Biden defenderá su legado y su continuidad con Harris, hoy en su discurso en la Oficina Oval
WASHINGTON (AP) — Aunque el presidente Joe Biden no estará en la boleta en noviembre, los votantes ponderarán su legado.
Mientras la vicepresidenta Kamala Harris avanza para tomar su lugar como la abanderada demócrata, los logros de Biden siguen estando en riesgo en caso de que el republicano Donald Trump logre triunfar.
La forma en que el único mandato de Biden y su decisión de abandonar la contienda serán recordados se entrelazará con el éxito electoral de Harris en noviembre, en particular, debido a que la vicepresidenta basa su campaña en los logros del gobierno de Biden.
Biden tendrá la oportunidad de defender su legado —una amplia legislación interna, renovación de alianzas en el extranjero, defensa de la democracia— la noche del miércoles cuando pronuncie un discurso en la Oficina Oval sobre su decisión de abandonar la contienda y “lo que se avecina”.
Y, sin importar lo frustrado que esté Biden por haber sido marginado por su partido —y vaya que está molesto— tiene demasiado en juego como para, simplemente, lavarse las manos con respecto a esta elección.
Biden apoyó a Harris poco después de anunciar, el domingo, que pondría fin a su candidatura, dándole, de hecho, una ventaja sobre posibles rivales y ayudándole a impulsar una candidatura centrada, en gran medida, en continuar su propia agenda.
“Si ella gana, se confirmará que él hizo lo correcto para combatir la amenaza que constituye Trump, y será visto como una leyenda en favor de la democracia”, dijo la historiadora presidencial Lindsay Chervinsky, directora de la Biblioteca Presidencial George Washington, en Mount Vernon. “Si pierde, creo que habrá preguntas como, ¿se retiró demasiado tarde? ¿El Partido Demócrata habría sido más efectivo si él hubiera dicho que no se postularía?”.
Al final de todas las presidencias, se producen situaciones de “qué pasaría si…” Pero la actitud desafiante de Biden frente a los cuestionamientos de su capacidad para ocupar el cargo, y luego, su tardía sumisión ante la crisis de confianza de su partido, aumentaron los riesgos.
El último vicepresidente que se postuló para la presidencia fue el demócrata Al Gore, que buscó distanciarse de Bill Clinton en la campaña de 2000, tras el amorío del presidente con una becaria de la Casa Blanca y su posterior juicio político.
En contraste, Harris ha dedicado la mayor parte de los últimos tres años a elogiar los logros de Biden, lo que significa que cualquier intento de distanciarse ahora sería difícil de explicar. Y debe apoyarse en la operación política de Biden que heredó para ganar la elección a tan sólo 100 días del cierre de las casillas.