El papel crucial de las farmacias rurales en EE.UU. bajo amenaza
Cómo los cierres de farmacias están dejando comunidades vulnerables sin acceso a servicios esenciales de salud
Las farmacias rurales e independientes en los Estados Unidos están luchando por sobrevivir debido a problemas financieros y cambios demográficos que amenazan su existencia. A medida que las principales cadenas cierran cientos de tiendas y los costos suben, estas farmacias a menudo son el único punto de acceso a la atención médica en áreas remotas y desfavorecidas.
La función esencial de las farmacias rurales
En comunidades pequeñas, las farmacias no solo dispensan medicamentos; son un recurso multifacético. Craig Jones, farmacéutico y propietario de Basin Pharmacy en Wyoming, destaca el papel fundamental de estas tiendas, afirmando: “Eres el consejero de prevención de suicidios, ayudas con la cesación del tabaco, detectas enfermedades como Alzheimer o Parkinson antes que los médicos”. Estas farmacias conocen a sus clientes personalmente, proporcionando una conexión comunitaria que no puede ser replicada por grandes cadenas o servicios en línea.
Las farmacias rurales también llenan recetas en masa para instituciones como cárceles, centros de retiro estatales y hogares de grupo juvenil. Además, proveen suministros cruciales para la supervivencia, como catéteres y alimentos para pacientes que se alimentan por tubos, servicios que son ignorados en comunidades que pierden sus farmacias locales.
El impacto de los cierres
Desde 2019, más de 7,000 farmacias han cerrado en todo el país, según datos de la Universidad de Pittsburgh. Aunque las grandes cadenas como CVS y Rite Aid se llevan la mayor parte de los titulares, el 54% de estos cierres afectan a farmacias independientes. “El problema surge cuando poblaciones enteras quedan sin acceso a una farmacia cercana”, dice Megan Undeberg, experta en farmacología comunitaria.
La situación es más crítica en áreas rurales y en vecindarios urbanos predominantemente negros o latinos, donde la densidad de farmacias es significativamente menor en comparación con vecindarios en su mayoría blancos. Muchos residentes de estos vecindarios enfrentan dificultades extremas para trasladarse a la próxima farmacia más cercana, especialmente durante el invierno o cuando dependen de servicios deficientes de transporte público.
Razones detrás de los cierres
- Reembolsos insuficientes: Farmacéuticos como Craig Jones mencionan pérdidas constantes debido a reembolsos que no cubren el costo de los medicamentos. Aproximadamente el 25% de las recetas de Jones lo dejan en números rojos.
- Aumento en los costos operativos: Desde salarios hasta electricidad, los gastos crecen mientras las ganancias disminuyen.
- Robo/Falta de seguridad: Las farmacias, especialmente las cadenas grandes, son un blanco frecuente para el hurto de artículos pequeños pero de alto valor, como fórmulas infantiles y productos de belleza.
- Cambio en hábitos de consumo: La gente hace menos visitas al mostrador de farmacias gracias a compras en línea o grandes viajes a cadenas como Walmart o Costco.
Las farmacias como centros de atención primaria
En ausencia de médicos, las farmacias han asumido un papel vital como centros comunitarios de salud. Proveen asesoría sobre enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión y administran más de una docena de vacunas comunes.
Prakash Patel, propietario de Bert’s Pharmacy en Nueva Jersey, lo describe así: “Para los pacientes que no tienen acceso a una cita médica rápida, somos el primer lugar al que acuden cuando están enfermos”. Pero este servicio se ve amenazado a medida que desaparecen farmacias en comunidades vulnerables.
La falta de regulaciones y su debate ético
A medida que más farmacias cierran, expertos como Omolola Adepoju, investigadora en servicios de salud, piden mayor regulación para proteger lo que califican como un derecho a la atención sanitaria esencial. Sin puntos de acceso adecuados, comunidades enteras quedan desamparadas.
En algunos estados, los legisladores están prestando atención. Sin embargo, las soluciones a largo plazo, como incentivos económicos para farmacias en áreas rurales o controles más estrictos sobre los gerentes de beneficios farmacéuticos (PBMs), aún están en discusión.
Historias de resiliencia local
En Basin, Wyoming, Jones y su hija Camilla Hancock, también farmacéutica, están luchando para mantener las puertas de la farmacia abiertas. Además de operar la farmacia, la familia maneja un café y un supermercado local que rescataron para evitar que cerraran.
A pesar de las adversidades, Camilla Hancock dice: “Hacemos todo lo posible para seguir abiertos y servir a los pacientes”. Pero el precio emocional y financiero es alto. Jones admite: “Estoy trabajando gratis la mayor parte del tiempo, lo hago por la comunidad, pero resiento que deba hacerlo debido a grandes corporaciones que ganan millones de dólares”.
El futuro de las farmacias rurales
El panorama no es alentador, pero hay destellos de esperanza en iniciativas estatales y comunitarias que buscan soluciones creativas. La comunidad médica también está prestando mayor atención, con investigaciones centradas en cómo apoyar modelos sostenibles de farmacias rurales.
Mientras tanto, historias como las de Basin Pharmacy ilustran la importancia de estas farmacias como faros de atención médica en lugares donde la distancia a una clínica o médico puede ser una barrera insuperable.