Elecciones EEUU: Las líneas políticas de los partidos se difuminan para ganar votantes
NUEVA YORK (AP) — Un candidato presidencial habla a favor de la posesión de armas y promete duras medidas de seguridad fronteriza. El otro promete limitar el costo de las tarjetas de crédito y obligar a las aseguradoras a cubrir la fertilización in vitro.
¿Cuál es el demócrata y cuál el republicano?
Las líneas que definieron durante mucho tiempo las prioridades políticas de cada partido se están difuminando a medida que Kamala Harris y Donald Trump buscan expandir su base de votantes en las últimas semanas de una elección ferozmente competitiva. La contienda bien podría depender de cuántos republicanos suburbanos descontentos voten por Harris y cuántos de la base tradicional demócrata —negros, latinos, jóvenes y miembros de sindicatos— migren a Trump.
Eso está impulsando a ambos candidatos a adoptar posturas que antes hubieran sido un anatema para sus bases, revolviendo añejas suposiciones sobre lo que representa cada partido.
“Hay toda una serie de temas que atraen a la gente a apoyar al presidente Trump y, francamente, estos son temas que solían ser los pilares centrales del Partido Demócrata”, dijo en una entrevista Tulsi Gabbard, una excongresista demócrata de Hawaii que se ha convertido en una de las principales aliadas de Trump.
Barbara Comstock, quien copresidió la campaña presidencial de la republicana Nikki Haley a principios de este año, ahora respalda a Harris. La excongresista republicana de Virginia, se maravilló de sentirse más alineada con los demócratas este año, señalando el llamado de Harris a un mayor crédito fiscal para el cuidado infantil, el apoyo a un duro proyecto de ley de inmigración bipartidista y una postura de política exterior que, según Comstock, contrastaba con la admiración de Trump por líderes como el presidente ruso Vladímir Putin.
“Como republicana, siento que, hey, los demócratas están de mi lado ahora”, dijo Comstock en una entrevista.
Por supuesto, Trump ha roto con los valores conservadores tradicionales del Partido Republicano en temas como comercio y política exterior durante gran parte de la última década. Pero ha ido más allá este otoño, poniendo a prueba la lealtad de los conservadores sociales y de los gobiernos pequeños con una agenda que minimiza su oposición al aborto y pide una intervención significativa del gobierno en la atención médica y la economía.
Trump expresó la semana pasada que quiere que el gobierno federal limite las tasas de interés de las tarjetas de crédito al 10%, una medida que rápidamente irritó a los conservadores hacendarios. El mes pasado dijo que apoya una ley federal que obligaría a las compañías de seguros a pagar por la fecundación in vitro, frustrando a algunos conservadores sociales que creen que los embriones utilizados en el proceso deben ser protegidos. Los republicanos en el Congreso han votado varias veces en contra del tema.
Gabbard se negó a decir si ve a Trump como un conservador y considera que su enfoque político tiene “sentido común”.
Además de la fecundación in vitro, la excongresista republicana destacó la reforma judicial respaldada por Trump que redujo las sentencias para muchos reclusos. También destacó una filosofía de política exterior que busca evitar el involucramiento de Estados Unidos en conflictos internacionales como la invasión de Rusia a Ucrania.
“Muchos políticos independientes y muchos demócratas no reconocen al Partido Demócrata de hoy, donde ni un solo demócrata en la Cámara de Representantes o el Senado se levanta y dice que debemos poner fin a la guerra en Ucrania”, dijo Gabbard.
Gabbard y Robert F. Kennedy Jr., ambos exdemócratas, se han convertido en los ejemplos nacionales más visibles de la campaña de Trump en su intento por ganarse a demócratas indecisos e independientes. La campaña ha tardado en acoger a otros posibles aliados, incluida Haley, quien hizo su primer llamado de recaudación de fondos en nombre de Trump la semana pasada.
En comparación, Harris ha adoptado un programa más organizado para conectarse con los votantes republicanos.
En los últimos días, su campaña ha organizado eventos sobre el derecho al aborto, la seguridad fronteriza y la creación de pequeñas empresas en los que participaron funcionarios republicanos. Siete republicanos tuvieron la oportunidad de hablar en la Convención Nacional Demócrata el mes pasado. Y una gran cantidad de grupos externos están gastando millones de dólares para ayudar a Harris a conectarse con republicanos descontentos, entre ellos las organizaciones Votantes Republicanos Contra Trump y Anti-Psicópata, un comité de acción política.
Al mismo tiempo, Harris ha adoptado una política exterior mucho más musculosa. Ha prometido incluir a un republicano en su gabinete si es elegida. Y está hablando más abiertamente sobre poseer un arma y su disposición a usarla.
“Tengo un arma”, le dijo Harris a Oprah Winfrey en una entrevista hace unos días.
“¡No lo sabía!”, respondió sorprendida la estrella de televisión, quien es partidaria de la candidata demócrata.
“Si alguien irrumpe en mi casa, le van a disparar. Lo siento”, respondió Harris entre risas.
El apoyo de Harris a un sólido liderazgo de Estados Unidos en el escenario mundial ya la ha ayudado a ganar el apoyo de más de 100 funcionarios republicanos de seguridad nacional y política exterior que trabajaron en las administraciones de los presidentes Ronald Reagan, George H.W. Bush, George W. Bush y el propio Trump. El exvicepresidente Dick Cheney es uno de los conversos notables.
Si bien Harris y Trump están adoptando políticas que atraen al otro lado, sus prioridades aún se alinean en gran medida con la tradición de su partido.
Trump se opone al aborto y dice que está orgulloso de que la Corte Suprema —que el expresidente transformó con nombramientos de jueces conservadores— anuló el derecho nacional al aborto en junio de 2022. Dice que las leyes sobre el tema deberían dejarse en manos de los estados, pero planea votar este otoño para mantener una ley de Florida que prohíbe todo procedimiento después de las seis semanas de gestación, antes de que muchas mujeres sepan siquiera que están embarazadas.
El expresidente republicano ha prometido la deportación más grande en la historia de Estados Unidos y promete terminar un enorme muro fronterizo para detener la inmigración ilegal. Considera “un engaño” el cambio climático y ha esbozado un plan energético que ofrece un fuerte apoyo a la industria de los combustibles fósiles. Quiere ampliar los recortes de impuestos que benefician desproporcionadamente a los estadounidenses más ricos. Se opone casi a todas las restricciones de posesión de armas. Y rechaza tajantemente las iniciativas de diversidad e inclusión diseñadas para promover los derechos civiles.
Aun así, su equipo cree que su plataforma política ofrece mucho para persuadir a los demócratas.
El portavoz de Trump, Brian Hughes, aseguró que el candidato republicano tiene atractivo entre los afroestadounidenses, los hispanos y los miembros de los sindicatos. En particular, el sindicato de camioneros, que ha apoyado durante mucho tiempo a los demócratas, anunció la semana pasada que no respaldaría a ninguno de los candidatos presidenciales, lo que fue visto como una gran victoria para Trump.
“Ya estamos demostrablemente dentro de su base, no importa cuánto insistan en que no lo estamos”, dijo Hughes.
Harris, por su parte, acaba de empezar a articular planes políticos específicos, luego de estar apenas ocho semanas en la contienda presidencial. Pero su historial y sus recientes declaraciones dejan claro que está a favor de las políticas liberales en la mayoría de los casos.
Harris apoya el derecho al aborto tal y como estaba protegido la ley antes de que fuera anulado el fallo Roe vs. Wade en junio de 2022. Ella respalda la prohibición de las armas de asalto y quiere extender a todos los estadounidenses el límite de 35 dólares para la insulina y el límite anual de 2.000 dólares para el gasto en medicamentos recetados promulgado para las personas mayores durante el actual gobierno del presidente Joe Biden. Pidió que se prohíba el aumento abusivo de los precios de los comestibles, al tiempo que busca un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que se encuentran sin permiso de residencia en el país.
Ha prometido medidas audaces para combatir el cambio climático, aunque dice que apoya el fracking, un cambio con respecto de su posición en 2020. Apoya a los sindicatos y la legislación sobre el derecho al voto diseñada para combatir la discriminación racial.
“El enfoque de la vicepresidenta Harris en la oportunidad y la libertad habla de los valores estadounidenses fundamentales que trascienden las líneas partidistas”, dijo la portavoz de Harris, Mia Ehrenberg. “Cualquier estadounidense que busque pasar la página del caos y la división de Trump y trazar un nuevo camino hacia adelante para Estados Unidos tiene un hogar en la campaña de la vicepresidenta Harris”.