Rusia dice que frenó intento ucraniano de ampliar incursión; Ucrania dice no desea ocupar territorio
KIEV, Ucrania (AP) — Rusia dijo el martes que sus fuerzas frenaron un intento ucraniano de ampliar su sorpresiva incursión en la región de Kursk, mientras que un funcionario ucraniano dijo que Kiev no tiene intención de ocupar territorio ruso.
Unidades del ejército ruso, nuevas reservas, aeronaves del ejército, equipos con drones y fuerzas de artillería frenaron el intento de las unidades móviles blindadas ucranianas de adentrarse más en territorio ruso cerca de los asentamientos de Obshchy Kolodez, Snagost, Kauchuk y Alexeyevsky, dice un comunicado del Ministerio de Defensa de Rusia.
Entretanto, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, Heorhii Tykhyi, dijo que la incursión solo busca proteger al territorio ucraniano de los ataques de largo alcance lanzados por Rusia desde Kursk.
“Ucrania no está interesada en tomar territorio de la región de Kursk, pero queremos proteger la vida de nuestro pueblo”, dijo Tykhyi según la prensa local.
Dijo que Rusia había lanzado más de 2.000 ataques desde la región de Kursk en meses recientes, usando misiles antiaéreos, artillería, morteros, drones, 255 bombas planeadoras y más de 100 misiles.
Añadió que “el propósito de esta operación es preservar las vidas de nuestros niños, proteger el territorio de Ucrania de los ataques rusos”.
El comandante del ejército ucraniano, Oleksandr Syrskyi, dijo en un video publicado el martes en el canal de Telegram del presidente Volodymyr Zelenskyy que Ucrania ahora controla 74 asentamientos en la región de Kursk.
Las tropas ucranianas han seguido su avance, adquiriendo el control de más de 40 kilómetros cuadrados (15 millas cuadradas) de territorio en las últimas 24 horas, señaló Syrskyi.
“Las batallas están en curso a lo largo de todo el frente. La situación, a pesar de la alta intensidad de los combates, está bajo control”, añadió.
Los aliados occidentales de Ucrania han insistido en que el país tiene el derecho a defenderse, inclusive con ataques transfronterizos. El primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo el martes que respaldaba el operativo ucraniano, si bien aclaró que Kiev no le había consultado con anterioridad.
Las acciones militares rusas en Ucrania tienen “las marcas de un genocidio, de crímenes inhumanos, y Ucrania tiene todo el derecho de librar una guerra para paralizar a Rusia en sus intenciones agresivas de la manera más efectiva posible”, dijo Tusk.
Las fuerzas del Kremlin están intensificando sus ataques en el este de Ucrania. El Mando General de Ucrania dijo que, en las 24 horas previas, las tropas rusas habían lanzado 52 asaltos en el área de Pokrovsk, un pueblo en la región ucraniana de Donetsk que está cerca del frente. Ese es aproximadamente el doble de la cantidad de ataques diarios registrados allí hace una semana.
El ejército ucraniano, superado en número por el ejército ruso, ha estado luchando por contener a las fuerzas rusas, más numerosas y mejor equipadas, en la región de Donetsk.
El ejército ucraniano afirma que su incursión en suelo ruso, que comenzó el 6 de agosto, ya abarca 1.000 kilómetros cuadrados (386 millas cuadradas) de territorio. Los objetivos del rápido avance en la región de Kursk han sido un secreto militar celosamente guardado.
Varios analistas dicen que un elemento catalizador pudo haber sido también el deseo de Ucrania de reducir la presión en su frente al intentar que las fuerzas del Kremlin se desviaran para defender Kursk y otras áreas fronterizas. De ser así, el aumento en la presión alrededor de Pokrovsk indica que Moscú no mordió el anzuelo.
La ambiciosa operación de Ucrania, el mayor ataque contra Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, sacudió al Kremlin y llevó al presidente ruso, Vladímir Putin, a convocar una reunión el lunes con sus oficiales de defensa de mayor rango.
Aparentemente, en las últimas semanas, Ucrania reunió a miles de soldados en la frontera —algunos analistas occidentales calculan hasta 12.000— sin que Rusia lo notara o actuara.
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Barry Hatton reportó desde Lisboa, Portugal. Emma Burrows y Jim Heintz contribuyeron desde Tallin, Estonia.