Djokovic contra el mundo y sus propios demonios en busca del sueño olímpico
PARÍS (AP) — Novak Djokovic se colgó una medalla de bronce en su primera participación olímpica en Beijing 2008, cuando apenas tenía un título de Grand Slam. Los éxitos en el circuito profesional no tardaron en llegar. La gloria olímpica aún lo elude.
Para el ganador de 24 títulos de Grand Slam, París será su quinta experiencia olímpica y si bien el serbio se niega a revelar cuánto tiempo le queda, la historia dice que no es mucho. Oportunidades para ganar un oro olímpico sólo llegan una vez cada cuatro años.
“Como siempre, tengo altas expectativas”, declaró Djokovic el jueves en una conferencia de prensa.
No le importan sus 37 años a cuestas ni su recuperación de una lesión en la rodilla que lo obligó a retirarse de Roland Garros hace poco más de un mes. Esta vez va más allá de la gloria personal.
Resaltó el privilegio que representa jugar a nombre de su país. Enfatizó que ese es uno de principales motores que le impulsa a estas alturas de su carrera. Pero, en el fondo, el mundo de Djokovic gira alrededor de los éxitos. Y en ese sentido, está en deuda consigo mismo.
“Lo he dicho muchas veces, es el sueño más grande”, explicó. “Es un enorme desafío, por las expectativas que tengo de mi y se tiene de mi”.
Salvo el sorpresivo adiós en primera ronda ante el argentino Juan Martín del Potro en Río 2016, difícilmente se pueden calificar los tres presencias de Djokovic en las semifinales como un fracaso. Es el problema cuando te acostumbras al éxito.
“Las expectativas siempre son altas, algo que no puedo ni quiero cambiar”, señaló. Y, como es habitual, le agregó un poco de pimienta.
“Cuando se refiere a los pronósticos, la gente siempre va a hablar”, señaló. “No soy el favorito, pero no lo he sido en otras ocasiones y siempre he logrado salir adelante”.
Eso dice la historia. En 2024, no ha sido el caso.
Por primera vez desde que tenía 18 años, Djokovic llega a estas alturas de la temporada sin un título en la gira profesional. Arrastra una lesión en la rodilla y enfrente tendrá a leyendas como Rafael Nadal, en segunda ronda, y Carlos Alcaraz, su verdugo en Wimbledon, acechando en las rondas finales.
No parece intimidado. “Por lo general he respondido bien a los desafíos a lo largo de mi carrera”.