Abierto británico, otra oportunidad para McIlroy tras colapso en US Open
Rory McIlroy percibe el Abierto Británico como poco más que la oportunidad de poner fin a una sequía de majors de 10 años. Pero no quiere verlo como una reivindicación tras su colapso reciente en el U.S. Open.
Es la última oportunidad en este año, no sólo para McIlroy, acosado por la mala fortuna, sino para todos los demás que se ganaron un lugar en el Royal Troon, el campo ubicado frente a la costa del condado de Aryshire en Escocia, que albergó por primera vez el torneo de golf más antiguo del mundo hace un siglo.
Para Scottie Scheffler, Xander Schauffele y Bryson DeChambeau, ésta es una oportunidad de unirse a otros cinco jugadores que, en el último cuarto de siglo, han ganado dos majors en el mismo año. Para Patrick Cantlay y Tommy Fleetwood, es la oportunidad de lograr su primer cetro en las grandes citas.
Y cuando un nuevo nombre se inscriba en la base de la Jarra de Clarete y la organización R&A presente al “campeón de golf del año”, comenzará una espera de 263 días hasta el siguiente major.
Hubo mucha expectativa para el Masters que comenzó en abril Y hay mucha desesperación apenas tres meses después.
“Es difícil de explicar, y esto suena negativo, pero pienso: ‘si no gano éste, será otro año sin un major’. Ésa es simplemente la desafortunada realidad”, dijo Justin Thomas. “Sólo tenemos cuatro oportunidades al año. Y una vez que se termina, hay que esperar hasta el año siguiente”.
Justin Rose conquistó su primer major en Merion, sede del Abierto de Estados Unidos de 2013, y ello simplemente le infundió una creencia más firme de que ganaría otro hacia el final del año. Lo que le impresionó fue que Phil Mickelson perdiera la ventaja tras 54 hoyos en Merion —para quedar segundo por sexta vez en el único major que jamás ha ganado— y que apenas un mes después ganara la Jarra.
“Hace falta un gran esfuerzo para recuperarte tan rápido en ese mes”, consideró Rose.
Entonces, ¿en qué situación se encuentra McIlroy?
Ha sufrido golpes anteriores en los majors. Hace 13 años, dilapidó una ventaja de cuatro golpes en el Masters. Y apenas hace un par de temporadas compartió la cima luego de 54 hoyos en St. Andrews, sólo para verse forzado a realizar dos putts en cada green de la ronda final.
El final en el campo Número 2 de Pinehurst fue cruel. Tenía la ventaja con tres hoyos por disputar, pero falló dos putts para par, tan cercanos que desde su posición podía ver prácticamente el fondo del hoyo.
Finalizó un golpe detrás de Bryson DeChambeau y se quedó con el segundo puesto.
“Fue duro, sin duda”, dijo Rose. “Pero pienso que probablemente él se crecerá con esto. Siempre me he sentido así sobre Rory. Cuando se le critica, cuando la gente comienza a dudar de él, es cuando comienza a mostrar lo mejor que tiene”.