Premier británico contrasta su liderazgo con el anterior y advierte de próximas decisiones difíciles
LONDRES (AP) — El primer ministro británico Keir Starmer buscó el martes establecer un contraste entre su nuevo gobierno y el anterior, diciendo que la solución para los problemas del país es trabajar juntos y no seguir avivando las tensiones en la sociedad.
Starmer dijo que los disturbios que sacudieron a la nación a principios del verano mostraron “las grietas en nuestra sociedad” tras 14 años de gobierno encabezado por los conservadores. Pero el primer ministro, que asumió el cargo en julio tras una victoria electoral abrumadora, también halló esperanza en la forma en que muchas personas se unieron para oponerse a la violencia.
“Los disturbios no solo muestran la enfermedad, sino que también revelan la cura, que se encuentra no en el cínico conflicto del populismo, sino en la unión de un país”, dijo Starmer. “Las personas que se reunieron la mañana siguiente en todo el país, con sus escobas, sus palas, sus toallas, y limpiaron su comunidad. Ellas nos recuerdan quiénes somos realmente”.
Starmer habló en el jardín de rosas de su residencia oficial en Downing Street, en un esfuerzo por subrayar las diferencias entre su gobierno y el de sus predecesores conservadores.
El jardín fue escenario de dos sucesos que enfurecieron a los votantes durante la pandemia de COVID-19. Primero, un asesor de alto nivel del ex primer ministro Boris Johnson realizó una conferencia de prensa en el jardín mientras trataba de justificar un viaje al campo que violó el confinamiento. Más tarde, Johnson y otros funcionarios organizaron una fiesta de vino y quesos en el jardín, en un momento en el que la mayoría de las personas estaban encerradas en sus casas.
Mientras buscaba distanciarse aún más de sus predecesores del Partido Conservador, Starmer advirtió que el inminente presupuesto de octubre será “doloroso”. Afirmó que “las cosas están peor de lo que imaginábamos” debido a un “agujero negro” de 22.000 millones de libras esterlinas (291.000 millones de dólares) en las finanzas públicas.
Quienes tengan “las espaldas más anchas” tendrán que llevar la carga más pesada, dijo.
“No tenemos más opción, dada la situación en la que estamos’,′ afirmó.