La creciente vigilancia en tecnología china: ¿Protección o paranoia?
Texas lidera la prohibición de aplicaciones y plataformas tecnológicas chinas en dispositivos de gobierno.
Texas da un golpe en la mesa contra la tecnología china
El estado de Texas ha decidido tomar medidas drásticas contra el uso de tecnología china en dispositivos de gobierno. El gobernador Greg Abbott anunció recientemente la prohibición de varias aplicaciones y plataformas tecnológicas originarias de China, como el chatbot DeepSeek, la plataforma social Xiaohongshu (conocida también como RedNote) y Lemon8, una aplicación propiedad de ByteDance, la misma compañía detrás de TikTok.
“Texas no permitirá que el Partido Comunista Chino infiltre nuestra infraestructura crítica a través de apps de IA y redes sociales diseñadas para recolectar datos”, afirmó Abbott en un contundente comunicado.
¿Por qué esta medida?
La prohibición apunta a mitigar riesgos relacionados con el manejo de datos y la seguridad nacional, una preocupación cada vez más común en Estados Unidos desde que aplicaciones como TikTok fueron objeto de controversias similares. La administración de Abbott no es la primera en señalar estas preocupaciones: varios estados ya han vetado TikTok en dispositivos gubernamentales, y se han alzado voces para que estas medidas se extiendan al ámbito federal.
Además, DeepSeek ha causado revuelo en la industria de la inteligencia artificial, desafiando gigantes como OpenAI y ganando popularidad rápidamente entre los usuarios. Sin embargo, su origen chino levanta sospechas en un contexto geopolítico cada vez más tenso.
El antecedente de TikTok
La decisión de Texas encuentra un eco en las discusiones prolongadas sobre TikTok. Antes de la breve prohibición de TikTok en enero de 2025, aplicaciones como Xiaohongshu y Lemon8 se convirtieron en refugios alternativos para usuarios que buscaban evadir restricciones. Xiaohongshu, en particular, es muy popular en países asiáticos como China, Malasia y Taiwán, contando con más de 300 millones de usuarios activos.
Como resultado de estas medidas, se genera un debate sobre hasta dónde deben llegar los esfuerzos gubernamentales para proteger la información personal y garantizar la soberanía digital frente a posibles actores extranjeros hostiles.
Opiniones cruzadas sobre la medida
Las declaraciones oficialistas como las del gobernador Abbott han sido respaldadas por ciertos sectores conservadores, que ven la acción como un paso necesario para proteger la infraestructura digital estadounidense. No obstante, varios expertos en tecnología y relaciones internacionales cuestionan si estas decisiones son “paranoicas” o verdaderamente necesarias.
Un estudio publicado por el Pew Research Center en 2022 reveló que un 65% de los estadounidenses consideran que empresas de tecnología como ByteDance y Tencent suponen una amenaza potencial a la seguridad nacional debido a su relación con el gobierno chino.
La respuesta de las empresas
Pese a las repercusiones, ByteDance, la compañía matriz de TikTok y Lemon8, no ha emitido respuestas inmediatas a las afirmaciones del gobierno texano. DeepSeek, por su parte, también permanece en silencio ante las acusaciones de posibles lazos con el Partido Comunista Chino.
¿Es suficiente prohibir el acceso?
Algunos analistas argumentan que prohibir aplicaciones en dispositivos gubernamentales no elimina por completo los riesgos. Las plataformas siguen accesibles para millones de usuarios estadounidenses en sus dispositivos personales, lo que mantiene vigente el supuesto riesgo de espionaje o extracción de datos.
“El problema es la falta de educación sobre ciberseguridad entre los usuarios promedio. Podemos prohibir apps en dispositivos gubernamentales, pero eso no evita que se usen fuera de ese ámbito”, afirma la experta en tecnología Rebecca Ling.
Además, organizaciones pro-libertades digitales han señalado que este tipo de medidas podría ser el comienzo de un “deslizamiento autoritario” en el manejo del internet y las redes sociales.
China y el mundo: tensiones crecientes
La creciente desconfianza hacia plataformas tecnológicas chinas va más allá de Texas. Países como India ya han prohibido múltiples aplicaciones chinas, mientras que la Unión Europea sigue debatiendo sanciones más severas. El trasfondo político y económico de estas decisiones refleja el impacto que la competencia tecnológica tiene en las relaciones internacionales.
El caso de DeepSeek subraya una tendencia creciente: la tecnología, y en particular la inteligencia artificial, se ha convertido en un terreno de competencia estratégica entre naciones como Estados Unidos y China. Para los expertos, este tipo de restricciones podría fomentar una división digital aún más marcada entre ambas potencias.
¿Qué sigue?
Si bien Texas ha sido el primer estado en prohibir explícitamente la aplicación DeepSeek, es probable que otros estados sigan su ejemplo. La administración Biden también podría aumentar las restricciones a tecnología china, elevando las tensiones diplomáticas pero, según sus defensores, protegiendo al país en el proceso.
En un mundo donde las tecnologías emergentes lideran la economía global y transforman las experiencias humanas, estas decisiones trazan una línea divisoria entre la protección y la apertura. ¿Dónde queda el equilibrio? Tal vez el futuro de esta historia lo determine.