Earleen Fisher: Una vida entre titulares y la historia del Medio Oriente

La editora y corresponsal que dejó una marca indeleble en el periodismo internacional durante cinco décadas

Una vida dedicada al periodismo

Earleen Fisher, una destacada editora y escritora cuya carrera en The Associated Press (AP) se extendió por más de cinco décadas, se destacó como una pionera en el periodismo internacional. Fisher falleció a los 78 años a causa de complicaciones de la enfermedad de Parkinson, dejando un legado profesional imborrable marcado por su compromiso con la precisión y la dedicación en momentos caóticos de la historia mundial.

Inicios y primeros pasos en el periodismo

Originaria de Milford, Indiana, Earleen Marie Fisher comenzó a escribir desde temprano, reportando para su periódico local The Milford Mail mientras aún estaba en secundaria. Durante su etapa en la Universidad de Indiana, trabajó en el Indiana Daily Student y llegó a ser editora en jefe en su último año. Fue en esta época que fue contratada por AP como periodista a tiempo parcial en Indianápolis, convirtiendo esta experiencia en un trabajo a tiempo completo tras graduarse.

Una carrera internacional

La carrera de Fisher fue todo menos convencional. En 1977, se trasladó a El Cairo como escritora freelance, cubriendo eventos tan trascendentales como el ascenso del presidente egipcio Anwar Sadat y el tratado de paz egipcio-israelí. Reincorporada a AP en 1980, su trabajo la llevó a zonas tan complejas como Beirut y Tel Aviv, enfrentándose al reto constante de reportar desde áreas de conflicto.

Liderando en espacios desafiantes

En 1987, Fisher fue nombrada jefa de la oficina de AP en Nueva Delhi, coordinando la cobertura de países como India, Bangladesh, Sri Lanka, Nepal y Afganistán. Fue aquí donde entrevistó a figuras destacadas como el Dalai Lama, describiéndolo como alguien que “combina la piedad de un simple sacerdote con el pragmatismo de un político”. Su enfoque meticuloso y su liderazgo la llevaron en 1992 a dirigir los servicios de Medio Oriente de AP, supervisando noticias en 16 países durante un periodo lleno de tensiones y guerras.

Un legado de precisión y humanidad

Carol Fisher no solo fue reconocida por su precisión en el trabajo, sino también por su capacidad para guiar y enseñar a otros periodistas. Robert Reid, un corresponsal internacional, destacó que era “una editora fantástica, dispuesta a sentarse con las personas y ayudarlas a perfeccionar su trabajo”. Su capacidad para mantener la velocidad y exactitud de las noticias, sin importar el contexto, fue una de sus cualidades más admiradas.

Docencia y retiro

Después de retirarse de AP en 2004, Fisher continuó contribuyendo al crecimiento del periodismo, enseñando en la Universidad Americana de El Cairo y trabajando en un programa de desarrollo mediático financiado por Estados Unidos en Beirut. En 2007, decidió regresar a Indiana, donde pasó sus últimos años reflexionando sobre una vida de logros significativos.

Reconocimientos y filosofía

Fisher fue incluida en el Indiana Journalism Hall of Fame, un reflejo de su impacto duradero en la profesión. Edith M. Lederer, corresponsal jefe de AP en las Naciones Unidas, la recordó como alguien con una memoria fotográfica y una pasión por la historia y los misterios. “Earleen dejó una huella enorme y positiva en todos los reporteros y editores con los que trabajó. Su cobertura del Medio Oriente ayudó a destacar a la AP durante muchos años”, afirmó Paul Haven, vicepresidente de noticias globales de AP.

La historia de Earleen Fisher es el testimonio de cómo una vida dedicada al periodismo puede influir enormemente en la comprensión global y en la evolución de esta profesión.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press