidos desde su inauguración en 1914, el canal fue entregado a Panamá en 1999 bajo los términos de un tratado firmado en 1977. Sin embargo, la administración Trump ha manifestado su intención de recuperar el control sobre este paso estratégico, citando preocupaciones de seguridad nacional debido a la creciente presencia china en ambas entradas del canal. El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, rechazó categóricamente cualquier negociación sobre la soberanía del canal, afirmando: “El canal pertenece a Panamá. Es imposible negociar”. A pesar de esto, Rubio planea abordar el tema en su reunión con Mulino y otros funcionarios panameños.

China: La Sombra en el Hemisferio Occidental

Según Rubio, la influencia china en América Latina se evidencia no solo en sus inversiones en infraestructura, sino también en su capacidad para ejercer presión diplomática y económica sobre gobiernos locales. Las empresas chinas administran actualmente puertos en ambos extremos del Canal de Panamá, lo que genera preocupación en Washington. Rubio advirtió en una entrevista con Megyn Kelly: “China podría obstruir el tráfico en el Canal de Panamá si así lo desea, violando el tratado de 1977”. Además, expresó que cualquier decisión sobre el futuro del canal debe incluir la exclusión de empresas chinas, aunque no queda claro si Trump aceptaría que la gestión pase a manos de empresas europeas o estadounidenses como una solución intermedia.

Una Relación Complicada

Más allá del Canal de Panamá, la gira de Rubio también pretende abordar la migración masiva y el narcotráfico, cuestiones que afectan directamente a países como El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, destinos incluidos en su itinerario. Sin embargo, Rubio enfrenta restricciones económicas debido a la congelación de programas de asistencia extranjera ordenada por Trump. Algunos programas, como los que ofrecen asistencia vital, están exentos de esta medida, pero muchos otros están bajo revisión. Por ejemplo, en la región, estos fondos se han destinado históricamente a operaciones de control antidrogas y medidas para frenar la migración ilegal.

¿Una Estrategia Viable o Retórica Vacía?

Expertos como Ryan Berg, director del programa para las Américas en el *Center for Strategic and International Studies*, opinan que la postura de Trump respecto al canal podría abrir negociaciones, pero solo si Washington define claramente sus “líneas rojas”. Según Berg, “habrá que ver si Rubio y Trump están realmente dispuestos a llegar hasta el final en este asunto, ya que demandas absolutas podrían cerrar cualquier puerta al diálogo”. Por ahora, el enfoque de Rubio parece más una declaración de principios y una estrategia para consolidar alianzas en la región que un plan concreto para recuperar el canal. Su habilidad para manejar estas tensiones definirá no solo la relación de Estados Unidos con Panamá, sino también su política hacia América Latina en general.

El Impacto Geopolítico

La influencia de China en Latinoamérica, a través de proyectos como la Franja y la Ruta, sigue creciendo. Analistas consideran que el aumento de inversiones chinas en puertos e infraestructura en Panamá es un modelo que podría replicarse en otros países. Esto podría poner en riesgo la posición de liderazgo que Estados Unidos ha mantenido históricamente en el hemisferio. Además, el movimiento de Rubio también podría establecer un precedente peligroso en términos de relaciones internacionales. Requerir que otras naciones reconsideren acuerdos ya establecidos podría ser visto como un acto unilateral que debilita la credibilidad de Estados Unidos como socio en la región.

Una Mirada al Futuro

Queda por ver hasta dónde llegará esta estrategia. Si bien retomar el control físico del canal parece improbable actualmente, usar el debate como una herramienta para contrarrestar la influencia de China es claramente una prioridad para la administración Trump y Rubio. Al centrar su primer viaje diplomático en América Latina, Rubio envía un mensaje rotundo al resto del mundo: la política exterior de Estados Unidos bajo Donald Trump prioriza temas cercanos al hemisferio occidental —y no teme abordar cuestiones controvertidas.
Este artículo fue redactado con información de Associated Press