Richardson y Lyles buscan brillar en la pista y conseguir sus primeras medallas de oro en París
Hay grandes competencias. Pero por encima de todo están los Juegos Olímpicos.
Cuando Sha’Carri Richardson, Noah Lyles y los mejores corredores, saltadores y lanzadores de 2024 lleguen a las competencias olímpicas de atletismo, poco de lo que hayan hecho en el camino a París será muy significativo. Lo que importará es cómo responden a la presión cuando el foco de atención este sobre ellos.
¿Terminarán brillando como Usain Bolt o Carl Lewis, cuya habilidad para competir cuando las medallas de oro olímpicas estaban en juego los convirtió en íconos?
¿O serán más como la velocista jamaiquina Shericka Jackson y el vallista estadounidense Grant Holloway, que se encuentran entre los mejores de su generación pero que aún buscan aprovechar todo ese talento para llegar a lo más alto del podio olímpico?
“En este momento, no tengo una medalla de oro en los Juegos Olímpicos”, dijo Lyles, que sólo ha ganado una presea de bronce en los 200 metros en los Juegos de Tokio, una de sus mayores decepciones. “Tengo varios campeonatos mundiales y también campeonatos nacionales. Lo único que falta en mi lista es un oro olímpico. Y planeo ganar muchos de esos”.
La batalla que involucra a Richardson, Lyles y todos los demás se desarrollarán en 48 eventos repartidos en 10 días, y la mayor parte de la acción tendrá lugar en el Stade de France, a partir del 2 de agosto. Hay un beneficio adicional: el pago de 50.000 dólares, el primero de su tipo, para los 48 medallistas de oro, cortesía de World Athletics, la organización que rige el atletismo mundial.
Los cerca de 2.200 atletas que compiten en el deporte más importante de los Juegos Olímpicos son conscientes de que el dinero es importante, pero la medalla de oro aporta un aire de inmortalidad inigualable.
“El momento sólo llega una vez cada cuatro años”, dijo Holloway. “Si no estás entrenando para ser un medallista de oro olímpico, ¿qué demonios estás haciendo? Ésa es mi mentalidad”.
La velocista aparece después de su muy discutida ausencia de los últimos Juegos por una prueba positiva de marihuana.
Su condición de actual monarca del mundo, junto con la ausencia de la dos veces campeona defensora Elaine Thompson-Herah, hacen de Richardson la velocista a batir en los 100 metros. Pero no será algo sencillo.
Shelly-Ann Fraser-Pryce se dirige a sus quintos (y últimos) Juegos Olímpicos y ha ganado esta carrera dos veces. Por su parte, Jackson es una especialista en 200, pero también es una de las más rápidas del mundo en los 100.
El velocista atribuye su mal resultado en 2021 a la depresión que le impidió concentrarse. Esa carrera es la única de 200 metros que ha perdido en un campeonato importante.
Para el 8 de agosto, cuando llegue la final de los 200, los 100 ya habrán pasado y sabremos si Lyles tiene la oportunidad de completar el doblete, igual que Bolt, y Lewis lo hicieron antes. Lyles es el actual campeón mundial de los 100, pero tiene menos experiencia en esa distancia.
El mes pasado, el también jamaiquino Kishane Thompson, corrió la distancia en 9,77 para llegar a sus primeros Juegos Olímpicos con el mejor tiempo del mundo. Su compatriota Oblique Seville venció a Lyles en un encuentro en Kingston en junio. Pero los Juegos Olímpicos son diferentes.
En Tokio, Sifan Hassan, de los Países Bajos, logró una de las hazañas más asombrosas de la historia olímpica al ganar medallas en los 1.500 (bronce), 5.000 (oro) y 10.000 metros (oro).
Va a volver por más, planteando la idea de competir en las tres distancias, y luego añadiría a su agenda el maratón, que se celebra el último día de los Juegos Olímpicos.
“Lo decidiré una semana antes”, dijo la fondista en una entrevista reciente.
Como siempre, Hassan y su búsqueda de medallas se enfrentarán a un duro desafío: la keniana Faith Kipyegon, actual campeona mundial de 1.500 y 5.000 metros. Kipyegon rompió su propio récord mundial en 1.500 este mes, terminando en 3:49.04.
Holloway es tres veces campeón mundial en los 110 metros con vallas y uno de los favoritos para ganar el 8 de agosto. También era uno de los favoritos hace tres años en Tokio, pero en la recta final cayó ante el jamaiquino Hansle Parchment.
Tiene marca de 9-3 en enfrentamientos cara a cara con Parchment, e incluso 2-1 contra él en los Juegos Olímpicos. Pero las dos victorias llegaron en rondas preliminares y la derrota llegó con la medalla de oro en juego.
Jackson es la única mujer, además de la fallecida Florence Griffith Joyner, en correr los 200 metros en 21,48 o menos. Entonces, ¿por qué la mayor parte del mundo no ha oído hablar de ella?
En los últimos Juegos Olímpicos, terminó cuarta en las eliminatorias y ni siquiera llegó a competir en la final. Es un error que calificó como el más devastador de su carrera, el mismo que la ha acicateado para llegar a París.
Pero ha tenido más problemas. No pudo terminar una carrera el 9 de julio en Hungría, y no estaba claro si se encuentra sana para los Juegos Olímpicos. Si Jackson no está en la competencia, la estadounidense Gabby Thomas, que llega con el mejor tiempo de este año (21.78) y una medalla de bronce en Tokio, sería la clara favorita.
Cualquiera que diga que el deporte y la política no se mezclan debería sintonizar los Juegos el 4 de agosto, cuando la saltadora de altura ucraniana Yaroslava Mahuchikh salga a la pista.
Mahuchikh llega sólo unas semanas después de romper un récord mundial en su evento, saltando 2,10 metros en una puesta a punto olímpica en París.
World Athletics no ha permitido a los rusos participar en encuentros internacionales desde que estalló la guerra con Ucrania. Esto significa que Maria Lasitskene no estará presente para defender su título olímpico. Lasitskene tampoco estuvo presente el año pasado cuando Mahuchikh ganó el título en un emotivo día de cierre en el Mundial.