¿Quién es Ben-Gvir, el ministro de ultraderecha que visitó un lugar en disputa en Jerusalén?
TEL AVIV, Israel (AP) — El ministro de seguridad nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, un político de extrema derecha, visitó el jueves el lugar sagrado más sensible de Jerusalén, una medida que podría amenazar las delicadas conversaciones sobre un alto el fuego en Gaza.
El líder colono ultranacionalista dijo que había subido al disputado complejo de la Mezquita Al-Aqsa, en la cima de una colina en Jerusalén, para orar por el regreso de los rehenes “pero sin un acuerdo imprudente, sin rendirse”.
Esta acción amenaza con interrumpir conversaciones delicadas destinadas a alcanzar un cese el fuego en la guerra entre Israel y Hamás que ya lleva nueve meses. Los negociadores israelíes aterrizaron en El Cairo el miércoles para continuar las conversaciones.
Los palestinos consideran la mezquita un símbolo nacional y ven tales visitas como provocativas; el sitio es venerado por los judíos, que lo llaman el Monte del Templo. Las tensiones en el complejo en disputa han alimentado rondas de violencia anteriores.
Fue el más reciente acto de desafío de un líder colono ultranacionalista que a lo largo de décadas se ha transformado de un proscrito y provocador a uno de los políticos más influyentes de Israel.
Ben-Gvir visitó por última vez el sitio en mayo, para protestar contra el reconocimiento de un Estado palestino por parte de tres países europeos. Visitas como la de Ben-Gvir, aunque son legales, se consideran una provocación.
En su puesto en el Gabinete, Ben-Gvir supervisa la fuerza policial del país. Como socio clave de la coalición, Ben-Gvir también tiene el poder de robarle al primer ministro Benjamin Netanyahu su mayoría parlamentaria y forzar elecciones anticipadas.
Ben-Gvir ha utilizado su influencia para impulsar sus proyectos favoritos y alentar a Netanyahu a seguir adelante con la guerra en Gaza contra los llamados generalizados para alcanzar un acuerdo que regrese a los rehenes a casa.
El sorprendente ascenso de Ben-Gvir, de 48 años, es la culminación de años de esfuerzos del legislador experto en medios para ganar legitimidad. Pero también refleja un giro hacia la derecha en el electorado israelí que llevó la ideología religiosa y ultranacionalista de Ben-Gvir a la corriente principal y disminuyó las esperanzas de independencia palestina.
Ben-Gvir ha sido condenado ocho veces por delitos que incluyen racismo y apoyo a una organización terrorista. Cuando era adolescente, sus opiniones eran tan extremas que el ejército le prohibió realizar el servicio militar obligatorio.
Ganó notoriedad en su juventud como seguidor del fallecido rabino racista Meir Kahane. Se convirtió en una figura nacional por primera vez cuando Ben-Gvir rompió un adorno del capó del auto del entonces primer ministro Yitzhak Rabin en 1995.
“Llegamos a su auto y llegaremos a él también”, dijo, pocas semanas antes de que Rabin fuera asesinado por un extremista judío opuesto a sus esfuerzos de paz con los palestinos.
Dos años más tarde, Ben-Gvir asumió la responsabilidad de orquestar una campaña de protestas, incluidas amenazas de muerte, que obligó a la cantante irlandesa Sinead O’Connor a cancelar un concierto por la paz en Jerusalén.
Posteriormente, Ben-Gvir se formó como abogado y obtuvo reconocimiento como un exitoso defensor de judíos extremistas acusados de violencia contra los palestinos.
Con un ingenio rápido y una conducta alegre, el franco Ben-Gvir también se convirtió en un personaje popular en los medios, allanando su camino para ingresar a la política. Fue elegido diputado por primera vez en 2021.
Ben-Gvir ha pedido la deportación de sus oponentes políticos y en el pasado ha alentado a la policía a abrir fuego contra los palestinos que lanzaban piedras en un tenso barrio de Jerusalén mientras blandía una pistola. Como ministro de seguridad nacional, ha alentado a la policía a adoptar una postura intransigente contra los manifestantes antigubernamentales.
Aseguró su puesto en el gabinete después de las elecciones de 2022 que llevaron al poder a Netanyahu y sus socios de extrema derecha, incluido el partido Poder Judío de Ben-Gvir.
“Durante el último año he tenido la misión de salvar a Israel”, dijo Ben-Gvir a los periodistas antes de las elecciones. “Millones de ciudadanos esperan un verdadero gobierno de derecha. Ha llegado el momento de darles uno”.
Ben-Gvir ha sido un imán de controversia a lo largo de su mandato: alentó la distribución masiva de armas de fuego a ciudadanos judíos, respaldó el polémico intento de Netanyahu de reformar el sistema legal del país y frecuentemente arremete contra los líderes estadounidenses por lo que percibe como desaires contra Israel.
En mayo, Ben-Gvir criticó a Joe Biden cuando el presidente estadounidense amenazó con retener cierta ayuda militar si Israel invadía Rafah. Usando un emoji de corazón en una publicación en la red social X, el político israelí escribió que Hamás ama a Biden.
El jueves, delante de la cúpula dorada de la mezquita de Al-Aqsa, Ben-Gvir dijo que “está rezando y trabajando duro” para garantizar que Netanyahu no ceda a la presión internacional y continuará con la campaña militar en Gaza desde “el lugar más importante para el Estado de Israel y el pueblo de Israel”.