Pese a ley federal, muchas salas de emergencia en EEUU niegan atención a mujeres embarazadas
WASHINGTON (AP) — Kyleigh Thurman sangraba y sufría dolor sin saber que su embarazo no viable podía poner en riesgo su vida.
Los médicos de la sala de emergencias del hospital Ascension Seton Williamson, en Texas, le dieron un folleto sobre el aborto espontáneo y le dijeron que “dejara que la naturaleza siguiera su curso” antes de darla de alta sin ningún tratamiento para su embarazo ectópico.
Cuando la mujer de 25 años regresó tres días después porque aún sangraba, los médicos finalmente aceptaron darle una inyección destinada a interrumpir el embarazo. Pero era demasiado tarde: El óvulo fertilizado que creció en la trompa de Falopio de Thurman la desgarró y destruyó parte de su sistema reproductivo.
Eso es según una denuncia que Thurman y el Centro de Derechos Reproductivos, una organización mundial de abogados sin fines de lucro, presentaron la semana pasada en que pide al gobierno que investigue si el hospital violó la ley federal cuando el personal no le brindó atención la primera vez, en febrero de 2023.
“Me dejaron a la deriva”, dijo Thurman. “Fue prácticamente un engaño total”.
A pesar de que el gobierno del presidente Joe Biden ha advertido públicamente a los hospitales que traten a las pacientes embarazadas en caso de emergencia, estos todavía violan la ley federal.
Más de 100 mujeres embarazadas con problemas médicos que buscaron ayuda en salas de emergencia fueron rechazadas o tratadas de manera negligente desde 2022, reveló un análisis de The Associated Press sobre investigaciones a hospitales federales.
Dos mujeres —una en Florida y otra en Texas— fueron abandonadas y abortaron en baños públicos. En Arkansas, una mujer sufrió un shock séptico y su feto murió luego que una sala de emergencias la enviara a casa. Al menos otras cuatro mujeres con embarazos ectópicos tuvieron problemas para recibir tratamiento, entre ellas una mujer en California que necesitó una transfusión de sangre tras permanecer sentada durante nueve horas en la sala de espera para emergencias.
La Casa Blanca afirma que los hospitales deben ofrecer abortos cuando son necesarios para salvaguardar la salud de una mujer, a pesar de las prohibiciones estatales. Texas desafía esa normativa y, a principios de este verano, la Corte Suprema se negó a resolver el problema.
Las prohibiciones del aborto complican la atención de embarazos riesgosos
En Texas, donde los médicos enfrentan hasta 99 años de prisión si son condenados por realizar un aborto ilegal, los expertos médicos y legales señalan que la ley complica la toma de decisiones en torno a la atención de emergencia del embarazo.
Aunque la ley estatal establece que la interrupción de los embarazos ectópicos no se considera aborto, las sanciones draconianas causan que los médicos de Texas eviten tratar a esas pacientes, sostiene el Centro de Derechos Reproductivos.
“Por mucho que los hospitales y los médicos teman infringir estas prohibiciones estatales al aborto, también deben preocuparse por infringir la ley federal”, resaltó Marc Hearron, un abogado del Centro. Los hospitales enfrentan una investigación federal, fuertes sanciones y amenazas a su financiación de Medicare si infringen la ley federal.
La organización presentó dos quejas la semana pasada ante los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS, por sus siglas en inglés), que alegan que diferentes salas de emergencia de Texas no trataron a dos pacientes —incluida Thurman— con embarazos ectópicos.
Otra querella detalla que Kelsie Norris-De La Cruz, de 25 años, perdió una trompa de Falopio y la mayor parte de un ovario después que un hospital de Arlington, Texas, la enviara a casa sin tratar su embarazo ectópico, pese a que un médico consideró que darla de alta “no era lo mejor para ella”.
“Los médicos sabían que yo necesitaba un aborto, pero estas prohibiciones hacen que sea casi imposible obtener atención médica básica de emergencia”, dijo la mujer en una declaración. “Presento esta denuncia porque las mujeres como yo merecemos justicia y rendición de cuentas por parte de quienes nos hicieron daño”.
Diagnosticar de manera concluyente un embarazo ectópico puede ser difícil. Los médicos no siempre pueden encontrar la ubicación del embarazo en un ultrasonido obstétrico, explicaron tres médicos distintos consultados para este artículo. Los niveles hormonales, el sangrado, una prueba de embarazo positiva y una ecografía que muestre un útero vacío son todos indicadores de un embarazo ectópico.
“No se puede estar 100% seguro —esa es la parte complicada”, explicó Kate Arnold, obstetra-ginecóloga en Washington. “Literalmente, son bombas de tiempo. Es un embarazo que crece en esta cosa (generalmente, una trompa de Falopio) que sólo puede crecer hasta cierto punto”.
El doctor John Seago, director de Derecho a la Vida en Texas, dijo que la ley estatal claramente protege a los médicos de ser enjuiciados si interrumpen embarazos ectópicos, incluso si un médico “comete un error” al diagnosticarlo.
“Enviar a una mujer de regreso a casa es completamente innecesario y peligroso”, agregó Seago.
Pero la ley estatal ha hecho “enteramente” que los médicos tengan miedo de atender a pacientes embarazadas, según Hannah Gordon, médica de urgencias quien trabajó en un hospital de Dallas hasta el año pasado.
“Va a obligar a los médicos a empezar a crear escenarios cuestionables para las pacientes, incluso si es muy peligroso”, dijo Gordon. Ella se fue de Texas con la esperanza de quedar embarazada y preocupada por la atención que recibiría allí.
Gordon recordó a una paciente embarazada en su sala de emergencias de Dallas que presentaba señales de un embarazo ectópico. Como los ginecólogos obstetras dijeron que no podían diagnosticar definitivamente el problema, esperaron para interrumpir el embarazo hasta que ella regresara al día siguiente.
“Me dejó un mal sabor de boca”, dijo Gordon.
En el caso de Thurman, cuando regresó al hospital Ascension Seton Williamson por tercera vez, su ginecóloga obstetra le dijo que necesitaba someterse a una cirugía para extirpar la trompa de Falopio, que ya presentaba ruptura. Thurman, quien aún sangraba profusamente, se negó: Perder la trompa pondría en riesgo su fertilidad.
Pero su doctora le dijo que corría el peligro de morir si esperaba más.
“Ella vino y me dijo: ’o vas a requerir una transfusión de sangre o vas a requerir una cirugía, (si no), vas a desangrarte”, refirió Thurman entre lágrimas. “En ese momento pensé: ‘Dios mío, me estoy, me estoy muriendo’”.
El hospital Ascension Seton Williamson declinó hacer comentarios sobre el caso de Thurman, pero declaró en un comunicado que el hospital “está comprometido a brindar atención de alta calidad a todos los que buscan nuestros servicios”.
En Florida, una mujer con un embarazo de 15 semanas perdió líquido amniótico durante una hora en la sala de espera de emergencias del hospital Broward Health Coral Springs, según documentos federales. Un ultrasonido obstétrico reveló que la paciente no tenía líquido amniótico alrededor del feto, una situación peligrosa que puede causar una infección grave.
La mujer sufrió un aborto espontáneo en un baño público ese día, después que el médico de urgencias calificara su condición como “mejorada” y le diera el alta, sin consultar al obstetra-ginecólogo del hospital.
Los equipos de emergencia la trasladaron rápidamente a otro hospital, donde la colocaron en un respirador y le dieron el alta seis días después.
En ese momento, los abortos después de las 15 semanas de embarazo estaban prohibidos en Florida. El director médico de Obstetricia del hospital Broward Health Coral Springs dijo a un investigador que inducir el parto para cualquiera que presente una rotura prematura de membranas antes que el feto sea viable es “el estándar de atención; lo ha sido desde hace tiempo —independientemente del ritmo cardíaco— debido al riesgo para la madre”.
El hospital se negó a hacer comentarios o compartir sus políticas con la AP.
En otro caso en Florida, un médico admitió que la ley estatal había complicado la atención de emergencia durante el embarazo.
“Debido a las nuevas leyes ... el personal no puede intervenir a menos que haya peligro para la salud de la paciente”, dijo un médico del hospital Memorial Regional, en Hollywood, Florida, a un investigador que indagaba por qué el hospital no realizó un aborto a una mujer embarazada que rompió aguas a las 15 semanas, mucho antes que el feto pudiera sobrevivir.
Los problemas se extienden más allá de las leyes estatales que prohíben el aborto
Graves violaciones que pusieron en peligro la salud de la madre o de su feto ocurrieron en estados con y sin prohibiciones del aborto, según la revisión de la AP.
En entrevistas con los investigadores, dos hospitales con poco personal —en Idaho y en Washington— admitieron que rutinariamente indican a las pacientes embarazadas que vayan a otros hospitales.
Una paciente embarazada en una sala de emergencias de Bakersfield, California, fue evaluada rápidamente, pero el personal no se dio cuenta de la urgencia de su condición —una rotura uterina. La demora, concluyó un investigador, pudo haber contribuido a la muerte del feto.
Médicos de salas de emergencias de California, Nebraska, Arkansas y Carolina del Sur no buscaron los latidos del corazón del feto o dieron de alta a pacientes que estaban en labor de parto y que dieron a luz en su casa o en ambulancias, según los documentos.
La falta de médicos y enfermeras que ha afectado a los hospitales desde el inicio de la pandemia de COVID-19, los problemas para contar con personal para las ecografías las 24 horas del día y las nuevas leyes sobre el aborto han hecho que las salas de emergencias sean un lugar peligroso para las mujeres embarazadas, advirtió Dara Kass, médica de urgencias y exfuncionaria del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
“Es cada vez menos seguro estar embarazada y buscar atención de urgencia en un departamento de emergencias”, sostuvo.