Un robot extensible inicia misión de dos semanas para tomar muestra en planta nuclear de Fukishima
TOKIO (AP) — Un robot extensible inició el martes una misión de dos semanas para recuperar la primera muestra de restos de combustible derretido del interior de uno de los tres reactores dañados de la planta nuclear de Fukushima Daiichi.
El combustible altamente radiactivo y otros materiales de los reactores se derritieron cuando un terremoto y un tsunami masivos en 2011 dañaron los sistemas de enfriamiento de la planta.
El operador de la planta, Tokyo Electric Power Company Holdings, ha utilizado anteriormente pequeños robots para examinar el interior de los reactores, pero esta es la primera vez que recoge una muestra de los restos fundidos en lo que marcará el inicio de la parte más desafiante del desmantelamiento de la planta que duró décadas.
Inicialmente, la misión estaba programada para comenzar el 22 de agosto, pero se suspendió cuando los trabajadores notaron que cinco tubos de 1,5 metros (5 pies) que se utilizarían para empujar el robot hacia el reactor habían sido dispuestos en el orden incorrecto, dijo TEPCO.
El equipo fue reensamblado en el orden correcto para el intento del martes, dijo la compañía.
Una vez dentro de la vasija del reactor, el robot se opera de forma remota desde un lugar más seguro.
El robot, apodado “telesco”, puede extenderse hasta unos 22 metros (72 pies), incluidos los tubos que lo empujan desde atrás, para llegar al montículo de combustible derretido, donde utilizará unas pinzas para recoger un fragmento que mide menos de 3 gramos ( 0,1 onzas). Se espera que se necesiten unas dos semanas para obtener el fragmento.
Se estima que en los tres reactores quedan unas 880 toneladas de combustible fundido mortalmente radiactivo.
El portavoz principal del gobierno, Yoshimasa Hayashi, señaló que la misión marcó el inicio de la fase más difícil de la limpieza de Fukushima Daiichi. “El gobierno abordará con firmeza y responsabilidad el desmantelamiento hasta el final”, afirmó.
El gobierno y TEPCO han fijado un objetivo de 30 a 40 años para la limpieza, a pesar de las críticas de que no es realista. No se han decidido planes específicos para la eliminación total de los restos de combustible fundido ni para su almacenamiento.