Angelinos, particularmente latinos, lamentan la muerte de Fernando Valenzuela
LOS ÁNGELES (AP) — Julia Méndez colocó cuidadosamente tres velas en fila bajo un letrero que da la bienvenida a los fanáticos al Dodger Stadium. Luego sacó un burrito envuelto en papel de aluminio y lo apoyó contra el poste.
“Sé que él comió burritos toda su vida”, dijo la fanática de 70 años, residente en North Hollywood, quien había rellenado en su cocina la tortilla de harina de trigo con huevos revueltos y nopales —una cactácea comestible muy común en México.
La ciudad de Los Ángeles estaba de luto el miércoles por Fernando Valenzuela, el lanzador mexicano de los Dodgers que inspiró la “Fernandomanía” con su peculiar mirada hacia el cielo cuando se preparaba para lanzar desde el montículo y con sus actuaciones memorables en la década de 1980.
El "Toro” Valenzuela falleció el martes por la noche a los 63 años.
“Llegué aquí a Estados Unidos en 1976. Él llegó en 1979. Fue entonces cuando comenzó todo mi orgullo y alegría”, dijo Méndez, del mismo estado mexicano de Sonora donde nació Valenzuela. “Puso nuestros nombres muy alto alrededor del mundo, toda la comunidad se hizo fanática. Le expreso mi amor por todos estos años”.
El ascenso de Valenzuela desde sus humildes comienzos como el menor de 12 hijos en una comunidad que apenas figuraba en el mapa de México hasta sus hazañas en el montículo lo hizo enormemente popular e influyente en la comunidad latina de Los Ángeles, al mismo tiempo que ayudó a atraer nuevos aficionados al béisbol de las Grandes Ligas. El cariño de la gente por él continuó incluso después de su retiro.
“Fernando Valenzuela fue una leyenda del béisbol que unió a una generación de fanáticos de los Dodgers en la alegría, la emoción y el asombro, manifestó en la red social X la candidata presidencial demócrata Kamala Harris. ”Él inspiró a incontables peloteros jóvenes en Estados Unidos, México y alrededor del mundo para buscar su propia grandeza. Como pelotero, comentarista y angelino, Fernando Valenzuela dejó una marca indeleble en nuestra nación”.
Al otro lado de la intersección, el mariachi Garibaldi de Jaime Cuéllar tocaba sus guitarras y trompetas.
El grupo actúa frecuentemente en los juegos de los Dodgers y se había reunido para una entrevista televisiva programada antes de la Serie Mundial contra los Yankees de Nueva York. Los integrantes quedaron para rendir honores con su música al “Toro”.
Las Grandes Ligas y los Dodgers estaban trabajando en un plan para honrar a Valenzuela el viernes, antes del primer juego de la Serie Mundial.
En la esquina izquierda del letrero azul y blanco colgaba un gran sombrero y un colorido sarape —prenda artesanal mexicana semejante a una frazada. Méndez había añadido alas blancas de mariposa sobre la segunda ‘D’ de Dodgers. El letrero fue un lugar de reunión igualmente emblemático en 2022, cuando Vin Scully, cronista miembro del Salón de la Fama de los Dodgers, falleció a los 94 años.
Henry Gómez de Gardena trajo a su hija de 6 años, Tianna, al creciente altar improvisado fuera del estadio cerrado. Ella llevaba un letrero de señalización vial, como un recuerdo que junto con su padre había creado para dejar en el sitio.
”Él es uno de los ídolos hispanos para nosotros”, dijo Gómez padre. “Abrió muchas puertas para mucha gente detrás de él. Estamos orgullosos de eso”.
En el barrio de Boyle Heights, no muy lejos del estadio, Robert Vargas estaba ocupado pintando un mural de Valenzuela en el costado de un edificio. El artista de ascendencia mexicana es conocido por sus obras a gran escala en ubicaciones al aire libre en todo el mundo.
Su mural del superastro de los Dodgers, Shohei Ohtani, en el costado de un hotel en Little Tokyo se ha convertido en una atracción turística.
De vuelta en el estadio, tres hombres estaban en la sombra intercambiando historias sobre las hazañas de Valenzuela en el montículo.
Gómez tuvo la oportunidad de estrechar la mano de Valenzuela un par de veces a lo largo de los años.
”Él era realmente genial, un buen tipo”, dijo. “Cuando eres famoso, ésa es la manera en que deberías ser, tal como el estilo de Fernando”.
Los aficionados habían estado reuniéndose fuera del parque desde el martes por la noche, cuando se difundió la triste noticia.
Marcello Ambriz mostró una foto de él cuando tenía 2 años, junto al lanzador.
“Los mexicanos no serían aficionados de los Dodgers sin Fernando”, dijo.
El terreno en el que se encuentra el Dodger Stadium fue comprado a propietarios de habla hispana a principios de la década de los 50 por la ciudad de Los Ángeles. Inicialmente, los residentes se negaron a vender y la ciudad recurrió a expropiaciones para hacerse de los inmuebles de las familias mexicoestadounidenses, muy unidas y muchas de las cuales vivían allí después de ser discriminadas en otras partes de la ciudad.
“Hay muchos sentimientos muy tristes sobre eso”, dijo Ambriz. “Fernando pudo de alguna manera repararlo Obviamente hoy hay muchas personas que están heridas y no pueden dejarlo ir, y eso es comprensible, pero la presencia de Fernando y el hecho de que él fuera de México logró unir eso”.
Valenzuela habría cumplido 64 años el 1 de noviembre, cuando los Dodgers podrían albergar el sexto juego de la Serie Mundial. El 2, se conmemora el Día de Muertos, de gran relevancia en la cultura mexicana.
“No hay razón para estar tristes porque él vivirá siempre, para siempre en nuestros corazones”, dijo Méndez. “Logró el sueño americano, más que eso, realmente”.
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El fotógrafo de la AP Julio Cortez contribuyó con este despacho.