Israel lanza nuevo asalto sobre Jan Yunis mientras mediadores presionan para un alto el fuego

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Israel lanza nuevo asalto sobre Jan Yunis mientras mediadores presionan para un alto el fuego
Un niño palestino huye de Jan Yunis, en Gaza, tras la orden de evacuación del ejército israelí antes de una operación en la zona, el 8 de agosto de 2024. (AP Foto/Abdel Kareem Hana)

DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — Soldados israelíes lanzaron el viernes un nuevo asalto contra la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, presuntamente para enfrentar a combatientes de Hamás que, según el ejército, siguen operando en la zona a pesar de las repetidas ofensivas, mientras mediadores estadounidenses, egipcios y qataríes redoblaban la presión para que Israel y la guerrilla palestina pacten un alto el fuego.

Las órdenes israelíes de desalojo provocaron un nuevo éxodo de palestinos en los arrasados distritos orientales de Jan Yunis, adonde muchos habían regresado hace menos de dos semanas, tras la última incursión de los militares israelíes en la ciudad en julio.

Una ronda de bombardeos israelíes contra la urbe mató a por lo menos 21 palestinos el viernes, señalaron médicos del hospital Nasser. Israel siguió bombardeando también el centro de Gaza el viernes. Los cuerpos de ocho palestinos —todos mujeres y niños— llegaron al hospital de los Mártires de Al Aqsa tras una andanada de ataques aéreos de Israel contra el poblado de Deir al-Balah y el campamento de refugiados de Nuseirat.

En medio de las crecientes tensiones en la frontera con Líbano, Israel atacó con drones una camioneta en la ciudad libanesa de Sidón, matando a un oficial de Hamás de nombre Samer al-Haj, reportaron medios estatales libaneses.

La explosión envolvió en llamas el vehículo de Al-Haj enfrente del amplio campamento para refugiados palestinos de Ein al-Hilweh, donde, según medios libaneses, supervisaba asuntos de seguridad. Israel confirmó el ataque contra Al-Haj, diciendo que era un comandante de alto rango de Hamás, a quien acusa de reclutar combatientes para atacar a Israel, así como de dirigir lanzamientos de cohetes.

En la Franja de Gaza, uno de los bombardeos de Israel en Jan Yunis mató a un periodista televisivo palestino, su esposa y sus tres hijas.

Otro ataque destruyó carpas que alojaban a personas desplazadas en Mawasi, una comunidad costera al oeste de Jan Yunis que el ejército israelí había designado como zona humanitaria, y mató a un periodista del canal de televisión Al Aqsa, además de cinco personas más. Un tercer ataque alcanzó un automóvil en Jan Yunis.

Miles de personas huyeron de la ciudad el jueves, cargadas con artículos de primera necesidad como bombonas de gas, colchones, tiendas de campaña, mochilas y mantas.

Esta es al menos la tercera vez que las fuerzas armadas israelíes lanzan una incursión de gran magnitud en Jan Yunis, donde según funcionarios israelíes y estadounidenses podría estar Yahya Sinwar, nombrado recientemente máximo dirigente de Hamás y uno de los artífices del ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel. El brazo militar de Hamás, las Brigadas Qassam, prometió lealtad a Sinwar como su nuevo líder y se comprometió a cumplir las órdenes que emita.

El hecho de que el predecesor de Sinwar, Ismail Haniyeh, haya sido reemplazado rápidamente “muestra que Hamás está unido y fuerte”, dijo Abu Obaida, el principal portavoz del grupo.

El ejército israelí dijo el viernes que sus aviones de guerra atacaron 30 blancos de Hamás en Jan Yunis, incluidos combatientes y depósitos de armas. Indicó que sus soldados buscaban túneles de Hamás y otra infraestructura mientras combatían “por encima y por debajo del suelo”.

Tras 10 meses de guerra en Gaza, los mediadores tratan de que se reanuden las negociaciones indirectas para un alto el fuego, las cuales quedaron paralizadas tras el asesinato de Haniyeh en un ataque presumiblemente israelí perpetrado en Teherán el 31 de julio.

La oficina del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, confirmó el jueves que enviará negociadores a las conversaciones convocadas por los mediadores para el 15 de agosto, las cuales se llevarán a cabo en la capital de Qatar, Doha, o en El Cairo.

Los aliados de extrema derecha de Netanyahu se han resistido a las exhortaciones para que haya un cese del fuego. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, dijo que la propuesta más reciente era una “trampa peligrosa” que equivale a una rendición israelí.

El viernes, la Casa Blanca recriminó duramente a Smotrich por su oposición a las negociaciones. El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, les dijo a reporteros que sus críticas son “ridículas” y “totalmente equivocadas”.

“Los puntos de vista expresados por el señor Smotrich de hecho sacrificarían las vidas de rehenes israelíes, sus propios compatriotas”, dijo Kirby.

Hasta el momento no ha habido respuesta de Hamás, que el martes anunció que Sinwar, el líder del grupo en Gaza, reemplazaría a Haniyeh en la cima de su jerarquía. Haniyeh había sido un interlocutor clave en las negociaciones previas.

El asesinato de Haniyeh y de un alto mando de Hezbollah en Beirut a manos de Israel provocó promesas de represalias por parte de la milicia libanesa y de Irán, lo que pone en riesgo las frágiles conversaciones para un cese del fuego.

El dirigente de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní —que encabeza las operaciones de la guardia en la región— repitió las promesas de represalias en una carta a Sinwar, según una copia a la que The Associated Press tuvo acceso.

“Nos preparamos para vengar su sangre”, escribió Ismail Qaani, refiriéndose a Haniyeh.

Al preguntársele si Irán demoraría su represalia hasta después de la próxima ronda de conversaciones de cese del fuego convocada para el 15 de agosto, la misión de Irán ante Naciones Unidas dijo que esperaba que la respuesta de Teherán “sea oportuna y efectuada de una manera que no vaya en detrimento del posible cese del fuego”.

“Nuestra prioridad es establecer un alto el fuego duradero en Gaza; cualquier acuerdo aceptado por Hamás también será reconocido por nosotros”, señaló la misión ante la ONU, que hizo énfasis en que Irán tenía “el derecho legítimo a la autodefensa, un asunto totalmente ajeno al cese del fuego en Gaza”.

Diplomáticos internacionales se han movilizado para evitar que el conflicto adquiera mayor magnitud y lograr que se llegue a un acuerdo para detener los combates en Gaza y liberar a cautivos.

En un comunicado conjunto, Estados Unidos, Egipto y Qatar convocaron a una nueva ronda de conversaciones, a realizarse en Doha o en El Cairo.

“No hay más tiempo que perder, ni excusas de ninguna de las partes para más retrasos”, afirmaron, añadiendo que los negociadores ya han ultimado un marco para el acuerdo.

Una cuestión clave que pesa sobre las conversaciones es el impacto del ascenso de Sinwar a la cima del liderazgo de Hamás. Considerado un miembro de línea dura dentro del grupo, Sinwar se ha ocultado durante el transcurso de la guerra en la vasta red de túneles que corren por debajo de Gaza. Israel ha prometido matarlo.

Sinwar ya ha estado muy involucrado en negociaciones tras bambalinas. Funcionarios de Hamás han dicho que los negociadores solicitaban con regularidad su aprobación en torno a las posturas del grupo cuando presionaban para obtener garantías de que un acuerdo produciría el fin absoluto de la guerra y el retiro de todas las fuerzas israelíes de Gaza, a cambio de la liberación de todos los rehenes.

Israel dice que pretende destruir a Hamás luego del ataque del 7 de octubre, cuando combatientes palestinos asaltaron el sur de Israel, donde unas 1.200 personas murieron y otras 250 fueron tomadas como cautivos. Tras una ronda de intercambio de prisioneros en noviembre, Israel dice que en Gaza aún hay 111 rehenes, incluidos 39 fallecidos.

La ofensiva militar de Israel en Gaza ha matado a más de 39.600 palestinos y ha causado heridas a por lo menos otros 91.700. Más de 1,9 millones de los 2,3 millones de personas que vivían en Gaza antes de la guerra se han visto obligados a abandonar sus hogares, huyendo repetidas veces a otras partes del territorio para escapar de ofensivas. Actualmente la mayoría están hacinados en campamentos en un área de unos 50 kilómetros cuadrados (19 millas cuadradas) a lo largo de la costa de Gaza.

El colapso del sistema de salud ha propiciado la proliferación de enfermedades, dicen funcionarios de salud, y grupos de ayuda humanitaria intentan alimentar a la población. La ONU dice que medio millón de palestinos enfrentan niveles catastróficos de inseguridad alimentaria.

El ejército israelí dijo el viernes que sus fuerzas aún combaten contra Hamás en Rafah, la ciudad más sureña de Gaza, en una ofensiva que ha durado más de tres meses. Su nuevo ataque sobre Jan Yunis obligó a más personas a desplazarse a los campamentos y áreas vecinas.

Ghazi Abu Daka, uno de los evacuados, le dijo a la AP que él y su familia se han visto obligados a huir de Jan Yunis en cuatro ocasiones ahora.

“Todos los días hay guerra. Todos los días hay cohetes. No hay ningún lugar seguro en el área oriental. Ahora estamos desplazados en las calles y no sabemos a dónde ir”, dijo mientras cargaba a su hijo, el cual traía una tela sobre la cabeza para protegerlo del calor.

Yasser Abu Alyan, otro evacuado, dijo que se vio obligado a desplazarse en seis ocasiones del área de Beni Seheila, al oriente de la ciudad. Indicó que no se llevó nada con él salvo a sus dos pequeñas hijas: “Todo se ha perdido”.

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El periodista de The Associated Press Bassem Mroue en Beirut contribuyó a este despacho.

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