El escándalo de fraude que involucra a Shohei Ohtani y su exintérprete
Ippei Mizuhara, quien fue intérprete y confidente del astro japonés, enfrenta graves cargos de fraude bancario y robo multimillonario.
El vínculo entre Shohei Ohtani e Ippei Mizuhara
Shohei Ohtani, conocido como uno de los jugadores más destacados en la MLB y un referente del béisbol internacional, enfrentó una situación inesperada que sacudió tanto su vida personal como profesional. Su exintérprete, Ippei Mizuhara, fue acusado de múltiples cargos de fraude bancario y robo. Mizuhara no solo era encargado de traducir para Ohtani, sino que se convirtió en un amigo cercano y estuvo presente en momentos clave de su carrera.
Mizuhara desempeñó un rol protagónico como aliado de Ohtani, desde ser su receptor en el Home Run Derby del Juego de Estrellas de 2021, hasta ser parte del equipo en los momentos históricos en los que Ohtani obtuvo dos MVP de la Liga Americana. Incluso llegó a renunciar a los Angels durante el paro laboral de la MLB en 2021 para mantenerse cerca del jugador. Sin embargo, detrás de esta aparente lealtad, se gestaba una trama de fraudes y abusos de confianza.
La acusación: $17 millones robados y un rastro de gastos
De acuerdo con la acusación, Mizuhara manipuló el acceso a una cuenta bancaria de Ohtani en Arizona desde noviembre de 2021, ajustando los protocolos de seguridad para hacerse pasar por el jugador. Esto le permitió autorizar transferencias bancarias a su favor sin levantar sospechas inmediatas. De los fondos robados, al menos $325,000 fueron gastados en tarjetas de béisbol adquiridas en plataformas como eBay y Whatnot.
El dinero también fue desviado para cubrir crecientes deudas de juego y apuestas con un corredor ilegal, así como gastos médicos. Según documentos legales, Mizuhara apostó cientos de miles de dólares en deportes como fútbol internacional, NFL y NBA, aunque nunca en béisbol, para evitar sospechas que pudieran dañar directamente la reputación del deporte.
Una grabación comprometedora
Entre las evidencias clave presentadas por los fiscales se encuentra una grabación de cuatro minutos donde Mizuhara supuestamente se hace pasar por Ohtani en una llamada telefónica con un banco. En el audio, el hombre, haciéndose pasar por el jugador, intenta autorizar una transferencia de $200,000 alegando que es para un préstamo de automóvil. La llamada incluye detalles que refuerzan la narrativa presentada por los fiscales, quienes describen a Mizuhara como altamente calculador en su esquema.
La grabación fue obtenida del banco y presentada por el fiscal asistente Jeff Mitchell. Este material, junto con otros documentos, refuerzan la solicitud de una condena de casi cinco años para Mizuhara y el reembolso de los $17 millones a Ohtani, además de más de $1 millón en multas al IRS.
Una caída desde una posición privilegiada
Para Mizuhara, su rol junto a Ohtani no solo le otorgó acceso a la élite del béisbol y una posición de confianza, sino que le abrió las puertas a vínculos sociales y económicos que fueron usados de manera fraudulenta. La relación estrecha entre ambos, que incluso incluía a sus respectivas esposas, se convirtió en una herramienta que Mizuhara explotó hasta su límite.
Tras su declaración de culpabilidad en junio de 2024, Mizuhara aceptó cargos por fraude bancario y declaración fiscal falsa. Sin embargo, el escándalo dejó una mancha imborrable no solo en su trayectoria, sino también en la visión pública de aquellos que rodean a figuras deportivas de la talla de Ohtani.
Impacto en la imagen de Ohtani
Shohei Ohtani, quien recientemente firmó un contrato récord de $700 millones por 10 años con los Dodgers, intenta sobrellevar este episodio sin que afecte su imagen pública. Ohtani es visto como un símbolo de excelencia tanto en Japón como en Estados Unidos, y su enfoque está en seguir brillando en el campo de juego.
El caso también subraya los peligros que enfrentan las celebridades al depender de otros en asuntos financieros personales, un tema cada vez más relevante para los atletas que manejan fortunas multimillonarias. Este episodio podría servir como advertencia para otras figuras públicas, destacando la importancia de contar con sistemas de seguridad financiera más rigurosos.
La sentencia y lo que sigue
Mizuhara está programado para ser sentenciado el 6 de febrero. Mientras tanto, los fiscales siguen insistiendo no solo en la restitución monetaria, sino también en una lección ejemplar que impida que otros intenten cometer delitos similares. Para el público, este caso ha revelado las vulnerabilidades de las relaciones personales basadas en la confianza en el mundo de los deportes multimillonarios, donde no todo es lo que parece detrás del glamour y el éxito.