Segunda cría de canguro arborícola se deja ver en Zoológico del Bronx
NUEVA YORK (AP) — La segunda cría de un canguro que habita en los árboles hizo su debut público esta semana en Nueva York, asomando su cabeza rosada del marsupio blanco y peludo de su madre.
El diminuto canguro arborícola de Matschie, o Dendrolagus matschiei, nació en diciembre y es el segundo nacido de la misma madre desde 2022. También fue el tercero de su tipo nacido en el Zoológico del Bronx desde 2008.
La especie de canguro arborícola sólo se gesta durante unas seis semanas antes de nacer e inmediatamente se mete en las bolsas de sus madres marsupiales, detalló el zoológico en un comunicado. Las crías tardan unos siete meses en empezar a asomarse fuera de la bolsa.
Sólo existen alrededor de 2.500 canguros arborícola en estado salvaje y 42 en cautiverio, añadió el zoológico. En un comunicado el viernes, un portavoz del Zoológico del Bronx dijo que el nacimiento del canguro fue significativo para la red de zoológicos que tiene como objetivo preservar la diversidad genética entre los animales en peligro de extinción.
“Es una población pequeña y por eso los nacimientos no son muy comunes”, destacó Jessica Moody, curadora de primates y pequeños mamíferos del Zoológico del Bronx. “Así que es un evento inusual y emocionante”. Agregó que los canguros arborícolas bebés son “posiblemente uno de los animales más lindos que jamás hayan existido. Parecen animales de peluche, es increíble”.
Los canguros arborícolas son nativos de la península de Huon en Papúa Nueva Guinea, donde están amenazados por actividades humanas como la destrucción de su hábitat y la caza, según el comunicado. Viven principalmente en árboles y son más pequeños que el canguro rojo más conocido de Australia. Un canguro arborícola adulto pesa entre 9 y 11 kilogramos (20 y 25 libras). Las crías tienen aproximadamente el tamaño de un pulgar humano cuando nacen, pero crecen hasta 30 pulgadas (76 centímetros).
Los programas de restauración de la vida silvestre a menudo se apoyan en los zoológicos para lograr diversidad genética. Por ejemplo, a los lobos reintroducidos en la naturaleza a menudo se les dan crías nacidas en zoológicos para que las críen, lo que reduce el riesgo de endogamia y al mismo tiempo expande las poblaciones silvestres.