Tusk dice no tener mayoría parlamentaria para suavizar la estricta ley del aborto en Polonia
VARSOVIA, Polonia (AP) — El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha reconocido que no tiene respaldo parlamentario suficiente para cambiar la ley del aborto del país, que es una de las más restrictivas de Europa.
Tusk, centrista, asumió el poder en diciembre al frente de una coalición con una amplia división ideológica, con legisladores de izquierdas que quieren legalizar el aborto y conservadores que se oponen firmemente. Modificar la legislación para permitir el aborto hasta la semana 12 de embarazo era una de sus promesas electorales.
“En este parlamento no habrá una mayoría a favor del aborto legal, en el sentido pleno de la palabra, hasta las próximas elecciones. No nos engañemos", dijo Tusk respondiendo a una pregunta sobre el asunto durante un acto el viernes.
Los legisladores fueron elegidos el pasado octubre para un mandato de cuatro años.
Su gobierno está trabajando en cambio en establecer nuevos procedimientos en la fiscalía y en los hospitales para aliviar algunas de las restricciones de facto, indicó.
“Esto ya está en marcha y se notará mucho”, agregó Tusk.
Polonia es un país de mayoría católica donde la Iglesia mantiene una posición fuerte. Pero la nación centroeuropea, de 38 millones de habitantes, vive también una rápida secularización que va de la mano del incremento de la riqueza. El aborto es una cuestión fundamental para muchos votantes y una fuente de profundas divisiones sociales y políticas.
De acuerdo con la legislación vigente, el aborto es posible únicamente en casos de violación o incesto, o cuando la vida o la salud de la mujer corren peligro. El anterior gobierno aplicó una nueva restricción que eliminaba el derecho al interrumpir el embarazo en caso de malformaciones fetales, lo que provocó protestas multitudinarias.
Muchas veces, las mujeres no pueden abortar siquiera en los casos permitidos por la ley. Se han reportado casos de embarazadas que fallecieron tras una urgencia médica porque los hospitales dieron prioridad a salvar al feto. Algunos doctores, sobre todo en zonas conservadoras, se niegan a practicar abortos alegando su conciencia.
En los casos de violación o incesto, la víctima debe denunciar el delito ante la fiscalía para que un tribunal pueda autorizar la intervención. En la práctica, las mujeres no suelen recurren a esta opción debido al estigma que conlleva y porque el proceso legal puede demorarse en el tiempo, según activistas.
Pero muchas mujeres abortan, principalmente tomando píldoras abortivas enviadas desde el extranjero o viajando a otro país.
La ley no penaliza a quien aborta, pero sí es delito ayudar a una mujer a hacerlo.
“Solo puedo prometer que, en el marco de la ley vigente, haremos todo lo posible para que las mujeres sufran menos, para que el aborto sea lo más seguro y accesible posible cuando una mujer tenga que tomar esa decisión, para que las personas que se impliquen en ayudar a una mujer no sean procesadas”, afirmó Tusk.