Bills viajan a Baltimore para poner a prueba su inicio inmaculado de campaña
Los Ravens evitaron una catástrofe la semana pasada al conseguir su primer triunfo de la temporada. Como recompensa, ahora tendrán que medir fuerzas contra la mejor ofensiva de la NFL.
Los equipos que inician la temporada con registro de 0-3 tienen apenas un 2,5% de probabilidades de llegar a postemporada. Baltimore ya no tiene que preocuparse por esa estadística, gracias a un triunfo en Dallas que fue más apretado de lo necesario.
Ahora, el siguiente punto en la lista es demostrar que, a pesar de su marca, siguen siendo uno de los pesos pesados en la Conferencia Americana.
No tendrán que esperar mucho para averiguar en dónde están parados. El domingo por la noche tendrán su prueba más complicada de la campaña cuando reciban a Josh Allen y a unos invictos Bills de Buffalo que buscan un registro de 4-0 por tercera vez desde 1993.
Con la exhibición de 47 puntos del lunes por la noche ante Jacksonville, Buffalo hilvanó tres partidos con al menos 30 unidades. Josh Allen es segundo en toda la liga con siete pases de touchdown y busca encadenar su cuarto partido sin intercepción, algo que no logra desde la temporada de 2019.
Baltimore tiene dos opciones. Encontrar solución instantánea a una defensiva que ha concedido 26 puntos en promedio en sus primeros tres partidos y flaquea particularmente en el último cuarto (39 unidades), o mantenerse paso a paso con el arsenal ofensivo de Buffalo.
Cuando se tiene a Lamar Jackson y a un ataque que encabeza a la NFL en yardas producidas, la segunda opción es la más viable, por no decir la única. En camino a su primer triunfo de la temporada, Baltimore reencontró su fórmula, con 274 yardas por la vía terrestre que le permitió a Jackson encontrar coberturas favorables en el juego aéreo.
Ofensivas largas se traducen en mantener al ataque rival fuera del terreno de juego. No es una mala idea tratar de reproducir el plan ante Allen y los Bills. Claro que es más fácil decirlo.
Los sorprendentes Vikings han encontrado la forma de ganar —y brillar— con Sam Darnold en los controles. Los Packers, por su lado, se han abierto camino a dos triunfos en la temporada sin Jordan Love detrás del centro. ¿Cómo lo consiguieron?
La respuesta es sencilla. Fútbol americano complementario. Ante la lesión en la rodilla de Love en la primera semana, el coach Matt LaFleur convirtió a los Packers en una aplanadora terrestre que encabeza a la NFL en yardas por carrera (612).
Minnesota, por su parte, tiene a Darnold como líder de la liga en pases de touchdown, pero no solo eso, también ostenta la segunda mejor defensiva de toda la liga.
Los Vikings buscan derrotar a su tercer rival consecutivo que avanzó a la postemporada el año anterior, y viajan a Green Bay armados con una defensa que admite 10 puntos en promedio, ha conseguido al menos cinco sacks en cada uno de sus primeros tres duelos y está equipada para hacerle frente a Green Bay al ser la mejor de la NFC contra la carrera.
Pero los Packers tienen un as bajo la manga, o quizás dos. Existe la posibilidad de que Love pueda reaparecer. O tal vez no. En tanto, la defensiva de Minnesota tiene que prepararse para dos planes de juego completamente distintos. A eso se le suma que Green Bay es líder de la NFL con nueve robos de balón y se tienen los ingredientes para un clásico divisional en una temporada que ha sido todo, menos predecible.
Los Chargers cedieron su marca perfecta la semana pasada. Pero no fue lo único que perdieron,
El quarterback Justin Herbert se agravó una lesión en el tobillo, el estelar defensive end Joey Bosa sufrió una molestia en la cadera y el tacle novato Joe Alt también salió lastimado. No es la situación ideal bajo ninguna circunstancia y menos cuando hay que recibir al bicampeón de la NFL.
Kansas City, por su parte, conserva un registro inmaculado pero, por una extraña razón, no se siente como tal. Los Chiefs tienen nueve victorias consecutivas desde la temporada anterior y los playoffs, pero solo una de ellas ha sido por más de siete puntos de diferencia. De hecho durante esa racha únicamente tienen un diferencial positivo de 54 unidades, el más bajo entre los 119 equipos en la historia de la liga que han hilvanado nueve triunfos.
La ofensiva no ha superado los 27 puntos, acumulan cinco pérdidas de balón y el quarterback estelar Patrick Mahomes apenas tiene cinco pases de anotación a cambio de cuatro intercepciones. No son números que inspiren confianza, pero han sido suficientes para ganar partidos. Y, al final del día, es lo único que importa.
La semana 4 de la NFL comenzó el jueves, cuando los Cowboys de Dallas superaron 20-15 a los Giants de Nueva York. Dak Prescott lanzó dos pases de anotación, incluido uno a CeeDee Lamb, y los Cowboys (2-2) hilvanaron su séptima victoria sobre Nueva York (1-3).
La jornada continúa el domingo con los siguientes encuentros: Saints (2-1) en Atlanta (1-2); Bengals (0-3) en Carolina (1-2); Rams (1-2) en Chicago (1-2); Jaguars (0-3) en Houston (2-1); Steelers (3-0) en Indianápolis (1-2); Broncos (1-2) en NY Jets (2-1); Eagles (2-1) en Tampa Bay (2-1); Commanders (2-1) en Arizona (1-2); Patriots (1-2) en San Francisco (1-2); y Browns (1-2) en Las Vegas (1-2).
La acción concluye el lunes con una doble cartelera: A primera hora, los Titans (0-3) viajan a Miami (1-2). Tennessee encabeza a toda la NFL con ocho pérdidas de balón. Los Dolphins podrían colocar de inicio a su tercer quarterback distinto en los últimos tres partidos debido a las lesiones de Tua Tagovailoa y Skylar Thompson. Más tarde, los Seahawks (3-0) visitan Detroit (2-1). Seattle busca un inicio de 4-0 por tercera ocasión en su historia. El quarterback de los Lions Jared Goff persigue su tercer partido consecutivo ante Seattle con más de 300 yardas y 3 pases de anotación.