Guatemala: el gobierno pide disculpas a un hombre que fue adoptado de forma irregular en su niñez

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CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — El gobierno de Guatemala pidió disculpas el viernes a un hombre que fue adoptado de forma irregular cuando era niño, luego de que él y su hermano le fueran quitados a su madre por supuestamente abandonarlos, para luego entregarlos a familias estadounidenses.

Se trata de la primera disculpa pública del Estado en un caso de adopción irregular en Guatemala, según Leonel Dubón, de la organización Refugio de la Niñez, que acompañó el caso de los hermanos Tobar Ramírez.

Osmín Ricardo Tobar Ramírez y su hermano J.R., fueron adoptados cuando tenían 7 y 2 años, después de que funcionarios del Estado guatemalteco le retiraran la custodia a sus padres y los dieran en adopción de forma irregular.

Las disculpas son ofrecidas tras el primera fallo de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que condenó en 2018 al Estado guatemalteco por la adopción ilegal.

Entre 1977 y 2008, en Guatemala, se realizaron adopciones, especialmente para familias estadounidenses, muchas de ellas de forma anómala, en la que intervinieron redes de oficiales de gobierno y abogados coludidos para entregar niños, robados, comprados y quitados a sus padres sin un proceso regulado establecido.

En 2007, el Congreso guatemalteco aprobó una ley de adopciones para regular el trámite.

Según Leonel Dubón, antes de regular las adopciones se cree que hubo unos 30.000 casos irregulares de niñas y niños. Responsabilizó a la corrupción de funcionarios en ese momento, casos que “coincidieron con la guerra interna del país”, dijo Dubón.

En un español accidentado, Tobar Ramírez agradeció a todos los que le apoyaron en su búsqueda de justicia.

“Madre, padre, gracias por tu lucha, gracias por nunca rendirse y la valentía para ir contra este sistema corrupto global. Nuestra sociedad nos dio la espalda”, dijo.

“Perdí mi identidad, mi lengua materna y mi cultura; yo era un alma perdida en un tierra extranjera, pero a través de un destello de esperanza reuní con mis padres”.

Tobar Ramírez dijo ser un sobreviviente que enfrentó desafíos inimaginables y, en llanto, explicó que “comenzó en las sombras de la trata, seguido de un trauma e ira y adicción" que le consumieron. "El alcohol y las drogas era mi único refugio, no era mi culpa, lo que me llevó a una desesperación profunda, los problemas de salud mental me perseguían y arrastraban”, dijo.

Tras nombrar a Tobar Ramírez y a sus padres, el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, dijo “les pido una disculpa pública por los hechos de los que fueron víctimas”.

“El camino a la verdad comienza por el reconocimiento del error. Nos lastima a los guatemaltecos, como pueblo, que nuestra historia, la separación injustificada, involuntaria y forzada de niños niñas y adolescentes y sus familias hayan sido consentidas y facilitadas por el Estado”, sostuvo Arévalo.

“Sirve para representar a cada una de las familias y las personas a las que el Estado les falló; es un acto con el cual nos comprometemos a superar las malas prácticas, las malas políticas, la impunidad, la indiferencia y la negligencia por parte del Estado”, añadió Arévalo.

Por su parte, Tobar pronunció: “Acepto la disculpa con esperanza de contribuir a un mundo mejor”.

Flor de María Ramírez, madre del joven adoptado, reclamó el dolor que le causaron quienes le arrebataron a sus hijos.

“Nos quitaron una identidad, tanto la de mi hijo y la mía; sufrí más pensando en el sufrimiento que estaba pasando mi hijo, llevándoselo a un lugar desconocido con gente que no conocía. Me quitaron el deseo y anhelo de verlos crecer, de ver su niñez”, dijo.

La madre explicó dijo “no cerraré mis ojos hasta no ver a Rainieri”, su otro hijo, del quien dijo no saber dónde está.

Gustavo Tobar, padre de los adoptados, entre lágrimas, aseguró estar feliz. “Luche por más de 20 años buscando justicia", recalcó. También denunció que recibió amenazas e incluso un atentado. ”Yo reclamaba el derecho de padre que me negaron", dijo.

Marcela Martino, del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, dijo que durante la época de adopciones en Guatemala las familias adoptantes pagaban de 12.000 a 80.000 dólares por la adopción de niños guatemaltecos.

“Esta historia desgarradora nos debe dar una lección como sociedad y una lección profunda de lo que no debe ser nunca más en Guatemala. Ningún hijo debe ser separado de sus padres, ni de su familia biológica cuando no hay justificaciones”, dijo Dubón.

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