La controvertida historia del tinte Rojo 3: Salud pública vs. intereses industriales

La FDA elimina el Rojo 3 de la lista de colorantes permitidos tras décadas de preocupaciones, ¿pero es suficiente para proteger a los consumidores?

Un problema colorido, pero con un tinte oscuro

El tinte conocido como Rojo 3, o FD&C Red No. 3, ha ocupado un lugar importante en nuestra industria alimenticia, dándoles a los caramelos, pasteles y cerezas en conserva un color rojo vibrante. Sin embargo, este colorante artificial también lleva décadas envuelto en controversia debido a posibles riesgos cancerígenos documentados en estudios animales.

Esta semana, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) finalmente tomó medidas contundentes, prohibiendo el Rojo 3 en alimentos y suplementos dietéticos en EE.UU. ¿La razón? Varias investigaciones concluyeron que el tinte causaba cáncer en ratas de laboratorio, una preocupación suficiente como para clausurar su uso a nivel nacional en productos comestibles.

¿Por qué tomó tanto tiempo?

La decisión llega 35 años después de que la propia FDA prohibiera el uso del Rojo 3 en cosméticos, basándose en los mismos riesgos de salud. Esta demora inexplicable pone en cuestión las prioridades de la agencia, así como los intereses industriales que podrían haber ralentizado este proceso regulatorios.

La clave en este caso fue una cláusula conocida como Delaney Clause, la cual prohíbe explícitamente el uso de cualquier aditivo alimentario que cause cáncer en humanos o animales. La FDA, al fin, recurrió a esta provisión legal para retirar oficialmente el colorante de su lista de substancias aprobadas.

Impacto en la industria alimentaria

La industria alimenticia tiene hasta enero de 2027 para retirar el Rojo 3 de sus productos. También incluye medicamentos orales como jarabes para la tos, que deberán estar reformulados antes de enero de 2028. Mientras tanto, países como Australia y Nueva Zelanda permiten el uso limitado del tinte, mientras que su uso alimentario ya está prohibido en Europa.

Algunas empresas estadounidenses ya han adaptado sus productos, eligiendo alternativas naturales como el jugo de remolacha, el carmín (un colorante derivado de insectos) y pigmentos de alimentos como el repollo rojo y la batata. Sin embargo, esta transición representa desafíos económicos para las empresas más pequeñas.

¿Y el consumidor promedio?

Las asociaciones de consumidores, como el Center for Science in the Public Interest, han elogiado la decisión de la FDA, pero también lamentan que haya tardado tanto en llegar. Según estas organizaciones, la exposición prolongada al Rojo 3, especialmente en alimentos dirigidos a niños como dulces y cereales, podría haber exacerbado riesgos innecesarios.

Un sondeo reciente indicó que casi dos tercios de los estadounidenses prefieren restringir o reformular alimentos procesados para eliminar colorantes artificiales como el Rojo 3. La postura favorable es incluso más fuerte entre quienes tienen títulos universitarios o mayores ingresos.

El peso de las preocupaciones legales

No está claro si los fabricantes de la industria alimentaria buscarán impugnar esta nueva regulación en los tribunales. Si bien los estudios en animales han sido contundentes, algunos expertos legales sostienen que carecemos de suficiente evidencia para confirmar que el Rojo 3 represente un riesgo directo para los humanos cuando se consume en bajas cantidades.

El comisionado de la FDA, el Dr. Robert Califf, reconoció el riesgo de una reacción legal durante una audiencia en el Congreso el año pasado, destacando que cualquier acción sin base científica podría ser anulada por las cortes.

Mirada global al problema

Mientras Estados Unidos se pone al día con la prohibición del Rojo 3, otros países han adoptado medidas similares hace años. En Europa, por ejemplo, el tinte está prohibido en alimentos desde hace mucho tiempo, con excepciones solo en productos específicos como ciertas cerezas.

Otros estados de EE.UU., como California, ya tenían regulaciones específicas antes de la decisión de la FDA. Desde enero de 2027, esta sustancia estará vetada en ese estado independientemente de la legislación federal, y más estados como Tennessee y Arkansas han presentado propuestas similares.

Un futuro sin colores artificiales

Quizás lo más intrigante de esta situación es lo que viene después para la industria alimentaria estadounidense. A medida que los consumidores demandan fórmulas más naturales y seguras, los fabricantes deberán invertir en innovación para reemplazar colorantes sintéticos sin renunciar al atractivo visual de sus productos.

El caso del Rojo 3 resalta una verdad incómoda: nuestra dependencia de aditivos artificiales a menudo prioriza el deseo estético por sobre la seguridad del consumidor. Aunque esta última decisión de la FDA es un paso en la dirección correcta, nos obliga a reflexionar sobre qué más, dentro de nuestras comidas diarias, podría estar comprometiendo nuestra salud.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press