Netanyahu sopesa plan para sacar a civiles del norte de Gaza y bloquear apoyo a los que se queden
JERUSALÉN (AP) — El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sopesa un plan para bloquear la ayuda humanitaria en el norte de Gaza en un intento por matar de hambre a los milicianos de Hamás, un plan que, de implementarse, podría dejar sin alimento ni agua a miles de palestinos que no tienen intención, o no pueden, irse de sus hogares.
Israel ha emitido varias órdenes de desalojar el norte a lo largo de un año de guerra, la más reciente el domingo. El plan propuesto a Netanyahu y el Parlamento israelí por un grupo de generales retirados aumentaría la presión, al darle a los palestinos una semana para abandonar el tercio norte de la Franja de Gaza, que incluye Ciudad de Gaza, antes de declararla zona militar cerrada.
Quienes se queden serán considerados combatientes, lo que significa que las regulaciones militares permitirán que tropas los maten, y se les negaría alimentos, agua, medicamentos y combustible, según una copia del plan entregada a The Associated Press por su principal artífice, quien afirma que el plan es una forma de acabar con Hamás en el norte y presionarlo para que libere a los rehenes restantes.
El plan exige que Israel mantenga control sobre el norte por un periodo indefinido en un intento por crear un nuevo gobierno sin Hamás, dividiendo en dos la Franja de Gaza.
El gobierno no ha tomado ninguna decisión para implementar en su totalidad el llamado “Plan de los Generales”, y no está claro qué tan seriamente lo está considerando.
Un funcionario con conocimiento del tema señaló que ya se están implementando partes del plan, sin indicar cuáles. Otro funcionario, de origen israelí, dijo que Netanyahu “leyó y estudió” el plan “como muchos planes que le han llegado durante la guerra”, pero no indicó si algunas partes se estaban implementando. Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque el plan no debe discutirse públicamente.
El domingo, Israel lanzó una ofensiva contra combatientes de Hamás en el campo de refugiados Jabaliya en el norte de la ciudad. Desde el 30 de septiembre, no han entrado camiones con alimentos, agua o medicamentos, según la ONU y el sitio web de la agencia militar israelí que supervisa los cruces de ayuda humanitaria.
El vocero del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos se opone a cualquier plan que implique una ocupación israelí directa en Gaza.
Grupos defensores de derechos humanos temen el posible impacto del plan en los civiles. Señalan que el plan podría potencialmente matar de hambre a civiles y que va en contra de la ley internacional, que prohíbe usar alimentos como un arma y las transferencias forzadas. Parte central del caso de genocidio presentado ante la Corte Internacional de Justicia son las acusaciones de que Israel limita los alimentos en Gaza, acusaciones que Israel niega.
Hasta ahora, muy pocos palestinos han prestado atención a la última orden de desalojo. Algunos son mayores, están enfermos o temen abandonar sus casas, pero muchos tienen miedo de que no hay un lugar seguro al cual ir y que nunca les permitirán regresar. Israel ha evitado que regresen aquellos que huyeron al principio de la guerra.
“Todos los gazatíes temen el plan”, dijo Jomana Elkhalili, una trabajadora humanitaria palestina de 26 años que trabaja para Oxfam y que vive en Ciudad de Gaza con su familia.
“Aun así, no huirán. No volverán a cometer el error… Sabemos que ese lugar no es seguro”, dijo en referencia al sur de Gaza, en donde la mayoría de la población está amontonada en funestos campamentos de carpas y que, con frecuencia, los albergues son impactados por ataques aéreos. “Por eso es que las personas en el norte dicen que es mejor morir que irse”.