El miedo a envejecer

El miedo a envejecer

Estamos viviendo en una sociedad en la que pareciera que estamos aterrados con la idea de envejecer. Intentamos ocultar este proceso a como dé lugar. Tapamos las canas, disimulamos las arrugas con el maquillaje y tratamos de ocultar nuestra calvicie. Pareciera que envejecer es una etapa que evitamos que acontezca a toda costa.

Pero, ¿por qué le tenemos tanto miedo? Es por la soledad que conlleva esta etapa de la vida, por el miedo a estar enfermos o aburridos o desocupados sin nada que hacer. La vejez, al parecer, la asociamos a todas estas cosas, dándole un significado algo aterrador. Por lo mismo, hemos ido atribuyéndole a esta etapa de la vida tantos prejuicios e ideas equivocadas, que no es el envejecimiento en sí mismo lo que nos afecta, sino las consecuencias negativas que le hemos atribuido a ello.

Sin embargo, la vejez es una etapa de la vida que podemos abrazar como cualquier otra. Todos vamos a llegar a viejos, eso es seguro; pero cómo viviremos esta etapa es la pregunta importante, pues la sabremos llevar solo en la medida en que estemos preparados para ello.

Lo cierto, es que para sobrellevar esta etapa, tenemos que verla de manera amigable. Pensar en que si hemos construido una buena vida cuando jóvenes, nuestra vejez también lo será. Por ejemplo, si cuando jóvenes nos preocupamos y ocupamos de nuestra salud y estado físico, no vamos a llegar llenos de enfermedades a la vejez que nos hagan dependientes y poco funcionales.

Si trabajamos duramente y logramos construir un patrimonio sólido, gracias a nuestros ahorros e inversiones, podremos tener una pensión digna y alguna entrada económica extra como el arriendo de alguna propiedad o algún negocio que nos otorgue dividendos mes a mes. Si somos precavidos, no vamos a llegar a la vejez en la pobreza y podremos hacerle frente a las necesidades económicas que se nos vayan presentando, sin tener que pasar nosotros a ser carga para otras personas, como por ejemplo ser carga para nuestros hijos; lo cual nos dará más seguridad y tranquilidad en nuestra vejez. Por tanto, ahora cuando somos jóvenes, es que debemos pensar en esto y actuar de forma provisoria pensando en que esta época llegará sí o sí, porque el tiempo no espera a nadie.

Si construimos una buena relación de pareja o formamos una familia con bases sólidas, seguramente no vamos a estar solos en nuestra vejez y tendremos la compañía de nuestros seres queridos. Ahora, si no fuera el caso, tenemos que abrirnos a entrar en grupos sociales, como los del adulto mayor organizados por las municipalidades u otras organizaciones, actividades como una clase de yoga o lo que sea que nos ayude a mantenernos activos tanto físicamente como mentalmente; porque al estar en contacto y en socialización con otras personas, esto nos va a llevar a enfrentar la vejez de una mejor manera.

Por último, para enfrentar esta etapa de la vida, va a depender mucho de nuestra actitud, nuestra socialización, nuestro ímpetu y nuestra fortaleza. Lo importante es que seamos solidarios con nuestros adultos mayores, ahora que somos jóvenes. Debemos mirarlos con empatía y afecto a todos ellos que están en nuestro círculo social, en nuestra familia, en nuestro barrio, etc.; poniéndonos en su lugar, pues a veces necesitan alguien con quien hablar, una visita, una compañía y ahí está la clave: estar abiertos a acompañarlos y amenizarles la vida, porque debemos pensar que tarde o temprano vamos a estar en la misma situación y yo soy una convencida de que la vida siempre nos va a devolver aquello que hemos sembrado con hermosas bendiciones. ¿Tú qué piensas?

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