¿Un segundo mandato de Trump centrado en los negocios personales y el poder?

El regreso de Trump a la Casa Blanca reaviva debates sobre ética, intereses personales y el uso del poder presidencial.

Una controversia ética desde el primer día

Donald Trump asumió su segundo mandato presidencial eliminando la orden ejecutiva de ética firmada por Joe Biden en 2021 que restringía los regalos de los cabilderos a empleados del gobierno y prohibía que estos ocuparan puestos relacionados con la administración por dos años después de su salida. Al hacerlo, ha generado críticas sobre si está priorizando los intereses personales por encima del bien común.

Durante su primer mandato en 2017, Trump firmó una orden similar para prohibir a los empleados de la rama ejecutiva convertirse en cabilderos durante cinco años. Sin embargo, eliminó estas restricciones justo antes de dejar la presidencia en 2020. Este tipo de retrocesos en las políticas de ética no es nuevo, pero subraya la pregunta: ¿qué tan serias son las promesas de "drenar el pantano"?

Lisa Gilbert, co-presidenta del grupo de vigilancia gubernamental Public Citizen, comentó al respecto: "Trump está abriendo las compuertas a conflictos de interés y explotando su poder en el cargo con la esperanza de enriquecerse a costa de los contribuyentes”.

Empresario y presidente: una combinación explosiva

La capacidad de Trump para entrelazar sus intereses empresariales con su rol político no es una sorpresa. Durante su campaña de reelección, vendió objetos como biblias firmadas, relojes de alta gama y zapatillas doradas. Ahora, con el lanzamiento de un token de criptomoneda que ha aumentado en valor previo a su inauguración, Trump continúa explorando nuevas maneras para capitalizar su notoriedad política.

Mientras tanto, Melania Trump también ha generado ingresos al firmar un acuerdo con Amazon para producir un documental. La organización Trump ha limitado voluntariamente los tratos con gobiernos extranjeros, pero mantiene abierta la posibilidad de negociar con empresas privadas internacionales. Esto plantea dudas sobre los niveles de transparencia y responsabilidad.

Conflictos internacionales: Ucrania, Rusia y sanciones

En el ámbito internacional, Trump ha advertido de fuertes sanciones, tarifas y gravámenes contra Rusia si no se llega a un acuerdo para poner fin a la guerra en Ucrania. Sin embargo, la efectividad de estas medidas es cuestionable, ya que Estados Unidos ya tiene prohibido prácticamente todos los productos rusos. Además, las sanciones actuales, muchas de las cuales datan de la administración de Biden y otras desde la invasión a Crimea en 2014, ya sitúan a Rusia como uno de los países más sancionados del mundo.

Trump, conocido por ser escéptico ante las ayudas económicas a Ucrania durante su campaña, había prometido resolver el conflicto dentro de las primeras 24 horas de su nuevo mandato, algo que aún no ha sucedido. En publicaciones recientes en su red Truth Social, instó nuevamente a Putin a llegar a un acuerdo, argumentando que hacerlo sería en beneficio de ambas partes.

El miedo al poder presidencial como herramienta política

Un tema recurrente entre los críticos de Trump es su disposición a usar los recursos de la Casa Blanca para recompensar aliados o castigar adversarios. Ejemplos preocupantes incluyen:

  • Abrir investigaciones criminales contra opositores políticos con fines intimidatorios.
  • Incluir nombres en listas de no vuelo y revocar programas como TSA PreCheck.
  • Cancelar o retrasar la publicación de libros críticos bajo la excusa de "seguridad nacional".
  • Revocar permisos y contratos federales en sectores clave de la economía.

Según Russell Vought, nominado por Trump para la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB, por sus siglas en inglés), la administración prevé un control más directo sobre las agencias reguladoras independientes, lo que podría complicar aún más los sistemas de control y contrapesos necesarios en una democracia.

Perspectivas para el futuro

Con el inicio de este nuevo mandato, la duplicidad entre intereses presidenciales y privados será observada con lupa. Si bien muchos de los movimientos de Trump parecen estar dirigidos a consolidar su base de apoyo, el debate ético y las preocupaciones sobre un posible abuso de poder siguen siendo fundamentales.

La pregunta, ahora más que nunca, no es solo qué tan lejos puede llegar Trump, sino si estas acciones cambiarán permanentemente las normas políticas de los Estados Unidos y su percepción internacional.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press