Declaración de ley marcial plantea dudas sobre el futuro político del presidente surcoreano
SEÚL, Corea del Sur (AP) — La sorprendente declaración de ley marcial del presidente Yoon Suk Yeol duró solo unas horas, pero expertos afirman que planteó serias dudas sobre su capacidad de gobernar durante los dos años y medio que le quedan a su mandato y si respetará los principios democráticos.
El Parlamento, controlado por la oposición, anuló el edicto, y el miércoles, sus rivales tomaron medidas para destituirlo. Un analista calificó su acción de “suicidio político”.
El destino político de Yoon podría depender de si un gran número de personas salen a las calles en los próximos días para exigir su destitución.
Este es un vistazo a la tormenta política causada por la declaración de ley marcial, la primera de su tipo en más de 40 años.
La declaración de ley marcial de emergencia que Yoon hizo la noche del martes estuvo acompañada por la promesa de eliminar “a los seguidores descarados de Corea del Norte y a las fuerzas antiestatales de un solo golpe”. Juró proteger al país de “caer en las profundidades de la ruina nacional”. Yoon, de tendencia conservadora, mencionó los repetidos intentos de sus rivales liberales que controlan el Parlamento de someter a juicio político a sus principales funcionarios y limitar partes clave de su proyecto de ley de presupuesto para el próximo año.
La constitución de Corea del Sur permite que un presidente imponga el gobierno militar en “tiempos de guerra, situaciones similares a la guerra u otros estados comparables de emergencia nacional ”. Pero un mandatario no puede mantener la ley marcial si el Parlamento se opone con un voto mayoritario.
Eso es lo que ocurrió el miércoles. Y es por eso que la acción de Yoon ha desconcertado a muchos expertos.
La lucha política de Yoon con el principal partido opositor, el Partido Democrático, no se considera una emergencia que requiera una intervención militar. Los expertos se preguntan por qué Yoon siguió adelante con la declaración a pesar de que el Parlamento seguramente la rechazaría.
“Los conservadores, e incluso los moderados, estarían de acuerdo con las críticas de Yoon y su evaluación de los legisladores progresistas, pero su elección del método en el siglo XXI se considera una equivocación, un error de cálculo e incluso un suicidio político”, dijo Duyeon Kim, analista de alto nivel del Centro para una Nueva Seguridad Americana en Washington.
El decreto de Yoon hizo que se desplegaran tropas del Ejército con rifles de asalto y policías en la Asamblea Nacional para bloquear su entrada. Aun así, 190 de los 300 miembros del Parlamento lograron entrar y más tarde, votaron contra el edicto de ley marcial de Yoon a primera hora del miércoles. Yoon luego levantó la ley marcial sin ninguna resistencia.
La secuencia de hechos sugiere que su declaración no fue planificada de forma cuidadosa ni completa.
“Sus asesores deberían haber intentado disuadirlo, y probablemente lo hicieron. Pero creo que no funcionó, y Yoon simplemente siguió adelante con su plan”, dijo Hong Sung Gul, profesor de administración pública en la Universidad Kookmin de Seúl. “Eso muestra que no es capaz de gobernar este país”.
El Partido Democrático, que tiene mayoría en el Parlamento, exigió el miércoles la renuncia de Yoon. Junto con pequeños partidos de oposición, presentó una moción conjunta para someter al mandatario a un juicio político y dijo que pretenden votar el viernes en el pleno.
Yoon no comentó sobre la propuesta de juicio político, pero pospuso su programa oficial de actividades el miércoles por la mañana. No ha hecho apariciones públicas desde la mañana del miércoles, cuando anunció la suspensión de la ley marcial.
En conjunto, los partidos de oposición tienen 192 escaños, ocho menos de los dos tercios necesarios para destituir a Yoon. Pero éste podría enfrentar problemas de su propio bando, ya que 18 legisladores del gobernante Partido del Poder Popular votaron contra su decreto de ley marcial. El líder del PPP, Han Dong-hun, calificó a su declaración como “inconstitucional”.
“Su propio partido gobernante y el partido de la oposición quieren llevarlo a rendir cuentas. Por primera vez, en un país muy polarizado, ambos bandos están de acuerdo en que la decisión de Yoon de declarar la ley marcial fue incorrecta”, dijo Duyeon Kim, el analista. “Parece que su propio partido se opone al juicio político, pero aún delibera si debe pedirle a Yoon que abandone el partido”.
Los conservadores surcoreanos albergan recuerdos traumáticos del juicio político de 2016 contra la entonces presidenta Park Geun-hye, seguido por su destitución y arresto al año siguiente.
La declaración de ley marcial de Yoon puede haber acabado con sus posibilidades de completar su mandato hasta mayo de 2027, dijo Park Sung-min, director de MIN Consulting, una empresa de consultoría política con sede en Seúl.
Su salida anticipada mejoraría las perspectivas presidenciales para el jefe del Partido Democrático, Lee Jae-myung, quien enfrenta juicios por corrupción y otros cargos que han amenazado con descarrilar su carrera. Las encuestas muestran que Lee, quien perdió por poco las elecciones de 2022 frente a Yoon, es el favorito para convertirse en el próximo presidente.
Si Yoon es llevado a juicio político, el Tribunal Constitucional decidiría si lo retira del cargo.
Los acontecimientos en Corea del Sur pueden ser preocupantes para Washington y Tokio mientras intentan expandir su cooperación trilateral de seguridad.
“En estos tiempos cruciales, especialmente ahora que Donald Trump volverá al cargo, y con la variedad de difíciles desafíos geopolíticos que enfrenta la región en este momento, la inestabilidad política en Corea del Sur es algo que ni Estados Unidos ni Japón desearían”, dijo Park Won Gon, profesor en la Universidad de Mujeres Ewha en Seúl.
La Casa Blanca dijo que Estados Unidos estaba “seriamente preocupado” por los hechos en Seúl. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional dijo que el gobierno del presidente Joe Biden no fue notificado con antelación del anuncio de la ley marcial. El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, dijo que Tokio observa el hecho con “un interés excepcional y serio”.
Corea del Norte no ha hecho comentarios. Leif-Eric Easley, catedrático de estudios internacionales de la Universidad de Mujeres Ewha, dijo que, probablemente, Corea del Norte adoptará un enfoque de esperar y ver.
La inestabilidad política desatada por Yoon también podría hacer más difícil que su gobierno revitalice una economía en decadencia. La moneda de Corea del Sur, el won, cayó a un mínimo en dos años frente al dólar estadounidense, pero se había recuperado para la mañana del miércoles, mientras que la cotización del índice bursátil Kospi era 1,8% más baja.
“Cada vez más personas piensan que el propio presidente se ha convertido en el mayor riesgo para la República de Corea y que las cosas no pueden continuar como están”, dijo Park.
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La periodista de The Associated Press Mari Yamaguchi en Tokyo contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
