El debate sobre el veto militar a tropas transgénero en Estados Unidos

Una medida que reaviva viejos dilemas sobre derechos y preparación militar

Un nuevo capítulo en la controversia

El presidente Donald Trump ha reavivado un tema polémico en Estados Unidos al buscar nuevamente la exclusión de las personas transgénero del servicio militar. Este movimiento, aunque afecta a una pequeña fracción de los 2,1 millones de miembros de las fuerzas armadas, ha generado un debate que abarca derechos humanos, preparación militar y política de identidad.

¿Qué establece la nueva orden?

La orden presidencial estipula que aquellos diagnosticados con disforia de género no podrán servir en el ejército. Además, exige que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, implemente estándares médicos que reflejen este cambio en un plazo de 60 días. Según el texto del documento, las necesidades hormonales y quirúrgicas derivadas de una transición de género son incompatibles con el "compromiso honorable, veraz y disciplinado" requerido en el servicio militar.

También destaca la necesidad de mantener espacios segregados por sexo biológico en instalaciones como dormitorios, baños y vestuarios, argumentando que el uso compartido basado en identidad de género no está alineado con los valores militares tradicionales.

Reacciones y desafíos legales

Grupos defensores de derechos civiles han condenado la orden, calificándola como dañina y perjudicial para la disposición militar. Sasha Buchert, abogada de Lambda Legal, señaló que esta medida podría ser "extremadamente disruptiva" y creará un clima de incertidumbre entre las tropas transgénero actualmente en servicio.

Entre 9,000 y 12,000 miembros en servicio se identifican como transgénero, según estimaciones. Aunque no existen datos exactos debido a leyes de privacidad médica, el impacto de esta decisión podría compararse con la política "No preguntes, no digas" durante la administración Clinton, que permitía a personas homosexuales servir en el ejército siempre que mantuvieran su orientación en secreto.

Un debate de décadas

El conflicto sobre la inclusión de personas transgénero en las fuerzas armadas no es nuevo. En 2016, el entonces Secretario de Defensa, Ash Carter, eliminó la prohibición, permitiendo que las personas transgénero sirvieran abiertamente. Sin embargo, un año después, Trump sorprendió al Pentágono anunciando, a través de Twitter, que no permitiría a personas transgénero servir en "ninguna capacidad".

Esta política generó una gran cantidad de desafíos legales y fue parcialmente revertida en 2021 cuando el presidente Joe Biden asumió el cargo y anuló la prohibición de Trump.

Impacto en la preparación militar

Durante audiencias en el Congreso en 2018, los jefes de las fuerzas armadas señalaron pocos problemas relacionados con la integración de personas transgénero. El General Robert Neller, entonces comandante de los Marines, expresó que no veía problemas de cohesión o disciplina en las unidades. Sin embargo, mencionó que los comandantes dedicaban tiempo adicional a coordinar las necesidades médicas de los miembros en transición.

Sarah Klimm, una infante de marina transgénero retirada en 2016, lamentó que las nuevas políticas pudieran eliminar a miles de miembros en un momento en que el reclutamiento ya es un desafío para las fuerzas armadas.

El debate más allá de lo militar

La exclusión de personas transgénero del ejército se enmarca dentro de un contexto más amplio de discusiones sobre derechos civiles en Estados Unidos. La medida es vista por sus críticos como parte de una agenda más grande que busca revertir avances en igualdad de género y derechos LGBTQ+.

Con múltiples desafíos legales en camino, el destino de la orden presidencial todavía es incierto. Pero una cosa es clara: este debate está lejos de terminar y seguirá siendo un tema clave en la política y la sociedad estadounidenses.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press